Mientras en la casa, todo era caos, Curthwulf se aventuraba en una selva que no conocía, con Retmus como acompañante y un intérprete que le ayudara a entender el idioma del doctor naturista. Subiendo por una cascada y aventurándose a precipicios temibles, avanzaba pensando en su familia y cuán importante era lo que estaba haciendo.
Quería apresurarse, pero, no podía convertirse en lobo porque el piso era tan resbaladizo y frágil que el peso de su cuerpo siendo lobo, quebraría el piso. Por lo que, como podía, avanzaba por el lugar para después adentrarse en una cueva donde finalmente encontró el hogar del médico que parecía un hombre medieval con miles de plantas en su cinturón, las cuales mezclaba en recipientes creados por él mismo. El hombre susurraba y su mascota, era una serpiente que se preparaba para atacar a cualquiera que se le acercara a su aCurthwulf corrió tanto como pudo hacia la salida, después de agradecerle al hombre que le señaló una foto de su esposa, una humana que sonreía. Pero, él al verla, no sonreía con amor, si no, nostalgia.Sabía lo que significaba; esto la despertaba, pero, no la iba a librar de la muerte. De su muerte inminente. Por lo que, con dolor, secó sus lágrimas y corrió por donde había venido, deseando llegar a tiempo.Desesperado, comienza a correr por la montaña y cuando está casi llegando a la cima, libera la bengala que, en medio de una noche oscura, Retmus logra divisar a lo lejos.— ¡Rápido, el señor nos espera! — grita Retmus y de inmediato, el piloto y copiloto del helicóptero toman sus cosas para marcharse.Todos se apresuran y Curthwulf corre tan rápido que ignora el camino que rodea la montaña y transfor
Los médicos se movían rápidamente al igual que los enfermeros, mientras todo el personal encargado de la protección, hicieron una calle de honor para todos poder ver a la mujer que se estaba dando por vencida en una guerra que estaba destinada a perder.Todos se movieron rápidamente, mientras los niños se tomaban de la mano aferrándose al apoyo que daba su compañero, para ser fuerte y no llorar como los niños como son. Querían ser fuertes, sentían que debían serlo.— Ya vamos a salir. — dice el doctor y de inmediato, la camilla se muestra saliendo de la habitación.Los niños se esforzaban por mantener la tranquilidad, aunque, ver a loa mujer que ni siquiera parecía una persona, si no, como un pedazo de monumento de yeso tan blanco que es imposible que una piel se viera así. Al verla, los dos se abrazan y lloran sin poder mirar un poco más. Los doctores de inmediato, se marchan y por donde pasan, todos muestran respeto por la mujer que ya no puede soportar más.Todo estaba en silencio
Las horas pasaban y los médicos no salían. Varios entraban, pero, ninguno salía y por ello, todos los que querían saber que era lo que pasaba, se encontraban fuera del lugar, implorando que las cosas salieran bien.No se escuchaba llanto de ningún tipo y eso asustaba a los presentes, porque no sabían si era que habían desistido de la idea de la cesárea o si los bebés habían nacido muertos. No había forma de saber lo que pasaba allí, porque todos los presentes, habían bloqueado todo tipo de comunicación con la manada, para poder trabajar mejor.— Esto está tardando una eternidad. Ya es mediodía. — se queja Curthwulf y todos asienten.Al poco tiempo, uno de los médicos sale quitándose la máscara de su boca y suspirando profundo. — ¿Y bien, doctor? — pregunta Curthwulf angustiado.— Los bebés están descansando en el vientre de su madre, ya no hay un cuerpo que los rechace. — dice el doctor y todos emiten un suspiro aliviado.— ¿Qué hay de Charlotte? ¿Ella ha despertado?— No. No ha desp
La familia esperaba afuera con preocupación, los tres, caminaban de un lado al otro, pensando en lo que pudiera suceder. Por lo que, Terry se sentía mareado. Por ello, suspiraba profundo intentando calmar a los tres hombres que no se fijaban en la buena noticia de que Charlotte había despertado, si no, en porque ella no hablaba.— Dejen de moverse tanto y piensen positivamente. Charlotte, ya ha despertado. Eso es lo importante — dice Terry y los tres se detienen al escucharlo y asienten. — Terry tienen razón, ha despertado. Pero, ¿Qué pasa si la medicina que le di, ha hecho que su cerebro se dañe en la parte que permite que las personas hablen? ¿Qué tal si he empeorado su estado, inyectando algo de lo que creí ciegamente? — pregunta Curthwulf asustado. — No especulemos cosas que posiblemente no sean ciertas. Mejor, esperemos que tengan los doctores que decirnos. — dice Terry y Curthwulf suspira profundo.Curthwulf no se sentía muy seguro. Había confiado en un hombre que solo habían
Habían pasado muchas cosas entre ellos, pero, nada la había marcado tanto como la elección de su esposo por encima de la mujer que casi la mata. Por eso, su mirada cargada de odio, era más fuerte que las veces que se había sentido decepcionada por él.— Entiendo que me odies, pero, por favor, permite al menos que te vea. Yo… sé que estoy siendo egoísta al pedirte esto, pero, Dios… no puedo vivir sin verte. No puedo quedarme tranquilo si no sé cómo estas pasando el día después de despertar.‘¿Cómo lo pasabas cuando te necesitaba? ¿Cómo podías estar semanas sin estar aquí y viviste bien con tu querida prima?’ pregunta Charlotte mentalmente.— Sé que en el pasado cometí muchos errores, pero, por favor, deja que me quede. No me veras si no deseas, ni siquiera vas a escucharme, porque solo me queda
Horas despuésCon medicamento para el dolor en su sistema y su mano inmovilizada por una fractura en dos de sus dedos, Charlotte esta dormida en su cama, mientras los niños niegan sin saber que hacer.— Se están haciendo más daño a medida que pasa el tiempo, hermano. — dice Zaid y Lowell asiente.— No quería que ellos estuvieran separados. Pero, parece que ahora es lo mejor. No podemos ser egoístas por querer tenerlos cerca, porque ellos no están siendo felices.— No quiero que nos separemos. — dice Lowell y ello sorprende a Zaid.— Pensé que no te ibas a separar de nosotros. Pensé que querías estar con mi madre y conmigo — dice Zaid indignado.— Quiero estar con ustedes, pero, si se separan, esta vez no podré quedarme con ustedes.— ¿Por qué no? ¿Ya no quieres estar con nosotros?
Días despuésUna sola semana faltaba para que Charlotte llegara a la semana esperada del parto. Aunque seguía sin hablar, pasaba sus días con Zaid y Lowell escuchándolos hablar de lo que han hecho en todos esos días y lo que tenían pensado hacer cuando fueran grandes.Por lo que, aunque no hablaba, estaba mejor de cuando despertó, porque había comenzado a comer normalmente y a caminar, cosa que no hacia estando consciente. Incluso, había mejorado tanto que los psicólogos que la habían atendido, habían comentado que la mejor idea era permitir que ella viera a Carlos.Ya que, aunque no había escrito que quería verlo, cada vez que podía, caminaba por el lugar buscando algo, pero, no decía que era y esa búsqueda, podría llevarla a la tumba de su hija. Muerte que aún no le habían dicho y por eso, era mejor limitar las bús
Intentando mantenerse al lado de su esposa, se limpió las lágrimas cuando su hijo lo hacía y juntos caminaron hasta el área donde estaban las prendas que los enfermeros y doctores usaban para no contaminar a Charlotte con algo.Tomando Curthwulf un uniforme prestado, se coloca la ropa desechable encima de la misma y una máscara para que solo se vieran sus ojos. Antes de salir, se miró en el espejo y confirmó que, si se concentraba en su aspecto, podría cubrir los tatuajes en sus brazos, para que ella no lo reconociera.— Creo que no podrá reconocerme — susurra y Lowell suspira profundo.— Hubiese sido bueno que heredaras un poco más de como cambiar tu forma. Así, podrías transformarte en otra persona quizás. — dice Lowell y su hijo suspira profundo.— Bueno, creo que no puedo hacer más nada. Es lo que hay. — responde Curthwulf y Lo