Hospital Central - Manhattan (Servicios Privados)6:00pmUna presión enorme se instaló en mi pecho. Percibí olas de punzadas en mi cabeza. Poco a poco sentí mi cuerpo entumecido. Había cables por todos lados. Miré la luz brillante tratando de acostumbrarme. El olor a productos para limpieza llegó a mis cosas nasales dándome náuseas. Me sentía mareada, jodida en todos los puntos.«Estoy en un hospital »—Hola— Susurré. Mi voz salió rasposa. Mi saliva espesa resecaba mis cuerdas bocales.Observé con delicadeza el botón blanco cerca de mi dedo índice. Lo oprimí.Respiré profundo. El temblor de mis manos comenzó en el momento en que lo recordé todo. En qué até los hilos rotos y desenredé las cadenas que habían estado sosteniendo mi consciencia todo este tiempo. Tenía que pensar en algo. Tenía que ser inteligente. Sera corría peligro, yo corría peligro.« Jamás debimos confiar» limpié una lágrima que corría por mis ojos en cuanto una enfermera entró a la habitación.—Buenas tardes. Despert
La miré mientras dormía. Era sumamente hermosa, aún con esa pálida piel y bolsas bajo sus ojos. Después de tomar un poco del líquido dulce y caliente, la convencí para que se relajará viendo el televisor de mi sala.Sera poseía una pureza envidiable, me recordaba tanto a la mujer que rompió mi corazón, al morir en mis brazos.Pasan de las tres de la mañana. Y estaba empezando a colocarse fría. Quité la pequeña manta que cubría sus piernas desnudas. Y la cargué con cuidado. No había cosa que odiase de ella. Su cuerpo, sus gestos, su rostro, sus regordetas piernas. Era todo una muñeca. Incluso su actitud infantil y madura a la vez, la hacían parecer única.La coloqué sobre la cama, se removió un poco abrazando una de las tantas almohadas que solía tener en mi cama, todo con la idea de dejar de sentirme solo. Odette no conocía está propiedad, jamás invitaría a un ser tan despreciable a dormir en la misma cama que compartí con la qué un día, fue mi prometida.Mi teléfono se iluminó. Desli
El corazón me latía con fuerza. Al despertar, Alessandro había colocado una gran variedad de artículos sobre la cama, para mí. Llevaba puesto un abrigo hermoso, seguramente con un costo bastante elevado. Pero había decidido dejar de pensar en ello, dejar de preocuparme por el precio de las cosas. Probablemente no era nada comparado con el verdadero capital del Alemán. Con un poco de maquillaje logré ocultar los últimos rastros de la enfermedad debajo de ello. Estaba ansiosa, necesitaba saber cómo se encontraba Giovanny, necesitaba tocarlo, acariciarlo, escuchar su voz, saber que era real. «Estoy locamente enamorada de él» Y quizás aún no comprende lo importante que es en realidad. Nunca había estado enamorada de alguien de esta manera. En mi vida solo habían existido dos personas. Dos chicos, uno de ellos lo conocí en un campamento de la universidad, su nombre es Patrick. Fue el primero en mi vida. Lo quise mucho sí, pero, no estábamos listos para comprender lo que era una relación
Centro de Berlín- Alemania.Alessandro De Andes.—Señor, tenemos una dificultad ahora mismo— Dejé salir el humo del cigarrillo dentro de mi boca. Problemas y más problemas. ¿Cuándo podría tener un poco de descanso?—¿De qué Mierda hablas?— Es sobre Anthony. En su ausencia quebrantó varias de sus reglas, dobló un par de negocios en el occidente y se deshizo de dos socios chinos— Aprieto mi puño con fuerza. Sabía que tomaría parte de su poder como socio del corporativo y dinastía, para hacerme cabrear.— Arreglen su desastre. Ya me encargaré de él—. Le tenía un final bastante satisfactorio a mi querido medio hermano. Era un dolor constante, del cual, ya no estaba dispuesto a soportar.— Además de ello— Roan, mi jefe de seguridad hace una mueca. Me está ocultando algo.—Habla ya.— Al parecer, tiene secuestrada a una joven en las casas del sur. Es la hija de Ángelo— Me puse de pie separando la silla giratoria de mi escritorio. Esto debía ser una jodida broma.— ¿Por qué no se me infor
-Giovanny- —¿Qué? No puedo creerlo. ¡No puedo creerlo! ¿Cuándo despertó? ¿Ella está bien? Por los cielos— Cubrió su boca con ambas manos. —Tranquila. No poseo muchos detalles tan solo lo que acabo de decir. En cuanto aterrizamos se me informara. — ¿Pero qué dices? Tengo que ir a verla de inmediato— en ese instante un pequeño ataque de tos hizo que la rubia regresará la cabeza hacia atrás y se cubriera. — Lo siento. Fue la emoción — se excusó. Pero no, no era así. Estuvo a poco de padecer hipotermia, Sera estuvo a poco de morir por mi culpa. Fruncí el ceño. Sintiéndome culpable nuevamente. Cerré mis ojos con enojo reprimido. Después de verle caer al lago, la idea de perderla carcomía mis entrañas. No fue hasta que los hombres de Alessandro intervinieron que, supe, todo era parte de un plan. Firmé los documentos, acepté cualquier trato con los socios con tal de mantener a mi hijo a salvo. A Sera, a salvo. — Sigues enferma— Comenté sin sentimiento. La atención de Llilvian se fijó e
“Cuida los pasos de tu vida, puede que en un futuro estos definan tu final" -Sera-Regresar a mi país de origen, a mi ciudad, pero no a mi casa, me parecía hasta cierto punto, desconocido. No había forma alguna en que intentaste olvidar lo que pasó en Alemania. Incluso ahora, que me encontraba a pocos segundos de pisar la mansión. Durante el vuelo de regreso, después de que el “Señor Arcuri” se hubiese cansado de tocarme el cuerpo—algo que ciertamente no me molestaba en absoluto— divagó entre llamadas y mensajes a personas que no conocía. Nombró en más de una ocasión el nombre de Leandro.— Simón — Saludé al mayordomo de la casa. Lo miraba como un amigo. Y esperaba un día él, pudiese decir lo mismo.—Señor, Señorita Llilvian. Bienvenidos, se les extrañó — Observé el interior de la mansión esperando a ver a la comadreja correr por las escaleras.—¿Y Daniel?— Pregunté—El señorito está con Laura, su nana. Lo llevó a la iglesia — Una pequeña y leve risa salió de mi garganta. Intenté dis
Capítulo 53. El atardecer llegó como una oleada de recuerdos. El cielo se mantenía soleado a pesar del viento fresco que azotaba la ciudad. Noviembre. Dentro de poco se asomaría la culminación de un año. Un año donde mi vida dio un giro inesperado. La actitud de Amanda escondía algo, esperaba no fuese grabe, esperaba que confiara en mí y pudiese decirme qué era aquello que la estaba aquejando. Rayan, su hermana, también lo había notado, pero todo era tan nuevo, tan temprano, incluso confuso. No sabía que esperar ahora que ella estaba despierta. Por ello se había tomado una decisión. Lo mejor era que Amanda se fuese a vivir con Rayan, a las afueras de Nueva York. El timbre de la puerta sonó. Al inicio me causó escalofríos. Eché una mirada hacia la hora, pasaban de las cinco de la tarde. Lo más seguro es que se tratara de Giovanny. Amanda—que se encontraba preparando una mezcla de pizza— se limpió las manos y acercó hasta donde me encontraba sentada en la sala. Ray fue a abrir la puer
Capítulo 54.«Este capítulo está de infarto. No olvides sonreír» -Sera-Cinco semanas después:Respiré profundo. Hoy especialmente había despertado con un intenso malestar de cabeza. Definitivamente mi periodo estaba a poco de llegar, sentía el estómago revuelto. Giovanny había salido muy temprano, apenas estaba amaneciendo. Dentro de pocos días Daniel saldría de vacaciones, y por primera vez. La semana anterior había podido comunicarme con Amanda. Estaba bien, y eso, era lo que más importaba.— Hey. ¿Qué haces aquí?— El gato de Daniel se había colado a la habitación que compartía con Giovanny. Me coloqué una bata y dispuse a ir a su alcoba.—Vamos a despertar a la comadreja— Murmuré cargando al pequeño minino. Aunque de pequeño no tenía nada. Había crecido en tamaño y peso.Abrí la puerta de Daniel. Se encontraba durmiendo en una posición algo extraña. Su pie derecho estaba doblado hacia una esquina mientras su cabeza se encontraba escondida por las almohadas. Rodé los ojos, creo qu