—Guarda silencio si no quieres que… —De nuevo Rainer no logró terminar una frase. —¡No! —gritó iracunda y sosteniéndole la mirada—. Yo lo hice y estoy dispuesta a demostrarlo. Solo quien resolvió ese maldito problema puede explicarlo. ¡Vamos! ¿Por qué no le pide al señor Ziegler que lo haga? ¿Por q
Las palabras de Fred causaron horror en Cari. La presión en su pecho era tan fuerte que le costaba respirar. Ante sus ojos no solo pasaron sus recuerdos de la niñez, cuando Román perseguía incansablemente a Frida, sino también la tristeza que vivió Emma cuando se casó con Will. Aunque pensaba que
Como incentivo, Rainer recibió la compañía, así que se dedicó a buscar mujeres, investigarlas y calificarlas, enfocándose en que fueran dóciles y buenas madres. Era lo único que quería, una mujer que siguiera sus órdenes y cuidara de sus futuros hijos con dedicación, de esa forma llegó a Lena. —No
Después de discutir, Carina convenció a Fred de permitir que Lena se quedara con ellos en el departamento, pues temía que Rainer la abordara en su casa estando sola. Fred sabía que era peligroso y si el señor Winter se enteraba del paradero de Lena, ellos sufrirían su odio, pero Cari no entendió l
—¡Yo le di el dinero a Lena! ¡Yo pagué los servicios de su madre para alejarla de usted! —exclamó en un intento por regresarle el golpe—. Fred no tuvo nada que ver. —¿Tú? —Rainer la vio de pies a cabeza con desprecio—. Ni prostituyéndote podrías ganar tanto dinero, «fräulein». No eres hermosa, tamp
Entre más pasaba el tiempo, Carina se daba cuenta de que todo estaba cambiando. Fred no podía conseguir trabajo y pasaba las tardes cantando en los parques y calles más concurridas para sacar dinero, ella se había ofrecido a pagar su parte de la renta, pero eso solo lo desalentó y se volvió distante
Ese día entró a la oficina de Rainer y se plantó frente al escritorio sin muchos ánimos, pero ansiosa por pedir sus vacaciones. —¿Señor Winter?… —No. —¿No? Ni siquiera le he dicho lo que quiero… —Sé lo que quieres… se acercan las vacaciones de la universidad y mi respuesta es no, hay mucho trab
Carina subió los escalones de dos en dos mientras Álvaro y James la esperaban afuera del edificio donde vivía. Abrió la puerta de su departamento, con una enorme sonrisa, pues regresaría a casa, pero pronto todo su ánimo terminó por los suelos. Fred y Lena estaban en la sala, viendo una película rom