Konstantin no se sentía cómodo en aquel sitio, no era que no hubiese ido anteriormente cuando era un joven y cachondo estudiante de primer año, pero sus colegas japoneses le pidieron ir y no tuvo forma de negarse. Los hombres estarían poco tiempo en el país, se irían en cuanto acabase el congreso. Debido a la fluidez del lenguaje, había sido a él a quien le tocó buscar una sala y una chica para un baile privado. Avisó a los japoneses que todo estaba preparado y se dirigieron hacia allá.Gema estaba furiosa, se había reconciliado consigo misma y decidido darle la oportunidad a Konstantin de demostrar que era la clase de hombre que ella necesitaba en su vida. Ambos habían tenido una semana bien ocupada, él con un congreso, ella con la compra de una compañía, pero habían hablado todas las noches. Largas llamadas nocturnas con palabras susurradas cuando ambos estaban en la cama. La noche anterior lo llamó pasada las doce y hablaron casi una hora, quedaron en verse el fin de semana cuando
Las chicas habían decidido regresar al apartamento de Gema, la noche ya estaba arruinada, en el camino pararon en una tienda de licores para comprar una botella de tequila, mezcla de margaritas y limones. Iban a hacer una fiesta de despecho, aunque les faltaban personas, pero las mejores amigas de Gema, aparte de Claudia, eran Mary que no estaba en la ciudad; Alexa a la que no podía llamar para destripar a su hermano y Jelena a la que, si podía llamar para destripar a un Kuznetsov, pero estaba en la universidad en Durham.Horas más tarde y media docena de margaritas después, Gema reconoció ante Claudia lo que nunca se había atrevido a confesarle a nadie y es que desde que era una niña, estaba total y absolutamente enamorada de Konstantin.Gema habló del día que lo conoció, de cómo se quedó mirándola, de lo atractivo que siempre le pareció desde que era un adolescente, de su fiesta de doce años cuando Konstantin no se separó de ella en toda la noche. También le habló de las mariposas q
Gema abrió los ojos lentamente, la cabeza le iba a estallar. Aún llevaba puesto el vestido de la noche anterior, sentía la lengua reseca, las náuseas la invadieron y corrió al baño. Vomitó la pizza de la noche anterior, se sentía morir. Como pudo se quitó el vestido, vio su torso enrojecido con las marcas que la tela había dejado en su piel, se puso un albornoz y se arrastró hasta su cama acurrucándose en posición fetal.Thomas entró en la habitación con una bebida energética y dos aspirinas.―Buenos días, nena ―saludó con demasiada alegría para opinión de la chica.―Vete antes de que te asesine ―gruño Gema.―¡Oh, vamos! Vengo a socorrerte. Claudia ya revivió gracias a mis cuidados ―expresó Thomas.La obligó a incorporarse y le pasó la bebida y dos aspirinas que Gema ingirió con desesperación.―En media hora tendré café y magdalenas listas para el desayuno, hoy tienes que resolver la situación con tu casi novio, no dejes que se enquiste. Además, recuerda que estaremos aquí menos de un
Gema no tuvo más que mirar la cara de Konstantin para notar lo cansado que estaba por lo que tomó su móvil y llamó a su restaurante italiano favorito para que le llevaran la comida a su casa. Él levantó una ceja a modo de broma, estaba feliz de que tácitamente lo hubiese invitado tácitamente a conocer su hogar. Estarían solos y podrían hablar y si tenía mucha suerte, Gema le permitiría besarla. Moría por hacerlo, los besos que le dio en su consultorio le parecieron pocos, quería más, mucho más, tenía tanto tiempo esperando por ella que no podía contener la emoción ni la impaciencia.El edifico donde vivía Gema quedaba cerca del hospital y era muy céntrico. También era muy seguro.―Hola, Henry ―saludó la chica ―¿Cómo sigue tu nieta?―Mejorando, señorita Gema, pronto saldrá del hospital.―Son muy buenas noticias, Henry. Este es mi amigo, Konstantin, él es médico pediatra y trabaja en el Great Ormond Street Hospital, por si necesitas ayuda ―Ofreció Gema.Konstantin sonrió y se acercó al
La cara de sorpresa de Konstantin le confirmó a Gema que él no sabía nada de lo que en realidad sucedió.―Alexander y Dimitri nos dijeron que papá había muerto en un secuestro, que habían intentado secuestrarlo y como la policía dio con él los secuestradores lo ejecutaron, dijeron que todos habían muerto en el enfrentamiento con la policía ―explicó él con la confusión reflejada en el rostro.―Te contaré todo desde el principio, ―dijo Gema, rezando para que él la escuchara ―cuando mi mamá fue desterrada por mi abuelo, este le dijo a tu padre que mi madre había muerto en un accidente de tráfico y le ofreció a Katerina como esposa sustituta. Después de muchos años, pocos meses antes de conocerte, tu padre se enteró de que mi mamá estaba viva, enfurecido, trató de secuestrarnos a ambas, pero solo se pudo llevar a mi mamá. Mi papá con su equipo de seguridad y varias personas más fueron detrás de ellos. Hubo un tiroteo en el avión y tu padre fue alcanzado por una bala, así que fue en el res
Claudia y Thomas se habían marchado la noche anterior. Le costó mucho despedirse de nuevo de sus amigos, no estaba segura de cuando se volverían a ver. Aunque hablaba con ellos con bastante regularidad no era lo mismo. Las ocupaciones diarias, la falta de tiempo y la distancia siempre alejaban a las personas. Sonrió cuando recordó uno de los dichos de Claudia: Amor de lejos, amor de pendejos. Y es que su amiga dejó un novio en su país y cuando regresó ya tenía otra. Hasta Thomas, Claudia estaba enfocada en su carrera, al igual que ella, con la diferencia de que su amiga se había quemado y Gema no se arriesgó a hacerlo. Pensó en como cambiaban las cosas. Claudia estaba arriesgando de nuevo su corazón al amar a Thomas, y ella no sintió que lo arriesgaba si no que lo entregaba. Se sentía liberada.Le había encantado la visita de sus amigos y le pareció que les faltó tiempo para tantas cosas. Gema le hubiese encantado llevarlos a la finca de sus abuelos y mostrarle lo bonito de la campiñ
A la mañana siguiente, Gema despertó rodeaba de calidez y sin abrir los ojos pensó que amanecer en los brazos de Konstantin era una de las cosas más bonitas que le había sucedido en la vida. Estaba acostada de lado, dándole la espalda a él, sus ojos permanecían cerrados disfrutando de la sensación de tener uno de los brazos masculinos rodeándole la su cintura. Pegándola a su cuerpo como si no quisiera que se le escapara mientras dormía. Sus nalgas reposaban encima de su miembro viril que al parecer estaba bastante entusiasmado de tenerla cobijándolo. Aspiró aire en profundidad y el olor que expedía su cuerpo era el de Konstantin. En ese momento y lugar no pudo más que admitir ante sí misma que estaba total y absurdamente enamorada. Sonrió cuando sintió un beso entre su cuello y su hombro le informó de que él estaba despierto, se giró en sus brazos para mirarlo de frente, la leve barba le hizo cosquillas en la mano cuando la deslizó por su mejilla.―Buenos días ―dijo Gema levantando un
Gema quería que se abriera un agujero en el suelo y se la tragara. Tenía muchísimas ganas de llorar, pero su orgullo vino al rescate y sostuvo esas lágrimas a punta de esfuerzo. Pensó en despedirse, pero Alexa la conocía y se daría cuenta de lo afectada que estaba.Se había rendido ante Konstantin, había aceptado lo que sentía por él, y justo cuando tenía la felicidad tocando la punta de sus dedos, aparecía Sophie a derrumbar su castillo de naipes de una sola patada. Miró a su alrededor, las especulaciones pululaban entre Alexa y sus hermanos, se levantó y caminó por el jardín simulando examinar las flores.Se sentía devastada. Por primera vez había aceptado lo que sentía por Konstantin, pensó en darse la oportunidad de una vida juntos y ocurría aquello. Si no hubiese corrido tanto para que él no la alcanzara…Quizás era una tonta, pero se retiraría totalmente de la escena. Nunca se metería entre una pareja que esperaba un hijo, ella había vivido sin su papá hasta los once años y habí