Luego de esa conversación con Iván, David decidió tomar acción y se comunicó directamente con Román. Con tono serio y medido, pero con la autoridad que lo caracterizaba, le transmitió las indicaciones necesarias:—Román, quiero que mantengas una vigilancia discreta y constante sobre Dalia. No interfieras directamente con sus movimientos; déjala ser. Finge que estás de acuerdo con sus decisiones, excepto en aquellas que consideres extremadamente descabelladas o que puedan afectar mi autoridad directa. En esos casos, me informas de inmediato, y yo te indicaré cómo proceder.—Entendido, Alfa, haré exactamente lo que me pides. ¿Hay algo más que deba saber? —preguntó Román con respeto.—Sí, hay algo importante que debes tener en cuenta. El embarazo de la Luna es completamente confidencial. Nadie debe enterarse, al menos por ahora. Consulta únicamente con Astra si hay algo que deba hacer para la seguridad de la Luna y mi hija, pero evita cualquier otra conversación que pueda comprometer est
Sin embargo, Iván hizo lo que le habían pedido. Con control absoluto, liberó sus feromonas en el aire, inundando la habitación con una esencia poderosa y tranquilizadora.El efecto fue inmediato. Los movimientos de Atenea dentro de Amira se intensificaron de manera notable, provocando una nueva ola de contracciones y un dolor más agudo en su madre. Amira sintió un pujo incontenible, y Miroslava la animó:—Así, Luna, puje. Ella ya quiere salir.Amira, con el rostro empapado de sudor y los músculos tensos por el esfuerzo, reunió todas sus fuerzas y empujó con determinación. Un material sanguinolento seguido de un líquido del mismo color salió de su cuerpo, acompañado de un grito que estremeció la habitación.—¡Bien hecho! —dijo Miroslava al notar la expulsión del tapón mucoso y el líquido amniótico—. ¡Ya puedo ver su cabeza!Por un momento, la doctora creyó que la bebé sería humana, pues la cabeza que asomaba parecía normal. Sin embargo, no tuvo tiempo de reflexionar mucho sobre ello, y
Después de los primeros quince días desde el nacimiento de la pequeña Atenea, la familia decidió regresar a casa. Iván, tal y como había prometido, se marchó dos días después de la llegada de la bebé, aunque dejó un regalo especial para ella: un delicado dije con una gema que cambiaba de color con el tiempo, al igual que los ojos del Entero en su forma original.Amira, ya con todos sus recuerdos completamente restaurados, comenzó a equilibrar su nuevo papel de madre con las múltiples actividades que manejaba a diario. Sin embargo, nadie podía negar que cuidar de la pequeña Atenea se había convertido en su actividad favorita.Por su parte, Zeus y David parecían en constante conflicto interno, como si no fueran un solo ser. Ambos querían estar presentes en cada momento de la vida de la bebé, al punto que la dinámica se volvió tan intensa que la Luna tuvo que intervenir. Finalmente, estableció horarios para que cada uno pudiera compartir tiempo con Atenea, logrando que todo fluyera con m
A medida que el día avanzaba, la Casa de la manada se llenaba de vida. Los miembros más cercanos de las manadas, junto con algunas de las familias que compartían el vínculo de sangre con el Alfa, llegaron para celebrar un evento único. La presencia del consejo, con sus sabias miradas y opiniones discretas, también se hizo notar. Los murmullos de las familias se mezclaban con las risas de los pequeños que jugaban por los jardines, mientras los mayores se acomodaban en la amplia sala de la Casa de la Manada, esperando el gran momento.Román y Vanessa, siempre cercanos al Alfa, no podían faltar, y llegaron con su hija, pequeña. Todos se alineaban en este momento de orgullo y celebración, que se había dispuesto para presentar Atenea ante las manadas y su Consejo. Por eso la parte humana de la familia no estaba presente. Sin embargo, a pesar de ello, la atmósfera estaba impregnada de algo especial, algo único que solo la llegada de la Luna y su hija podían traer.La pequeña Atenea, en su i
Había pasado un mes desde la impactante ceremonia de presentación de Atenea, y la pequeña seguía creciendo feliz bajo el cuidado atento de su madre. Su presencia se había vuelto un punto de conexión para toda la familia y los cercanos a los Stone. Ya era conocida por todos: abuelos, amistades, y hasta por el tío Ronny, quien llegó acompañado de su nueva pareja, el también bautizado "tío César". Ambos llevaron regalos para la pequeña como muestra de cariño y para oficializar su bienvenida a la familia.Todos coincidían en que Atenea era una mezcla perfecta de sus progenitores: tenía los ojos dorados y las facciones de su padre, mientras que su piel canela y su cabello rizado eran herencia directa de su madre. Sin embargo, las ondas de su cabello eran más largas y suaves, formando rizos que enmarcaban su rostro angelical.La belleza de Atenea no era solo externa; había algo en su presencia que cautivaba a todos los que la rodeaban. Incluso con apenas un mes y algo de vida, mostraba un c
Mientras caminaban, de regreso a la Mansión. Zaira rompió el silencio con cautela:—Luna, ¿hay algo más que desee que haga?Amira se detuvo y la miró fijamente antes de soltar una carcajada que resonó en el pasillo.—¡Ábrase visto! Semejante rata de pantano. ¿Cómo cree que va a hablar mal de mi chiquita y de los hijos que ni siquiera he tenido todavía, sin pensar que voy a limpiar el piso con ella?Zaira, sorprendida por la reacción, comenzó a reír también. La tensión que había sentido antes se disipó, y ahora veía a Amira bajo una nueva luz.—Zaira, por favor, no necesitas ser tan ceremonial, al menos en privado. Pero sí necesito que hagas algo más. Quiero que alguien haga un informe detallado del estado de toda la infraestructura de la manada. Que incluyan fotos, evaluaciones del mantenimiento necesario y una encuesta sobre el grado de satisfacción con la higiene del territorio.—¿Todo eso? —preguntó Zaira, aún con una sonrisa en los labios.—Exactamente. Con eso comenzaremos a medi
El primer cumpleaños de Atenea había sido un evento inolvidable, lleno de risas, travesuras y mucho amor. David y Amira habían organizado una fiesta donde la manada Luna Dorada y sus aliados celebraron unidos. La pequeña Atenea, con su carácter dulce y travieso, ya era la princesa de todos, logrando sacar una sonrisa hasta al más serio de los lobos. Sin embargo, Amira no pudo evitar sentir cierta melancolía.En el despacho principal de la mansión, Amira miraba por la ventana con una taza de café en las manos. Vanessa, se acercó con su característico toque de calidez.—Mi Luna, qué le pasa que la veo tan triste —preguntó Vanessa, inclinándose un poco para captar su mirada.Amira suspiró, sonriendo con cierta resignación. —Nada, mi Vane... sabes, David y yo llevamos casi dos años prometidos. Tenemos una hija hermosa, en la práctica soy su mujer, pero parece que casarse no está en los planes del Sr. Stone. —Hizo una pausa, intentando sonar despreocupada mientras tomaba un sorbo de su ca
El veintitrés de abril quedó marcado como un día inolvidable para las manadas y para la pareja destinada que lideraba Luna Dorada. La celebración del festival anual en honor a la Diosa Selene alcanzó un nivel sin precedentes, ya que además de rendir tributo a la diosa, este año el homenaje estuvo dedicado a Amira, única Luna guerrera de los tiempos actuales.La noche era perfecta, iluminada por miles de velas que rodeaban el altar de la diosa y la brillante luz de la luna llena, creando un escenario místico que parecía sacado de un cuento. Los aromas a flores frescas y resina quemada llenaban el aire, mientras las manadas aguardaban el momento cumbre de la celebración.David, siempre estratégico, había pedido a Astra y a Zaira, que oficiaran un ritual de unión, en el que Amira y él declararían públicamente su amor y compromiso eterno ante todas las manadas.El Alfa lucía impresionante con un pantalón negro, botines y una camisa del mismo color, su cabello suelto cayendo sobre sus homb