―Ven aquí, campeón. ―Trevor tomó a su hijo en brazos. ―Eso es. ―Besó su cabeza. ―Dioses, qué grande estás, cariño. ―El bebé de siete meses sonrió igual a su madre. ―Cada día te pareces más a ella. ―Lo miró con amor y tristeza al mismo tiempo. ―Gracias por existir. ―Le besó la mejilla. ―Ma… má. ―Mir
―¿Quién lo trajo? ―Se apresuró a ayudarlo. ―¡¿Quién lo trajo?! ―Miró a la mujer con el corazón enloquecido. ―No lo sabemos, unas personas lo vieron en el estacionamiento y nos llamaron. ―Trevor cortó la ropa del hombre para revisarlo y al ver su cuerpo y todas las cicatrices, se llevó la mano a la
―No debería seguir cuidando al bebé. ―Trevor la miró en el acto. ―No quiero perderlo también a él. ―Sollozó. ―Mi hermana tiene razón, yo soy de muy mala suerte para quien me tiene en su vida y yo no quiero que les pase algo al bebé o a ti. ―Pero ¿Qué dices? ―Trevor no lo podía creer. ―Nada de esto
Karman se había recuperado físicamente y lloró un poco más la muerte de su amigo, aún lo hace, pero poco a poco lo está superando, el no recordar nada de los últimos años le pudo, ella no recordaría su vida adulta junto a su amigo. La depresión todavía es parte de ella, le ha sido muy difícil super
―¿Terminaremos adentrándonos a la tienda y llevándonos todo el departamento de bebé? ―Karman lo miró con ojos brillantes y eso fue todo lo que él necesitaba como recompensa. ―Todo lo que quieras, vamos. ―Tomándola de la mano y empujando el coche con la otra, se adentraron a la tienda. ―Creo que es
Trevor siguió a la mujer a su despacho extrañado, pensó que había llegado una emergencia, pero no, ella lo ha guiado a su propia oficina. Al entrar y ver a los padres de Karman junto al abogado, cerró los ojos. ―No tengo tiempo para esto. ―Dio media vuelta para marcharse de ahí, ya se han vuelto in
El cambio repentino de vida no ha sido tan estresante para Trevor, a diferencia de cuando estaba en el hospital, él puede ir con su hijo a las juntas sin que nadie lo cuestione o por ser prohibido. El tiempo extra que pasa con su hijo es maravilloso para él, su pequeño hijo es todo lo que necesita
Karman suspiró al sentir los besitos de su bebé, Jimmy es un amor con ella y se derrite siempre que ese niño la mira, besa o le sonríe. El niño de ocho meses al ver que su madre no abrió los ojos se sentó sobre su estómago y acarició sus mejillas. ―Ma… má… ―Exigió amoroso. ―Ma… má. ―Karman no abrió