Necesitaba calmarme un poco o estaría en graves problemas. Por lo que, intenté alejarme de él. Pero, paso que retrocedía, él lo daba para acercarse a mí, provocando que yo quedara contra la pared y su cuerpo. Dios, ¿Por qué siento que estoy delante de un depredador demasiado peligroso para mi corazón? Siento que está latiendo demasiado rápido. — digo mentalmente.— Bueno, creo que dejaré que sigas en tus cosas.— Podemos hacerlo juntos. Me sirve que estes aquí, para que me digas que estoy haciendo mal. — dice Curthwulf y algo me dice que no está hablando de los dibujos.— No soy una experta en los dibujos. Así que, lo mejor es que no haga parte de lo que desconozco.— Quédate, por favor. Te aseguro que no te haré algo. — promete y en mi mente me quejo.¿Cómo es posible que no quiera hacerme algo? Yo quiero siquiera un poco de toques excitantes. Pero, no puedo empezar yo. Si lo hago, no serán solo toques. — Por favor, aléjate un poco de mí. Estas invadiendo mi espacio personal. — dig
El beso era ardiente, incluso más de los besos ardientes que he soñado antes y eso, solo me hace gemir. Estaba feliz, estaba en mi lugar favorito; debajo de él. Como en sueños anteriores, él siguió mi beso y lo profundizo de una forma que no pude evitar gemir.Ese hombre me enloquecía y por eso, siempre soñaba con él y nunca me cansaba. Sin embargo, no podía fingir que también me había decepcionado. En pocas palabras, era adicta al sexo que me daba, aunque en su forma de ser, no me satisfacía con la misma intensidad. Sus manos viajaron a mi cintura, la cual, apretó con fuerzas, mientras dejaba caer su cuerpo sobre el mío. Su dureza, se sentía magníficamente y eso, me hacía enloquecer. Era como si su pelvis presionara un botón oculto que me calentaba, mientras sus labios amaestrados, me domaban y me hacían sumisa. Era jodidamente excitante este sueño y lo mejor es que no iba a tener remordimientos porque solo estaba en mi mente. Con deseo, lo besé mientras acariciaba sus brazos y esp
Era evidente que lo había molestado, se sentía en el beso que había empezado a darme y como sus toques eran bruscos. Algo que me enojaba. Me molestaba que él sabiendo que no era un sueño, me mintiera.Me enojaba que dejara que me besará y yo le confesara que tenía sueños húmedos con él, solo por no diferenciar el sueño de la realidad. Me molesta la brusquedad con la que me toca y besa, pero mi molestia mayor es conmigo.Porque incluso cuando me ha engañado y yo he caído en su engaño, sus toques violentos, me enloquecen. Me calientan de una manera, que me hace perder la fuerza para intentar empujarlo y solo hace que yo quiera seguir el ritmo violento de su placentero ataque.— Eres un malnacido. ¡Aléjate de mí! — grito cuando nos separamos para recuperar el oxígeno que hemos perdido.— No lo haré. Eres mía, Charlotte y hoy voy a recordártelo — dice Curthwulf firme y de inmediato, intenta besarme, pero, yo giro mi rostro a un lado para impedirlo.— Si que has caído demasiado bajo. No so
No había marcha atrás. No había forma que retrocediera o impidiera sentir más placer. Porque con el simple contacto de nuestra intimidad, comprobé que era lo que más extrañaba de él; lo bien que nos vemos y sentimos al estar juntos.Los gemidos comenzaron a escucharse cada vez más fuertes, mientras nos tocábamos con brusquedad y besábamos con intensidad. El tiempo fuera que habíamos acordado, no nos iba a dar el reposo después de un partido, sino, el agotamiento de una buena jugada.Él se sentía en casa y yo también, sus gemidos, era la música orgásmica que tanto había extrañado, sus besos, era el toque que tanto anhelaba y las sensaciones que experimentaba, eran más placenteras que todo lo que en mis sueños había creado. Estaba en la gloria y sus expresiones y gruñidos, me decían que él también.— Dios…— susurro mientras me aferro a su espalda. Justo cuando creo que un orgasmo estaba por invadirme, él me toma las manos y las coloca a cada costado de mi cuerpo, sin detener su ataque
Los besos suaves, hacen que recuerde nuestros momentos siendo felices. Esos donde no había tantos problemas que se robaran nuestro tiempo juntos. En esos donde las distancias eran mínimas y el amor estaba al máximo.Los besos siguieron subiendo su intensidad y como si lo hubiese planeado, termino dejando a un lado mis preocupaciones y subiendo a su cuerpo, tomo el control de la situación, donde el calor de nuestros cuerpos aumenta.Apenas nuestros cuerpos habían llegado al límite, pero, nuestras bocas estaban protestando porque no habían tenido suficiente. Sus manos comenzaron a recorrer mi espalda, mi pecho e incluso mi vientre, mientras yo disfrutaba del toque de cada musculo de su torso, espalda y brazos. A cada paso, despertaba un calor por la zona y su miembro que no había perdido su dureza, acariciaba mi pelvis mientras con caricias, demostrábamos que necesitábamos más que orgasmos, necesitábamos tener un contacto que demostrara cuanto nos queríamos y lo estábamos teniendo just
Las horas pasan y salgo del dormitorio en busca de comida, porque después de ducharme, me acosté en la cama. Pero, el olor de nosotros impregnados en toda la habitación me impide dormir. Sentía que en cualquier momento recibiría un ataque.Caminando por la casa, me doy cuenta de que es fácil perderse. Sin embargo, las risas de los niños me dirigen a lo que es la cocina de la casa. Una cocina tradicional que muestra cómo eran las cocinas en Venecia hace más de un siglo y como se adecuan para el tiempo actual.Es un golpe de antiguo con nuevo, algo que veía bastante en las propiedades de Seok Min. De inmediato, mi mente piensa en lo mal que puede estar pasándolo. Pero, al confirmar que es lo mejor, avanzó al punto de que los tres hombres que conforman mi familia, noten mi presencia.— Mamá, no debías salir del dormitorio. Estamos preparando una cena para que comas en la cama. — dice Zaid y yo sonrío al ver la emoción en su mirada.— Me sentía sola, así que, Sali en busca de un poco de c
Realmente podría decir que hoy es uno de los mejores días de mi vida. Me sentía inmensamente Realmente podría decir que hoy es uno de los mejores días de mi vida. Me sentía inmensamente feliz por tener tan buenas noticias de mi hermana. Mi corazón latía fuertemente ante la felicidad que estaba experimentando. Después de todo, su sacrificio no le había costado la vida como imaginaba y eso, me aliviaba mucho. Estaba tan feliz, que abrace con fuerzas a Curthwulf, sintiendo como mi pecho desbordaba la alegría. — Esa es una increíble noticia, ¿Por qué no me habías contado? Estoy segura que saber eso, habría quitado una gran preocupación de mi cuerpo. — Sé que es así, pero, también haría que te desesperes por encontrarla y no puedes hacerlo en tu estado. — me recuerda Curthwulf y yo me separo. — Dime por favor que sabes donde esta. — suplico y Curthwulf baja la mirada diciéndome lo que me preocupa.— Lo siento, pero, no es algo sencillo.Lo sabía. Era consciente que encontrar los escon
Estaba demasiado aburrida. Curthwulf se había marchado hace tiempo y aunque había prometido volver para el día que compartiría con los niños, nos hizo una video llamada diciendo que pronto les recompensaría la usencia. Por lo que, los chicos y yo tenemos exactamente dos semanas sin verlo y eso, a mí me estaba preocupando. En realidad, estaba preocupada de no tener información de mi hermana, ya que, solo me dice que sea paciente. Eso y no tener con qué pasar el tiempo, estaba por enloquecerme.— Señora, se le ha dicho que no debe tener un arma en las manos. — me dice el mayordomo a mis espaldas, justo cuando había encontrado un arma.— Estoy embarazada, no enferma. — Su embarazo es un tanto particular. Así que, es peor que estar enferma y no tener un sistema inmune que la defienda. — responde el mayordomo quitándome el arma.Era molesto. Estaba por volverme loca. Los niños iban a una escuela donde los veía marcharse a las siete de la mañana y regresaban a las cinco de la tarde cansad