Capítulo 0157
Marcos miró a Ricardo Blanco con suspicacia, casi haciéndose añicos los dientes.

¿Cómo Miguel era el salvador de la señorita Blanco?

Alejandro se adelantó para saludar:

—Hermano Blanco, bienvenido. Tu visita ha iluminado nuestra casa.

—No hace falta tanta cortesía entre nosotros, hermano. Esta vez
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