—¿Usted es Enzo Pérez? Es un placer para mi conocerlo —Lucas se adelantó rápidamente y le hizo una reverencia.Todos los jóvenes se sintieron muy aliviados al ver a Lucas tomar en ese momento la iniciativa.Lucas provenía de una familia adinerada y estaba acostumbrado a tratar con personas important
Las lágrimas brotaron y cegaron su visión, Carolina no pudo evitar sentirse impotente ante esta injusticia. Al ver las caras de estos estudiantes, Enzo se sentía bastante orgulloso. ¿Cómo se atrevían un grupo de estudiantes a resistirse bajo sus golpes y amenazas? Extendió el brazo y trató de quitar
Enzo puso un puñal en el cuello de Carolina y miró alertamente a Miguel. El cuerpo de Carolina se quedó totalmente rígido, sin atreverse a moverse. Nunca había imaginado que una estudiante tan pobre como ella sería secuestrada algún día.—Muchacho, parece que esta chica y tú no solo son amigos —se r
Miró a Miguel con gran temor. ¡Qué rápido era este muchacho! Parecía que no podía escaparse de Miguel con éxito. Enzo empezó a rogarle asustado.—Amigo, amigo… Por favor… No me mates… Todo lo que sucedió fue mi culpa. Si quieres, puedo disculparme e incluso te compensaré.—Ya te he dado una oportuni
Enzo se volteó lentamente hacia Miguel, incapaz de asimilar la situación en ese momento. Su cabeza era como una verdadera máquina sin combustible. Nunca había imaginado siquiera que Iván conociera a Miguel, y mucho menos que le tratara con tanto respeto. ¿Quién era realmente este muchacho?—Hoy es e
Carolina se volteó lentamente y miró al anciano con una expresión bastante aturdida. El anciano no dijo nada en lo absoluto, sino que se fijó en su pecho. Carolina se sentía más ansiosa e inquieta. ¿Acaso era un viejo verde? Inconscientemente, Carolina agarró con fuerza la solapa de su ropa. Miguel
—¿Qué te parece entonces hermosa? —Ernesto miró a Carolina con los ojos encendidos, esperando su respuesta con grandes ansias.—Este jade… es el regalo del señor Rodríguez. No quiero venderlo… —titubeó Carolina al instante después de reflexionar por un momento. Aunque el jade valía más de cien millo
—No te preocupes, Carolina, todo estará muy bien —Daniel le dio algunas palabras de consuelo, acariciando suavemente su cabeza.—Además, ya he buscado un especialista para ella —añadió rápidamente Daniel, tratando de tranquilizarla.—Obviamente, ella sufre de demencia. ¿Por qué necesitas un especial