A medida que el día avanzaba, la Casa de la manada se llenaba de vida. Los miembros más cercanos de las manadas, junto con algunas de las familias que compartían el vínculo de sangre con el Alfa, llegaron para celebrar un evento único. La presencia del consejo, con sus sabias miradas y opiniones discretas, también se hizo notar. Los murmullos de las familias se mezclaban con las risas de los pequeños que jugaban por los jardines, mientras los mayores se acomodaban en la amplia sala de la Casa de la Manada, esperando el gran momento.Román y Vanessa, siempre cercanos al Alfa, no podían faltar, y llegaron con su hija, pequeña. Todos se alineaban en este momento de orgullo y celebración, que se había dispuesto para presentar Atenea ante las manadas y su Consejo. Por eso la parte humana de la familia no estaba presente. Sin embargo, a pesar de ello, la atmósfera estaba impregnada de algo especial, algo único que solo la llegada de la Luna y su hija podían traer.La pequeña Atenea, en su in
Había pasado un mes desde la impactante ceremonia de presentación de Atenea, y la pequeña seguía creciendo feliz bajo el cuidado atento de su madre. Su presencia se había vuelto un punto de conexión para toda la familia y los cercanos a los Stone. Ya era conocida por todos: abuelos, amistades, y hasta por el tío Ronny, quien llegó acompañado de su nueva pareja, el también bautizado "tío César". Ambos llevaron regalos para la pequeña como muestra de cariño y para oficializar su bienvenida a la familia.Todos coincidían en que Atenea era una mezcla perfecta de sus progenitores: tenía los ojos dorados y las facciones de su padre, mientras que su piel canela y su cabello rizado eran herencia directa de su madre. Sin embargo, las ondas de su cabello eran más largas y suaves, formando rizos que enmarcaban su rostro angelical.La belleza de Atenea no era solo externa; había algo en su presencia que cautivaba a todos los que la rodeaban. Incluso con apenas un mes y algo de vida, mostraba un cr
Mientras caminaban, de regreso a la Mansión. Zaira rompió el silencio con cautela: —Luna, ¿hay algo más que desee que haga?Amira se detuvo y la miró fijamente antes de soltar una carcajada que resonó en el pasillo. —¡Ábrase visto! Semejante rata de pantano. ¿Cómo cree que va a hablar mal de mi chiquita y de los hijos que ni siquiera he tenido todavía, sin pensar que voy a limpiar el piso con ella?Zaira, sorprendida por la reacción, comenzó a reír también. La tensión que había sentido antes se disipó, y ahora veía a Amira bajo una nueva luz.—Zaira, por favor, no necesitas ser tan ceremonial, al menos en privado. Pero sí necesito que hagas algo más. Quiero que alguien haga un informe detallado del estado de toda la infraestructura de la manada. Que incluyan fotos, evaluaciones del mantenimiento necesario y una encuesta sobre el grado de satisfacción con la higiene del territorio.—¿Todo eso? —preguntó Zaira, aún con una sonrisa en los labios.—Exactamente. Con eso comenzaremos a m
El primer cumpleaños de Atenea había sido un evento inolvidable, lleno de risas, travesuras y mucho amor. David y Amira habían organizado una fiesta donde la manada Luna Dorada y sus aliados celebraron unidos. La pequeña Atenea, con su carácter dulce y travieso, ya era la princesa de todos, logrando sacar una sonrisa hasta al más serio de los lobos. Sin embargo, Amira no pudo evitar sentir cierta melancolía.En el despacho principal de la mansión, Amira miraba por la ventana con una taza de café en las manos. Vanessa, se acercó con su característico toque de calidez.—Mi Luna, qué le pasa que la veo tan triste —preguntó Vanessa, inclinándose un poco para captar su mirada.Amira suspiró, sonriendo con cierta resignación. —Nada, mi Vane... sabes, David y yo llevamos casi dos años prometidos. Tenemos una hija hermosa, en la práctica soy su mujer, pero parece que casarse no está en los planes del Sr. Stone. —Hizo una pausa, intentando sonar despreocupada mientras tomaba un sorbo de su café
El veintitrés de abril quedó marcado como un día inolvidable para las manadas y para la pareja destinada que lideraba Luna Dorada. La celebración del festival anual en honor a la Diosa Selene alcanzó un nivel sin precedentes, ya que además de rendir tributo a la diosa, este año el homenaje estuvo dedicado a Amira, única Luna guerrera de los tiempos actuales.La noche era perfecta, iluminada por miles de velas que rodeaban el altar de la diosa y la brillante luz de la luna llena, creando un escenario místico que parecía sacado de un cuento. Los aromas a flores frescas y resina quemada llenaban el aire, mientras las manadas aguardaban el momento cumbre de la celebración.David, siempre estratégico, había pedido a Astra y a Zaira, que oficiaran un ritual de unión, en el que Amira y él declararían públicamente su amor y compromiso eterno ante todas las manadas.El Alfa lucía impresionante con un pantalón negro, botines y una camisa del mismo color, su cabello suelto cayendo sobre sus hombr
El Alfa, se acercó a la cama, mientras acariciaba su propia rección, Amira gateo hasta él, tomando la polla de su hombre, engulléndola completa, -Cariño … -dijo el Alfa con vos ronca disfrutando del placer dado por su Luna, Amira chupó con fuerza, mientras sus manos se movían por toda la longitud de él, apretándolo con fuerza, lamiendo su glande con gusto, -Nena, si sigues chupando así, no estoy seguro de que te puedas levantar mañana. –Amira solo empujó más su cabeza sobre la polla del Alfa, animando a que este sosteniendo su cabeza le follara su boca, las lagrimas corrían por su rostro, un hilo de saliva salía de la comisura de sus labios, escuchar jadear a su hombre era música para sus oídos, él salió de su boca, consumido por su deseo. Amira vio su cuerpo más grande más musculoso, incluso su polla también estaba más grande, ella relamió sus labios y abrió descaradamente sus piernas, -Aquí te espero mi Alfa, ven por mí.El Alfa la tomo por las piernas halándola con fuerza al borde
A la mañana siguiente, Amira despertó como si fuera su primer día de vida. A su lado, un lobo negro colosal seguía durmiendo, manteniéndola cautiva entre sus patas. Intentó moverse suavemente, sin querer despertarlo, pero entonces escuchó una voz en su cabeza, tal como la noche anterior.– Buenos días, mi Luna, amor. Puedes quedarte quieta, no hay forma de que te suelte ahora que eres verdaderamente mía. Por favor, duerme un poco más, déjame disfrutar de tu olor. ¿Sí?Amira se sobresaltó, pensando: ¿Quién me habla? No estoy loca, el lobo no habló... Pero la voz sonaba tan parecida a la de David, solo que un poco más profunda.Una risa se escuchó en su mente, como si fuera un susurro en su conciencia.– Ami, el lobo sí habla, justo soy yo, Zeus, quien te estoy hablando. Y me alegra mucho saber que me escuchas, así como yo te escucho a ti. Esto es parte de la conexión que se forma con tu marca. Te amo, pero tengo sueño, duerme un poco más. Luego, David te lo explicará todo.Amira no podí
Para Amira, la Marca fue como abrir las puertas a un mundo que, aunque sabía que existía, nunca había experimentado con la claridad que ahora compartía con David y su pequeña hija. Desde ese día, le quedó claro que Atenea, a pesar de su corta edad biológica de poco más de un año, podía ver, escuchar y analizar el entorno de una forma sorprendentemente similar a la de su padre. No con la misma profundidad o alcance, pero sí con una percepción asombrosamente precisa.En el mundo físico, Atenea aún no podía comunicarse con la fluidez de un niño mayor, pero cuando usaba su conexión, sus ideas eran claras y perfectamente comprensibles. Ahora Amira entendía por qué David siempre sabía exactamente lo que su hija necesitaba, sin margen de error. La conexión entre ellos era mucho más que un vínculo emocional: era un canal profundo de entendimiento mutuo.-----Aun así, la conexión con la manada, con tantas voces, ideas diferentes y situaciones propias, le provocaba a Amira intensos dolores de c