Las cosas para Fabrizzio no se volvieron más sencillas después de que Gianna se ha apartado extrañamente de él. La empresa ha presentado serios problemas y entre iniciar un divorcio en esas condiciones o esperar a que pase la crisis, la verdad es que es mejor esperar.Pero si hay algo que puede parar toda esa vida tan horrorosa que tiene es su salud, por eso cuando comienza a sentirse mal y recurre al médico buscando un alivio, lo que se encuentra es algo mucho peor.—Señor Petrucci, usted padece Talasemia, es una enfermedad bastante grave si no se trata a tiempo y me temo que usted está en esa fase entre la vida y la muerte —Fabrizzio abre los ojos asustado, porque nunca se pensó que sería tan grave.—Pero… ¿qué es eso? ¿Cómo es posible que no me diera cuenta antes?—Bueno, requiere de estudios específicos, no es algo sencillo
Tras hablar con el abogado de la familia Petrucci, Fabrizzio finalmente decide viajar a Roma tanto para entregarle personalmente la demanda de divorcio a Giada, como también para ir a buscar a sus hijos.Al llegar aquel día, curiosamente, se encuentra a su mujer en casa y una de las empleadas le susurra que está de vacaciones. Se acerca a ella, quien se queda mirándolo de pies a cabeza porque sólo va con un sobre las manos, ni maleta ni nada.—Hola esposo —le dice ella con cierto sarcasmo que a él no le pasa desapercibido—. ¿Te han perdido el equipaje en el aeropuerto?—No, sólo vengo por el día —le entrega el sobre que lleva las manos y ella frunce el ceño—. Necesito que leas exhaustivamente ese documento y que lo firmes. Mientras tanto, yo organizaré todas las cosas de nuestros hijos.—¿Qué es esto?—Es la dem
—Está suspendida.Aquellas palabras resuenan en la cabeza de Gianna, quien mira a Su jefe y no puede comprender lo que está sucediendo.Desde los diecisiete años Gianna no ha hecho nada más que estar allí cuidando de los niños, atendiéndolos, dándoles amor y todas las necesidades emocionales que requieren cubrirse. Pero aquella mala jugada de su hermana le estaba jodiendo la vida.Y la desgraciada todavía sin aparecer.—Pero no entiendo ¿por qué estoy suspendida?—Es sencillo. Desde el primer ministro hacia abajo se nos ha pedido que, con todo el escándalo de los Petrucci, cualquier persona que esté involucrada con tu hermana debe salir de este lugar.—Pero es que ni siquiera a ustedes se les escapa el hecho de que mi hermana y yo nunca nos llevamos bien. Ambas teníamos una manera muy diferente de tratar a los niño
Luego de aquella conversación con Gianna para aclarar y limar algunas asperezas, además de otra con su padre, Fabrizzio se ha motivado a acercarse un poco más a ella para ver si es que al menos puede surgir una amistad entre ellos.Pero no es sencillo pensar que te vas a morir y hacerle lo mismo que Giulio le hizo a ella… No, definitivamente no es sencillo.Por otra parte, aquel ofrecimiento que al inicio fue por cordialidad enfrente de la familia, Fabrizzio lo habría reafirmado ofreciéndole una de las habitaciones en la mansión. Para eso tenían varias y no se iba a preguntar si es que Octavio estaba de acuerdo, porque era obvio que sí.Es por eso por lo que cada mañana se levantan y toman el desayuno juntos. Y aunque a veces él hubiese preferido estar solo con Gianna para poder disfrutar de una conversación amena con ella, como las de antaño. Lo cierto es que siempre esta
Con cada día que pasa crece más la incertidumbre de lo ocurrido con Giada, porque puede ser que quiera hacerlos pasar por un mal rato, pero sencillamente la pista se le perdió luego de que de Milán viajara fuera del país y a partir de allí ya no sabe más nada de ella.Giada llega a la casa para esperar a sus sobrinos con una comida preparada por ella, porque sabe lo mucho que les gusta y que se acostumbraron a eso en el tiempo que ella lleva. De hecho, un día el pequeño Alessandro le dijo que le hubiese encantado que ella fuera su madre, así habría tenido comida y postres deliciosos a diario.Por supuesto que esas cosas la dejan con un dolorcito en su corazón, porque nunca podrá entender que su hermana no quisiera a sus hijos.—Ya llegaste, hija —le dice Octavio con su característica sonrisa y ella asiente.—Hoy pienso hacerles lasaña, pero prefiero la salsa casera y eso toma tiempo. Si hay algo que debo agradecerle a mi abuela es encerrarme en mis vacaciones en la cocina a aprender t
Luego de encontrar el cuerpo de Giada, los Petrucci creyeron que todo se iba a poner mejor, pero lo cierto es que el golpe vino desde dentro y eso los agotó a todos mentalmente.Saber que Vicente había sido el responsable de la desaparición de Anna y de la muerte de Giada, además del intento de homicidio en contra de Joshua, fue algo que caló muy hondo en todos. Pero para Fabrizzio la herida había sido más profunda ese día, porque supo las razones para que Giada se involucrara con Vicente.Y es que este sabía que tenía un amante.Lo que no se esperó es que fuera Gian Franco ese amante. Su hermano mayor, el que admiraba y con quien había compartido sus temores años atrás. En ese instante comprendió por qué le dio el dinero para que se fuera a Florencia y luego no le permitió que le regresara la inversión.Desde entonces, Fabrizzio s
Decirles a sus hijos que estaba enfermo no fue algo sencillo para Fabrizzio, sin embargo, con la ayuda de Gianna, tanto Fabián como Alessandro entendieron perfectamente la situación de su padre y en lugar de llorar desconsolados porque podrían perder a su padre, sólo lo abrazaron para infundirle más esperanza.—Dios no va a dejar que un hombre tan bueno como tú abandone a sus hijos —le dijo a Alessandro.—Pienso igual que mi hermano padre, que bueno que tía Gianna se enteró de que estabas enfermo porque de otra manera… No nos habrías dado una segunda oportunidad.Luego de eso, ambos habían ido al médico y Fabrizzio le había entregado todos los análisis que le habían hecho anteriormente. El médico lo revisó detalladamente y ordenó que se le practicaran los mismos estudios.Y aunque el doctor tenía ciertas sospechas sobre aquel diagnóstico, no se las hizo saber hasta no tener los resultados de los nuevos análisis.Ni siquiera hay que mencionar el nerviosismo y la incertidumbre en la que
Las fuertes y grandes manos de Fabrizzio van a su cintura para atraerla más a su cuerpo. Cuando Gianna siente el cuerpo del hombre de esa manera, siente un escalofrío delicioso que le recorre la piel y se separa un poco para verlo a los ojos.—Todo este tiempo he evitado estar así, besarte así… tenía miedo de hacerte el amor para luego morir y no poder darte jamás el placer que estoy dispuesto a darte ahora.«Pero antes de continuar, necesito saber qué sientes tú, qué es lo que deseas, porque si no estás segura para llegar a la intimidad aún, lo entenderé y esperaré lo que sea necesario —Fabrizzio le sonríe con sinceridad y Gianna lo mira como si estuviera encandilada por aquella luz que estuvo apagándose todo ese tiempo y de pronto ha renacido con un fulgor impresionante.Para nadie debe ser sencillo saber que morirá, pero Fabrizzio se lo tomó de una manera muy diferente a la que ella vivió con Giulio, aunque bien puede ser la circunstancia que rodeaba a Fabrizzio en su momento, los