Ese día entró a la oficina de Rainer y se plantó frente al escritorio sin muchos ánimos, pero ansiosa por pedir sus vacaciones. —¿Señor Winter?… —No. —¿No? Ni siquiera le he dicho lo que quiero… —Sé lo que quieres… se acercan las vacaciones de la universidad y mi respuesta es no, hay mucho trab
Carina subió los escalones de dos en dos mientras Álvaro y James la esperaban afuera del edificio donde vivía. Abrió la puerta de su departamento, con una enorme sonrisa, pues regresaría a casa, pero pronto todo su ánimo terminó por los suelos. Fred y Lena estaban en la sala, viendo una película rom
—Carina… Nunca dejarás de ser mi mejor amiga… pero no me pidas que seamos algo más —dijo Fred tomando el rostro de Carina entre sus manos—. Eres una mujer hermosa, inteligente, valiente, pero yo no puedo pertenecer a tu mundo, no puedo enfrentarme a tu familia y a tu estilo de vida cuando ni siquier
Después de un rato, Carina se sentía más desinhibida, situación que no fue fácil para Álvaro y James, quienes la veían cantar a todo pulmón encima de la mesa, mientras pensaban en lo que les haría Román si se enterara. Curar el mal de amores era más complicado de lo que creían. De pronto Carina ba
—¿Qué se supone que estás haciendo, Gibrand? —preguntó entre dientes mientras presionaba el cuerpo de Carina contra la pared, apresándolo con el suyo. Su corazón latía ansioso y la adrenalina en su sangre le gritaba que la hiciera suya en ese momento. —Todo es tu culpa… —dijo con los ojos llorosos
—Lo que sea que estés pensando… No pasará —dijo Carina volteando hacia él. Ese momento de pasión había diluido el alcohol de su sangre y ahora se sentía arrepentida por lo que casi ocurría. —¿Me estás retando? Porque amo los retos —contestó Rainer haciendo su sonrisa más grande. —Púdrete… —respon
—Si no le gusta la idea, puedes ir a dormir con nosotros… —No creo que a Johan le agrade mucho. —La sonrisa de Carina no se consumaba, siempre quedaba a medias, aún encogida por la tristeza que traía cargando de Alemania y eso lo notó Lorena. —Me contó Álvaro lo sucedido… —¿Qué de todo? —Del ch
—¿Por qué no se queda a la fiesta, señor Winter? —preguntó Frida entrando al despacho sin avisar. Había escuchado parte de la conversación y veía en ese empresario una solución a la ausencia de BlackGold. —Mi hermosa mujer y su encantadora costumbre de no tocar la puerta —dijo Román torciendo los o