Cuatro días han pasado desde que Karman está internada, las cosas no mejoran para ella y Trevor está agonizando al verla en una cama de hospital y las ganas de marcarla se hacen siempre más fuerte, pero no quiere hacerle tal daño. De marcarla ella estaría atada a él y sabe que al que quiere en reali
―En cuanto dé a luz al niño, deberás rechazarla para que vuelva a mí. ―Aiden no quería perderla, no cuando la tenía. ―No me importa lo que digas, sé que jamás olvidarás a Mara y lo único que harás con ella es lastimarla y hacerla sentir nada. ―Trevor frunció el ceño. ―Eres un lobo, sabes que no pue
Greta exigía que fuera liberada, para ella era indignante que quienes seguían sus órdenes ahora la estuvieran llevando al calabozo de la ciudad sin decirle ni una sola palabra de lo que estaba pasando. Está en problemas, lo sabía, pero en ella no estaba la posibilidad de caer así sin más, se negaría
Trevor regresó al hospital, se le había notificado que quien inseminó a Karman había llegado de turno después de quince días de vacaciones y por supuesto le daría la bienvenida. Al entrar al consultorio del hombre, cerró la puerta tras de él y solo lo miró en silencio, por el olor del hombre sabía q
Trevor corrió desde el aparcamiento, Karman había despertado y él no estaba presente. Ahora que Greta está bajo custodia por una posible traición, es él quien debe estar al frente. Al entrar a la habitación, sus ojos quedaron prendados a los de Karman, su corazón inició a marchar tan rápido como el
―El doctor que te inseminó, jamás puso el óvulo de Mara en ti. ―Karman frunció el ceño. ―Te inseminó con la muestra que le facilité, es nuestro hijo, Karman. ―Las ganas de vomitar le ganaron, salió corriendo al baño con ayuda de Trevor y una vez devolvió lo poco que había logrado comer al despertar,
―Yo no te pedí nada de eso. ―Le recordó Trevor. ―Exacto, y esa es la mayor prueba de amor que pude haberte dado. ―Las lágrimas desbordaron sus ojos y Karman se sintió realmente mal, ella está sufriendo por un amor no correspondido. ―Siempre estuve ahí para ti, desde que te vi por primera vez y lo h
Karman vibró al sentir el cuerpo de su hombre sobre el de ella, siempre tan cálido. Aquella mirada esmeralda la estremeció por completo. Dos meses, eso es lo que habían pasado, solo eso bastó para enamorarse locamente de ese hombre que ahora empuja sin control y la besa sin pudor. Dos meses para qu