Todos sabían que Seok Min no bromearía con algo así. Su aspecto decía que, si había venido de recibir un castigo y siendo sinceros, Curthwulf sabía que solo algo así impediría que Seok Min estuviera al lado de Charlotte.
Por lo que, asintió empujando a los chicos a la salida, para él quedarse con Seok Min. No sabía cómo hablar con él. Pero, por su esposa estaba dispuesto a suplicar, aunque ello y lo que iba a pedir, no le agradara.— Yo… no quiero separarme de ella. Pero, sé que no querrá volver a verme. Así que, si ella quiere divorciarse y quedarse contigo, no me interpondré. Solo te pediré que me dejes ver a mis hijos. Porque feliz, sé que eres capaz de hacerla. — dice Curthwulf.— Charlotte escogió y seguirá escogiendo. Dependerá de ella lo que sucede, pero, en lo personal, diría qLos tormentos que se había creado por sus decisiones, lo atormentaban y así como la respuesta llegó rápido a su mente, llegó la respuesta a esta con un golpe contundente que lo quebró más.— Que estúpido soy. Mi familia se ha quebrado por no dedicarle el tiempo que debo darles y aún estoy pensando en marcharme. Sin duda, soy un imbécil que no aprende de sus errores. — susurra Curthwulf y su hermano, se acerca a él.— No puedes quedarte solo al pie de la puerta donde esté Charlotte o deambular por el hospital. Debes hacer algo.— No sé qué hacer. Ese es el problema. Cada decisión que tomo, no me da los resultados que espero y además de eso, estoy alejando tanto a mi familia, que parecemos desconocidos.>> Lowell… se ve tan grande que no veo un solo rastro del pequeño que ni siquiera sabía interpret
Una semana despuésLa manada aún no se recuperaba de la muerte de la bebé. Aunque no habían estado presentes en todo el embarazo, saber que una mujer que había hecho todo por merecer ser la líder femenina de la manada, pasara por algo así, era doloroso. Además, en la mansión no se escuchaba el más mínimo ruido.Los chicos, habían intentado seguir con sus vidas, mientras saludaban a la mujer esperas despertaban y durante cada momento libre, los niños estaban allí hablándole a la mujer que no despertaba.Terry, se esforzaba en crear algo que la ayudara a despertar, pero, él no era tan bueno en las pócimas como Seok Min. Algo que Curthwulf no entendía.— Terry…— No, aun no. Por más que me lo preguntes, no podré darte una respuesta distinta, porque no sé qué estoy haciendo. — dice Terr
Los días pasaban y Charlotte, no mostraba alguna mejoría. Los doctores, se esforzaban en mantener a los bebés hasta el último día de gestación, pero, con respecto al cuerpo de Charlotte, no podían hacer algo, porque, básicamente, no sabían que era lo que sucedía.Seok Min, seguía sin aparecer, pero, estaba su amigo y Terry, para ayudar a Charlotte, sin embargo, parecía que esa no era la ayuda que necesitaba o simplemente, ya no iba a despertar.— Debe haber una manera de despertarla del coma. Necesito que me ayuden o si no quiere ir, darme un medicamento que me ayude a despertarla. Usted solo coloque el precio, yo me encargaré del resto. — dice Curthwulf a uno de los médicos naturales de Japón.— Señor, no puedo ayudarlo. El caso que me está planteando es básicamente un imposible. Nunca había escuchado de una humana con
Mientras en la casa, todo era caos, Curthwulf se aventuraba en una selva que no conocía, con Retmus como acompañante y un intérprete que le ayudara a entender el idioma del doctor naturista. Subiendo por una cascada y aventurándose a precipicios temibles, avanzaba pensando en su familia y cuán importante era lo que estaba haciendo.Quería apresurarse, pero, no podía convertirse en lobo porque el piso era tan resbaladizo y frágil que el peso de su cuerpo siendo lobo, quebraría el piso. Por lo que, como podía, avanzaba por el lugar para después adentrarse en una cueva donde finalmente encontró el hogar del médico que parecía un hombre medieval con miles de plantas en su cinturón, las cuales mezclaba en recipientes creados por él mismo.El hombre susurraba y su mascota, era una serpiente que se preparaba para atacar a cualquiera que se le acercara a su a
Curthwulf corrió tanto como pudo hacia la salida, después de agradecerle al hombre que le señaló una foto de su esposa, una humana que sonreía. Pero, él al verla, no sonreía con amor, si no, nostalgia.Sabía lo que significaba; esto la despertaba, pero, no la iba a librar de la muerte. De su muerte inminente. Por lo que, con dolor, secó sus lágrimas y corrió por donde había venido, deseando llegar a tiempo.Desesperado, comienza a correr por la montaña y cuando está casi llegando a la cima, libera la bengala que, en medio de una noche oscura, Retmus logra divisar a lo lejos.— ¡Rápido, el señor nos espera! — grita Retmus y de inmediato, el piloto y copiloto del helicóptero toman sus cosas para marcharse.Todos se apresuran y Curthwulf corre tan rápido que ignora el camino que rodea la montaña y transfor
Los médicos se movían rápidamente al igual que los enfermeros, mientras todo el personal encargado de la protección, hicieron una calle de honor para todos poder ver a la mujer que se estaba dando por vencida en una guerra que estaba destinada a perder.Todos se movieron rápidamente, mientras los niños se tomaban de la mano aferrándose al apoyo que daba su compañero, para ser fuerte y no llorar como los niños como son. Querían ser fuertes, sentían que debían serlo.— Ya vamos a salir. — dice el doctor y de inmediato, la camilla se muestra saliendo de la habitación.Los niños se esforzaban por mantener la tranquilidad, aunque, ver a loa mujer que ni siquiera parecía una persona, si no, como un pedazo de monumento de yeso tan blanco que es imposible que una piel se viera así. Al verla, los dos se abrazan y lloran sin poder mirar un poco más. Los doctores de inmediato, se marchan y por donde pasan, todos muestran respeto por la mujer que ya no puede soportar más.Todo estaba en silencio
Las horas pasaban y los médicos no salían. Varios entraban, pero, ninguno salía y por ello, todos los que querían saber que era lo que pasaba, se encontraban fuera del lugar, implorando que las cosas salieran bien.No se escuchaba llanto de ningún tipo y eso asustaba a los presentes, porque no sabían si era que habían desistido de la idea de la cesárea o si los bebés habían nacido muertos. No había forma de saber lo que pasaba allí, porque todos los presentes, habían bloqueado todo tipo de comunicación con la manada, para poder trabajar mejor.— Esto está tardando una eternidad. Ya es mediodía. — se queja Curthwulf y todos asienten.Al poco tiempo, uno de los médicos sale quitándose la máscara de su boca y suspirando profundo. — ¿Y bien, doctor? — pregunta Curthwulf angustiado.— Los bebés están descansando en el vientre de su madre, ya no hay un cuerpo que los rechace. — dice el doctor y todos emiten un suspiro aliviado.— ¿Qué hay de Charlotte? ¿Ella ha despertado?— No. No ha desp
La familia esperaba afuera con preocupación, los tres, caminaban de un lado al otro, pensando en lo que pudiera suceder. Por lo que, Terry se sentía mareado. Por ello, suspiraba profundo intentando calmar a los tres hombres que no se fijaban en la buena noticia de que Charlotte había despertado, si no, en porque ella no hablaba.— Dejen de moverse tanto y piensen positivamente. Charlotte, ya ha despertado. Eso es lo importante — dice Terry y los tres se detienen al escucharlo y asienten. — Terry tienen razón, ha despertado. Pero, ¿Qué pasa si la medicina que le di, ha hecho que su cerebro se dañe en la parte que permite que las personas hablen? ¿Qué tal si he empeorado su estado, inyectando algo de lo que creí ciegamente? — pregunta Curthwulf asustado. — No especulemos cosas que posiblemente no sean ciertas. Mejor, esperemos que tengan los doctores que decirnos. — dice Terry y Curthwulf suspira profundo.Curthwulf no se sentía muy seguro. Había confiado en un hombre que solo habían