Leinad Grossver.«Yo decido por mí» Pensé observando el techo de mi habitación. Dormir me era tan inconveniente en estos momentos. Esa niña estaba borrando todo mi autocontrol.Pero eso debía lo debía tratar cuanto antes.—Alguien irá a un baile muy pronto—. Y sabía que era lo que eso significaba. Navidad estaba tan cerca. Más malos recuerdos vendrían con ello.Respiré profundo dándome la vuelta sobre la cama. Y con el pensamiento de la pequeña castaña me quedé dormido.[…]— Déjame ver si entendí. ¿Quieres que agregue un antifaz a la ceremonia? Solo porque no quieres que sepan quién es tu acompañante. Leinad esto no es un juego, o un libro de literatura erótica.—Qué graciosa eres Donna— Entre cerré los ojos molesto.—Que use una peluca, o es más, que sea su elección. Pregúntale si quiere acompañarte no creo que tenga problemas con que alguien la reconozca—. Me removí incómodo en mi asiento.— Le llevo más de diez años. A parte tiene novio. No quiero escándalos.La rubia se encogió d
-Leinad Grossver-Sus ojos me observaron, miré duda, temor, deseo, y posiblemente los sentimientos más puros y hermosos de los que jamás, hubiese sido testigo. Sin decir una sola palabra entramos a la primer tienda de ropa.—Solo no gastes miles de dólares en un vestido— advirtió algo fastidiada.—Gasto miles de dólares en cosas que me importan— Vi que apretó sus manos. Amaba jugar así con ella.—Así que no te sorprendas si gasto un millón de dólares en tu vestido— Reí adelantando el paso.«Oh pequeña traviesa»Blanco y negro. En efecto había ese tipo de colores en esta tienda sin embargo las tallas eran muy pequeñas. Lo cual pareció afligir a Megan.Pero esos vestidos eran ridículos. Ni siquiera lo hermana, que era muy delgada, hubiese entrado en ellos.—Lamento que no hayan encontrado nada. Pero el letrero dice tallas pequeñas— Canturreó la encargada del lugar.—Si, y por lo que veo no usted no compra su ropa aquí ¿verdad?— Respondió la castaña con un aire de molestia y diversión.
Amanda. Capítulo 72.Ahora más que nada, me ato a la posibilidad de que el mundo es muy pequeño. Aunque no de la forma en qué me gustaría que fuese. Respiro profundo. La cena transcurrió de manera lenta. No volvimos a tocar el tema de Sera. Sin embargo era más que obvio que él la conocía. ¿De dónde? No estaba cien por ciento segura , lo más probable es que de la empresa del señor Arcuri. —¿Gusta pedir el postre señor? —De nueva cuenta la mesera se acercó. Levanté una ceja al notar que parecía, estaba pintada en este lugar. Solo se había referido a él. Antes de que Marcel pudiera hablar lo hice yo.—Si claro que nos gustaría tomar el postre, ¿Puedes traernos un Chiscake de arándanos rociado con chocolate blanco?— Sonreí. —Claro— La chica desapareció su sonrisa bajando la cabeza. — Solo cuida que los lácteos no sean enteros entre más ligeros, mejor— ella asintió. —¿Te gustan los postres?— Oh que pregunta. Bueno él no lo sabía. —Estudié gastronomía y repostería. Cocinar cosas d
—¡Amanda!— ¿Pero qué carajos está pasando? Tomo el móvil y lo conecto a la pantalla del auto.—¿Cómo va la cita?—Cierra la boca Gregori. Necesito que envíes a personal de seguridad. Arrollé a alguien en el estacionamiento del restaurante, asegúrate de que eliminen la evidencia de las cámaras.—¿Qué diablos estás diciendo? Un solo día Marcel, solo un día quisiera que no te metieras en problemas.—Intentaron matarla— Suelto en un gruñido. Estoy tratando de concentrarme.¿Al hospital? ¿A su casa? ¿A la mía? ¿A dónde cojones la llevo?— No puede ser. ¿Te metiste con una criminal?—No seas imbécil no es una criminal. Envía un médico a mi departamento ahora mismo. Voy para allá. También necesito que contactes a Giovanny Arcuri.— Definitivamente haz perdido la cabeza. Si sigues metiéndote con el dueño de la compañía va a demandarte.—Ella es amiga de su novia. Y algo está pasando, algo muy sucio. Necesito hablar con Arcuri ahora mismo. Programa el viaje, volveremos a Manhattan en cuanto me
Amanda.«Despierta. Vamos despierta»Una intensa desesperación llenó mi sistema en cuento recuperé la movilidad de mis extremidades. Odiaba sentirme así, me hacía recordar el momento en qué desperté en aquella habitación de hospital después, después de que todo cambiará, después de que la persona que consideraba un hermano, y sobre todo, que amaba con locura, intentará matarme.Lo primero que detecté fueron dos cosas, un olor dulce, como a vainilla mezclado con manzanilla y canela. Lo segundo, una inmensa comodidad debajo de mi espalda, como si me encontrará acostada sobre una nube, u algodón de azúcar.Abrí los ojos incorporándome dónde sea que había estado recostada, todo para darle cuenta que estaba sobre una enorme cama con sedas rojas, la decoración de la habitación en su mayoría dorada. Me senté al final de la cama. La cabeza me dolía casi de la misma manera, antes de quedar inconsciente. Respiré profundo cuando el olor se hizo más fuerte, la puerta había sido abierta. El rostro
Sera.Apreté la mandíbula. Y las manos. Me encontraba justo en medio de la plaza central. Después de hacerme los análisis de sangre, y descubrí que en efecto, Julián Desword si era compatible con mi sangre, y que, todo este tiempo, fui hija de uno de los hombres más poderosos en la industria económica de América, me deja sin pensamientos. Últimamente las cosas han estado danzando entre lo que está bien y lo que está mal.Giovanny a hecho reuniones secretas a mis espaldas en su despacho, con hombres de vista peligrosa. Temo se meta en problemas y eso, repercuta la seguridad de todos.En los últimos días no me he sentido del todo bien. Las semanas siguen pasando y mis síntomas se han vuelto más fuertes. Cuando me hice la prueba de sangre, me enteré que estaba embarazada. Por un instante sentí una fuerte bofetada en el rostro. Recuerdo haberme escondido en el baño de la habitación por largos minutos con la excusa de que me había caído mal la comida.A este punto debo tener dos meses apro
Cleo. Salí de los baños públicos en la estación de metros. Llevaba tres minutos de anticipación. No era mucho pero, el tiempo para mí valía demasiado. Caminé hasta la recepción, allí estaba la secretaria de nombre Sara. Tenía un pequeño conflicto con ese nombre. No era que lo odiara pero, ¿Por qué todas las secretarias se tenían que llamar Sara?-Buenas tardes. Cleo Doorian. Recibí un correo de confirmación en las prácticas financieras-. La mujer que tenía un lunar en su mejilla izquierda me repasó con la mirada.-Estuviste ayer aquí.Este es tu gafete- sacó de un cajón mi pequeña identificación. No se por que pero sentí una gran emoción al tenerlo conmigo.-Ve al área de recursos humanos. Pregunta por Rita, ella te llevará a la sala de archivos. Allí empezarás.«¿Salas de archivos?» fruncí el ceño asintiendo con la cabeza.-Tercer piso, a la derecha.Me apresuré ha llegar al ascensor. Coloqué el piso número tres y esperé a que las puertas se cerrarán. El olor me pareció agradable.M
Inhale y exhale tratando de calmarme. Sentí las piernas de gelatina y como el aire se volvía cada vez más pesado.—¡Giovanny espera! No puedes matarlo.—Oh claro que no solo voy a matarlo. Lo haré sufrir— el corazón parecía que estaba a punto de salírseme del pecho.— Lo siento tanto Sera. Por favor perdóname— Las rodillas de la castaña se doblaron, arrodillándose.—No, no Amanda, no te arrodilles. No hiciste nada malo. Fui una estúpida por no haberme dado cuenta— La voz se me quebró. El hombre de cabellos rizados se aproximó para ayudarle a colocar de pie.Todos estaban expectantes.— Lo menos que merece ese idiota es la muerte. Un tipo le apuntó con un arma a Amanda en el estacionamiento. Casi muere. Y estoy seguro que hay algo más pesado detrás de esto.—¿Papá?— Daniel bajó por las escaleras al escuchar todo el escándalo.—Hijo, estamos arreglando un pequeño asunto. ¿Puedes volver a subir? Simone— Le señaló. Este Asintió subiendo con la comadreja.—¿Hija qué está pasando?— Julián r