Vergüenza, eso es lo que siente Karman al caminar por donde sea con veinte hombres armados, rodeándola como si fuera lo más preciado que hay en el mundo. Trevor supo como fastidiarla y lo odia por eso, es un exagerado a ponerle tantos hombres para cuidar de ella y lo peor es que no se limitó a los s
―Es muy delgada y bajita, no esperes que tenga un vientre grande. ―Trevor no dijo nada, es lo que desea para que esa mujer deje de estar saltando y brincando, jamás se queda quieta. ―Me dijo Maribella que ordenó pintar la casa de amarillo. ―Por supuesto. ―Karman entró a la oficina. ―El amarillo es
―¿Cómo puedes vivir con el dolor de perder a la mujer que amas? ―Karman no lo miró. ―Siempre te veo tan centrado, tan normal… es como si no te doliera, como si lo hubieras superado del todo. ―Trevor apretó la mandíbula, el primer acercamiento entre los dos y es para hablar de dolor, sin duda esa hum
Greta miró a su alfa, él había evadido la conversación antes, pero ahora ella no estaba dispuesta, debía iniciarla, sabe perfectamente que la humana se aparecerá en cualquier momento y debe escuchar la conversación. ―Puedes retirarte. ―Trevor la miró con advertencia. ―Alfa, no puede tenerla así. ―
Incómodo, así resulta estar cerca uno del otro, Karman no quiere saber absolutamente nada de Trevor y él mantiene su distancia, no tiene obligación de estar tras de ella para explicarle las cosas, eso pensó en el primer momento, pero ahora le resulta insoportable que ni siquiera lo mire. Intenta ll
―¡Sí, señor! ―Contestaron todos en coro, rígidos y mirando al frente como si estuvieran en la milicia. ―Bien, pueden irse, cuiden bien de ella y que nadie, absolutamente nadie se le acerque, el enemigo está tranquilo, pero pueden atacar cuando menos lo pensamos. ―Los hombres se dispersaron para cub
Trevor evitó reír, ver la cara de pánico en ellos le pareció demasiado divertido, pero manteniendo esa postura inflexible y su gesto serio, miró directamente a Karman. ―Creo que podemos volver al mall para ir al spa, ya se nos arruinó la estadía aquí. ―Miró a su amigo. ―Deberías llamar a la policía
―¿De qué hablas? ―Dio un paso al frente, pero Karman retrocedió. ―Greta es solo mi beta, Karman… ―Sí, una beta que sale a medio vestir y con el cabello revuelto de tu habitación. ―Sonrió. ―Pero eso no es de importancia, ya estoy metida en esto hasta el cuello, te doy tres semanas para que busques u