Lena.-

Varias semanas ya habían pasado desde la llegada de Lena a Francia, su corazón estaba partido en dos, observaba a Daven y era como ver la copia exacta en miniatura de su padre.

Ella recordaba su voz, sus caricias, sus besos… acarició la marca que tenía en su hombro en forma de media luna, se preguntaba si todo eso era real o si solo se trataba de cumplir un convenio, la realidad era que ella si se había enamorado profundamente de Nicholas, vivo o muerto todos los designios le dejaban ver que no estaban hechos el uno para el otro y estaba dispuesta aceptarlo a pesar de tener esa marca en su piel.

— ¿Lena? –Escuchó la voz de Elin y rápidamente se limpió las lágrimas que humedecían su rostro.

— ¿Sí?

— No quiero verte triste me parte el corazón amiga

— Estaré bien, ahora lo que necesito es buscar aliados que me ayuden a recuperar Brasov, estuve pensando en las ninfas y las hadas que nos ayudaron, ¿Quién las habrá enviado? –Elin se encogió de hombros, pero caminó pensativa.

— E