―Yo no te pedí nada de eso. ―Le recordó Trevor. ―Exacto, y esa es la mayor prueba de amor que pude haberte dado. ―Las lágrimas desbordaron sus ojos y Karman se sintió realmente mal, ella está sufriendo por un amor no correspondido. ―Siempre estuve ahí para ti, desde que te vi por primera vez y lo h
Karman vibró al sentir el cuerpo de su hombre sobre el de ella, siempre tan cálido. Aquella mirada esmeralda la estremeció por completo. Dos meses, eso es lo que habían pasado, solo eso bastó para enamorarse locamente de ese hombre que ahora empuja sin control y la besa sin pudor. Dos meses para qu
―Soy una figura pública, cariño. ―Inició a jugar con el tatuaje de su pecho. ―Ya las cosas han escalado y Leonardo se está beneficiando de la situación y mis padres están que explotan. ―Le lamió los labios. ―Debo aclarar algunas cosas, de esa manera las noticias sobre mí morirán, pues ya no podrán e
―Neutralicen la amenaza, ¡Ya! ―Ordenó Jay corriendo hacia el sospechoso que al parecer no estaba solo. ―Muchacho, necesito saber si están bien. ―Miró a la tarima.―Sí. ―Respondió Trevor con su mujer entre sus brazos refugiados detrás del podio.―Trevor… ―Karman le mostró la mano llena de sangre. ―Cr
―No sabemos si morirán. ―Lo detuvo. ―Ella es fuerte y tu hijo también. ―Le recordó. ―No olvides que el bebé puede nacer bien, está a un tiempo prudente…―Una bala le atravesó el vientre. ―Lo miró como si fuera un loco que no tuviera nada que perder. ―El vientre… Jay. ¿Por qué no me dieron a mí en el
{¡Rodéenla!} Ordenó Trevor en un gruñido. {No se puede dejar escapar} La bruja corrió, los lobos sabían cómo impedir sus ataques y protegerse de sus ensordecedores gritos. El alfa Di Marcos era considerado el mayor cazador de brujas y vampiros, por algo tomó el trono sin cuestionamiento cuando su pa
―¡¿Es una broma?! ―Trevor no dudó en encuellar al recién llegado. ―Tranquilo, estoy aquí como su amigo. ―Miró a Karman. ―Antes que todo fui tu amigo. ―A ti no te quiero ni de mascota. ―Gruñó ella furiosa. ―¿Cómo pudiste tráelo aquí? ―Miró a su madre mientras su lobo saca al innombrable que tiene p
―Tranquilo, cielo. ―Karman tomó a su hijo en brazos. ―Estoy aquí, bebé, no llores. ―Está tan cansada que ni siquiera abrió los ojos, caminó por la habitación hasta llegar a la camilla donde cambia al bebé. ―De acuerdo, primero hay que cambiarte. ―Sonrió abriendo los ojos, su bebé es muy exigente igu