Miró a Miguel con gran temor. ¡Qué rápido era este muchacho! Parecía que no podía escaparse de Miguel con éxito. Enzo empezó a rogarle asustado.—Amigo, amigo… Por favor… No me mates… Todo lo que sucedió fue mi culpa. Si quieres, puedo disculparme e incluso te compensaré.—Ya te he dado una oportuni
Enzo se volteó lentamente hacia Miguel, incapaz de asimilar la situación en ese momento. Su cabeza era como una verdadera máquina sin combustible. Nunca había imaginado siquiera que Iván conociera a Miguel, y mucho menos que le tratara con tanto respeto. ¿Quién era realmente este muchacho?—Hoy es e
Carolina se volteó lentamente y miró al anciano con una expresión bastante aturdida. El anciano no dijo nada en lo absoluto, sino que se fijó en su pecho. Carolina se sentía más ansiosa e inquieta. ¿Acaso era un viejo verde? Inconscientemente, Carolina agarró con fuerza la solapa de su ropa. Miguel
—¿Qué te parece entonces hermosa? —Ernesto miró a Carolina con los ojos encendidos, esperando su respuesta con grandes ansias.—Este jade… es el regalo del señor Rodríguez. No quiero venderlo… —titubeó Carolina al instante después de reflexionar por un momento. Aunque el jade valía más de cien millo
—No te preocupes, Carolina, todo estará muy bien —Daniel le dio algunas palabras de consuelo, acariciando suavemente su cabeza.—Además, ya he buscado un especialista para ella —añadió rápidamente Daniel, tratando de tranquilizarla.—Obviamente, ella sufre de demencia. ¿Por qué necesitas un especial
Miguel observó a Elena detenidamente, quien intentaba mostrarse seductora, y suspiró profundamente:—Si planeas pasar la vida con Daniel, seguramente puedo ayudarte económicamente. Al menos, tu calidad de vida mejorará grandemente, será definitivamente mejor que ahora. Sin embargo, si siempre estás
—Buenas, director, soy Adrián Hinojosa. ¿No sabe si está disponible ahora una mejor habitación en el Hospital de Ríomar? —preguntó Adrián con gran modestia.—¿Ah, ya todas están ocupadas? Pues, usted tiene otra manera… —no esperaba a que Adrián terminara la frase, la llamada fue de inmediato colgada
—¿Qué? ¿Por qué? —preguntó Daniel, muy sorprendido.Sabía muy bien que Miguel no comentaría nada sobre cualquier persona sin razón alguna, así que quería saber sus motivos.—Daniel, no quiero ser rudo, pero tu novia... Tal vez no sea lo que parece... —explicó de inmediato Miguel de manera indecisa.