En el Hospital de Ríomar, Victoria permanecía sentada en la silla del pasillo. Acababa de llamar a Ana. Alicia ya había salido del estado crítico y fue enviada a la habitación.Mientras Victoria daba vueltas sin cesar en el pasillo, vio a Miguel dirigirse directo hacia ella con prisa. Se volteó y em
Victoria se sintió intimidada por las palabras de los dos hombres. Se volteó hacia Miguel con las lágrimas brotando.—Miguel… Tienes que salvarme. Te diré absolutamente la verdad…Miguel se adelantó y les impidió el paso.—Señores, me temo que todavía no pueden llevarla por ahora.—¿Quién te crees q
—Después de que despierte Alicia, es mejor que se lo expliques todo —recomendó Miguel, fijando la mirada en Victoria.Victoria no evitó tragar saliva y se sintió un poco nerviosa ante Miguel, quien debería ser una basura para ella. Bajó la cabeza inmediatamente para evitar la mirada de Miguel.En es
—Eh… —las palabras de Miguel le dejaron muy perplejo.—Pero señor Rodríguez… Este Sebastián es el hijo del líder del Puño Sur. Aunque haya cometido errores graves, no debería haberlo matado —titubeó vacilante José.—¿Lo he matado? No, no lo he matado, solo le di una patada. Supongo que todavía está
—Miguel, sé que no estamos en el mismo bando y que sirves a la familia Álvarez, pero lo que has hecho es imperdonable. ¡Qué perverso eres! No solo has golpeado a mis secuaces, sino que además has violado a mi hija. También, has bloqueado todos los canales de energía de mi hija. ¿Cómo pudiste hacer e
—Si vas a escarmentarlo en persona, seguramente podrás atraparlo—lo halago Íñigo.—Ahora necesito toda la información correspondiente de este muchacho, incluido su trasfondo —ordenó Hugo, levantándose lentamente.Íñigo afirmó con la cabeza y dejó que Antonio se hiciera cargo.Al instante, Antonio re
Este feroz puñetazo de Miguel era tan poderoso que intimidaba enormemente a Hugo. Nunca pensó que Miguel, tan joven, tuviera una energía interna tan profunda.Para resistir el puñetazo de Miguel, Hugo movilizó toda su energía en su ombligo.—¡Pum! —con un ensordecedor crujido, surgió un fuerte hurac
—Comprendemos muy bien cómo se siente en este momento, pero no podemos ser engañados. Aunque no llevo mucho tiempo con Miguel, puedo afirmar claramente que él no es ese tipo de persona —aseguró Ricardo.—Es imposible que él humille a los muertos —añadió con firmeza.Miguel podía matar a cualquier pe