Miguel observó a Elena detenidamente, quien intentaba mostrarse seductora, y suspiró profundamente:—Si planeas pasar la vida con Daniel, seguramente puedo ayudarte económicamente. Al menos, tu calidad de vida mejorará grandemente, será definitivamente mejor que ahora. Sin embargo, si siempre estás
—Buenas, director, soy Adrián Hinojosa. ¿No sabe si está disponible ahora una mejor habitación en el Hospital de Ríomar? —preguntó Adrián con gran modestia.—¿Ah, ya todas están ocupadas? Pues, usted tiene otra manera… —no esperaba a que Adrián terminara la frase, la llamada fue de inmediato colgada
—¿Qué? ¿Por qué? —preguntó Daniel, muy sorprendido.Sabía muy bien que Miguel no comentaría nada sobre cualquier persona sin razón alguna, así que quería saber sus motivos.—Daniel, no quiero ser rudo, pero tu novia... Tal vez no sea lo que parece... —explicó de inmediato Miguel de manera indecisa.
—Elena, ¿qué le sucedió a tu ropa? —Daniel notó de inmediato que la ropa de su novia estaba muy desordenada.Elena, bastante sorprendida, miró hacia abajo y descubrió que su ropa estaba algo desabrochada.—Lo siento mucho, no sé cuándo se me cayeron los botones... —se excusó rápidamente Elena.Tal v
—¿Quién le ha pedido venir? No lo he solicitado —dijo Daniel con una mirada extremadamente fría, claramente quería ahuyentarlo. Carolina se sintió muy avergonzada en ese instante por el comportamiento de su hermano.—Está bien, me voy. No se preocupe por eso—notando su determinación, Miguel no dijo
—Gerente Ramos, muchísimas gracias por lo que ha hecho hoy. Si no fuera por usted, la madre de mi empleado tendría que descansar en una habitación normal —agradeció Adrián muy conmovido.—Daniel, ven, permíteme presentarte. Él es el gerente Ramos del Hospital de Ríomar —dijo Adrián con gran amabilid
—¿Ah? ¿Hermana? —preguntó Carolina muy sorprendida. Miguel y ella no eran más que amigos normales, ¡no eran hermanos biológicos!Sandra no dijo una solo palabra, simplemente afirmó con la cabeza al ver a Carolina.—Pues sí, es hermosa. Bueno, ustedes salgan primero, tengo que discutir la situación d
—Carolina, te lo digo, ese chico definitivamente está enamorado de ti, de lo contrario, no nos trataría con tanta amabilidad —se quejó en ese momento Daniel.—Hermano, no deberías decir esas cosas. Aunque el señor Rodríguez esté interesado en mí, no me ha hecho ningún mal... ¿Por qué lo odias tanto?