—¡Yo le di el dinero a Lena! ¡Yo pagué los servicios de su madre para alejarla de usted! —exclamó en un intento por regresarle el golpe—. Fred no tuvo nada que ver. —¿Tú? —Rainer la vio de pies a cabeza con desprecio—. Ni prostituyéndote podrías ganar tanto dinero, «fräulein». No eres hermosa, tamp
Entre más pasaba el tiempo, Carina se daba cuenta de que todo estaba cambiando. Fred no podía conseguir trabajo y pasaba las tardes cantando en los parques y calles más concurridas para sacar dinero, ella se había ofrecido a pagar su parte de la renta, pero eso solo lo desalentó y se volvió distante
Ese día entró a la oficina de Rainer y se plantó frente al escritorio sin muchos ánimos, pero ansiosa por pedir sus vacaciones. —¿Señor Winter?… —No. —¿No? Ni siquiera le he dicho lo que quiero… —Sé lo que quieres… se acercan las vacaciones de la universidad y mi respuesta es no, hay mucho trab
Carina subió los escalones de dos en dos mientras Álvaro y James la esperaban afuera del edificio donde vivía. Abrió la puerta de su departamento, con una enorme sonrisa, pues regresaría a casa, pero pronto todo su ánimo terminó por los suelos. Fred y Lena estaban en la sala, viendo una película rom
—Carina… Nunca dejarás de ser mi mejor amiga… pero no me pidas que seamos algo más —dijo Fred tomando el rostro de Carina entre sus manos—. Eres una mujer hermosa, inteligente, valiente, pero yo no puedo pertenecer a tu mundo, no puedo enfrentarme a tu familia y a tu estilo de vida cuando ni siquier
Después de un rato, Carina se sentía más desinhibida, situación que no fue fácil para Álvaro y James, quienes la veían cantar a todo pulmón encima de la mesa, mientras pensaban en lo que les haría Román si se enterara. Curar el mal de amores era más complicado de lo que creían. De pronto Carina ba
—¿Qué se supone que estás haciendo, Gibrand? —preguntó entre dientes mientras presionaba el cuerpo de Carina contra la pared, apresándolo con el suyo. Su corazón latía ansioso y la adrenalina en su sangre le gritaba que la hiciera suya en ese momento. —Todo es tu culpa… —dijo con los ojos llorosos
—Lo que sea que estés pensando… No pasará —dijo Carina volteando hacia él. Ese momento de pasión había diluido el alcohol de su sangre y ahora se sentía arrepentida por lo que casi ocurría. —¿Me estás retando? Porque amo los retos —contestó Rainer haciendo su sonrisa más grande. —Púdrete… —respon