Las horas pasan y Charlotte despierta con Lowell sosteniendo su mano y Zaid llorando en silencio. Su corazón se encoge al verlos y el pensamiento que le dice que no es una buena madre, lastima su corazón. Lowell, ya no parece un niño. Su vista esta tan perdida y cargada de odio que es imposible que sean los ojos de un niño y Zaid, quien sigue con su mirada de niño, solo llora mostrando que ha sufrido tantas cosas que se ha traumado con solo ver a su madre o tía en la cama sin despertar.— Mamá si va a despertar, ¿verdad? — pregunta Zaid aferrándose al brazo de Lowell, con sus manos temblorosas.— Va a despertar.— Pero, no le va a hacer más daño, ¿verdad? — pregunta Zaid.— No volverá, me aseguraré de ello. — dice Lowell firme.— Es un hombre malo, no quiero que sea mi nuevo padre. Mi papá antiguo nunca lastimó a mamá así y me dijo que quien lo hiciera, no era una buena persona. — dice Zaid gimoteando.— Curthwulf Holftmann no es una buena persona. — dice Lowell con una voz tan frívo
Mientras Seok Min tragaba duro al saber lo que le esperaba, Curthwulf se bebía la tercera botella de licor cuando apenas llevaba dos horas de estar bebiendo. El dolor, que pensaba olvidar con el alcohol, se sentía con más fuerza con el alcohol en su organismo. Los recuerdos de lo mal que había elegido actuar desde que supo del embarazo de Charlotte, lo culpaban con fuerzas. Era como si el alcohol fuera el reproductor de película que solo repetía los grandes errores que había cometido y como estaba terminando todo.— Merezco todo esto, pero, ¿Por qué duele tanto? — pregunta Curthwulf con dolor.Con molestia, lanza la botella, mientras su teléfono suena una y otra vez en su bolsillo. Deseando que el sonido molesto llegue a su fin, saca el mismo y se sorprende al ver el número de teléfono de su hijo.Pensó que moriría sin recibir una llamada del niño que lo odia más de lo que él puede soportar. Por lo que, de inmediato, responde a su llamado, deseando que sean buenas noticias el motivo
Seok Min le cuenta cada una de las vidas que vivieron juntos y como ella duda, llama a uno de sus hombres para que le traiga todas las fotografías que tiene de Charlotte en sus vidas anteriores. Aunque Charlotte pensaba que era un error y que, si era ella, podía ser su hermana, cada detalle de como la reconocería, la describía a ella. Por lo que, no había manera de que hubiese un error.— No puedo creer que esto esté pasando. — dice Charlotte sorprendida.— Por eso, quise protegerte. Percibí que en esta vida tenias afinidad con los hombres lobos y no quise que sufrieras por ello. — dice Seok Min y Charlotte suspira profundo.— Si lo percibiste, ¿por qué no te quedaste a mi lado? — pregunta Charlotte sintiéndose herida.— Tenia que regresar a seguir con mis clases de magia. Debía recluirme, por lo que, no podía quedarme a tu lado y después de la muerte de mi maestro, tuve que hacerme cargo de los preparativos. >> Solo cuando terminé de todo, fue que pude ir a buscarte y recibí fue qu
Era evidente que la noticia no le había agradado en lo absoluto. Lo que acababa de escuchar, solo le recordaba que había cometido muchos errores y eso, le estaba costando su matrimonio.Aunque Curthwulf sabía que no iba a ser recibido con besos, no se esperaba que las cosas estuviesen así de mal con ella y lo peor, es que cualquier cosa que dijera, podría usarse en su contra.— ¿Es una decisión ya tomada o hay espacio para la persuasión? — pregunta Curthwulf y Charlotte suspira profundo.— No sé en donde quedaron las personas que se amaban, pero, evidentemente no están aquí. — dice Charlotte.— No digas eso, soy consciente que no he estado actuando bien y por eso, seguramente te sientes molesta conmigo, pero…— No estoy molesta contigo, estoy decepcionada y eso no es algo que desaparece de la noche a la mañana. Curthwulf, los momentos felices no logro recordarlos y tampoco puedo ver alguno en el futuro.— No pienses eso. Sé que he actuado de una manera que no es la adecuada, pero… — c
Narra CharlotteLa mirada suplicante me conmovía. Básicamente, Curthwulf, alguien de una especie superior a la humana, estaba de rodillas para que desistiera de mi idea de divorcio. Se estaba arrodillando frente a alguien que fácilmente pudo dejar en el olvido y seguir con su vida.Debo reconocerlo. Se está esforzando para que desista de mi idea. — digo mentalmente.— Curthwulf, levántate, por favor. — pido al sentirme incómoda al verlo así. Siempre he pensado que no hay ser humano o en el caso de Curthwulf, de otra especie que valga tanto para humillarse de esa forma. Por lo que, me resulta incómodo que se arrodille por mí cuando yo solo lo hago cuando estoy orando.— No voy a levantarme hasta que me des una respuesta.— No te aferres a algo que claramente no está funcionando. — le pido.— Intentémoslo una sola vez, poco a poco como al principio. Solo eso te lo estoy pidiendo. — dice Curthwulf y yo suspiro profundo, cuando incluso eso duele.— No puedo seguir en medio de sus discus
Dos semanas despuésComo los dos sabrían donde viviríamos a partir de ahora, no vi problema en que ellos me ayudaran a escoger el lugar donde podríamos mudarnos. Por lo que, he pasado todo este tiempo con los niños, mientras mi brazo y herida en el pecho, sanan en su totalidad.Seok Min, me ha dado cada dos días, medicina para que mi cuerpo sea más fuerte y Terry, me ha dado de sus medicinas amargas que me han ayudado a sanar rápido, al punto de tener pequeñas cicatrices de dicho ataque. — ¿Qué estás haciendo? — pregunta Seok Min en el umbral de la puerta.— Hoy nos vamos a mudar, me imagino que no estás pensando que me quedaré en cama todo el día.— Tengo más de cien hombres que pueden hacer eso. Tu ayuda es innecesaria. — dice Seok Min firme y yo suspiro profundo.— Sé que es así, sin embargo, quiero ayudar. — digo sintiéndome como un objeto decorativo con demasiado valor para tocarlo.— Estaremos bien.— Seok Min, ya estoy cansada de estar encerrada. Por no tomar el sol, me veo co
Estos días había estado mandándome notas a mano con mensajes dulces que incluso me avergonzaba leer delante de Retmus, su mensajero personal. Sé que no está en el castillo, después de la conversación familiar, no había regresado, sino que, se había llevado a los niños los dos días en los que habíamos quedado, pasaría el día con ellos.Por lo que, básicamente no lo he visto desde ese día, pero, la suplica de darle una oportunidad, me la recordaba con las catorce notas que me entregaba Retmus cuando venía por los niños.— Le diré que lo has recibido, para que deje de molestar — dice Carlos al escuchar su teléfono sonar.— Gracias, Carlos. — murmuro mientras saco los zapatos que tienen una nota con la palabra “cómodos”, cremas para que me hidraten bien y un sinfín de cosas para que me sienta relajada durante el embarazo.— Espero que puedas decirle, este regalo es suficiente, no molestes a Carlos porque no quieres entrar al castillo de tu rival amoroso. Con eso demostraras cuan agradecid
Los chicos desaparecen, diciéndome que van a recorrer la casa, mientras yo camino a la parte este del primer piso donde solo se ven dos puertas. La primera, esta al final del pasillo y la segunda, en la pared a la derecha. Desde mi lugar, veo como los chicos suben las escaleras al segundo piso y por ello, camino hacia el pasillo donde el mayordomo ya me espera. Cuando llego a la puerta, deseo que lo que vea no me haga débil. Porque, aunque sé que lo está intentando al enviarme detalles y a los niños, siento que no es suficiente. No lo es si lo que queremos es resolver todas las diferencias que nos han llevado a este punto.— Llámeme si necesita algo, señora. — dice el mayordomo para marcharse.Respiro profundo y como si estuviera el principio de mi fin al otro lado de la puerta, abro lentamente la misma, impregnándome del olor a pintura. Intentando no toser, abro la puerta viendo a mi aun esposo, dibujando sobre la pared blancaSu espalda, con marcas de guerra y tatuajes, me recibe