—William… ¿cierto? —preguntó Cari acercándose con precaución—. Nos conocimos en tu boda. —Sí, te recuerdo. Carina… ¿cierto? —dijo William divertido por la seriedad de la niña—. Por si deseas saberlo, el señor Orejas está bien. Cari cubrió su boca para ahogar una risita. —Me alegra, es un miembr
Cuando escuchó la exclamación del abogado, se alejó de regreso al comedor para retomar la plática con el anciano. —¿Escuchaste lo que tenías que escuchar? —preguntó Benjamín con una sonrisa amplia mientras recargaba ambas manos en su bastón. —Sabía lo que iba a hacer y no hizo ningún intento por d
—¿Cómo es posible que esa simple secretaria llegue en un auto así? —Había dicho una de las chicas de finanzas al platicar con la recepcionista. —Es la secretaria del señor William… ¿Qué esperabas? Es joven y de seguro se presta a cualquier perversión del inválido ese… —respondió la recepcionista co
—¿Señor Harper? Me mandó el jefe de finanzas para llevarme a su secretaria —dijo con una sonrisa rígida. —Es hora… —respondió Will guiñándole un ojo a Emma que aún estaba ruborizada. —Emma, aquí no solo nos encargamos de las finanzas de la firma, también asesoramos los casos que tienen que ver
—«¡¿Qué hiciste, Rebecca?! ¡Tiraste todo y ahora hay que volverlo a acomodar!» —dijo Emma remedando el odioso timbre de voz de su compañera. Cuando quiso subir la escalera para recuperar su zapato, uno de sus tobillos fue atravesado por una punzada de dolor. A simple vista parecía más regordete qu
—¿Mike? —preguntó Will resoplando. Sabía que no podría hacer cambiar de opinión a Emma—. Ayúdales a levantar todo este desastre. —Sí, señor… —respondió y cabalmente comenzó a levantar cada papel. Algunos empleados que estaban cerca también ayudaron y en poco tiempo todos los papeles estaban apila
Dentro de la tina, Emma se esmeró en bañarlo con cariño, recorriendo sus extremidades con la esponja y masajeándolas ante la mirada confundida de Will. No comprendía por qué de pronto Emma era más cariñosa y atenta. —Bueno… lo demás te lo lavas tú —dijo Emma tan roja que causaba risa. —Tienes qu
La propuesta de Will la hizo sonreír. —No puedes desaparecerme, porque serían muchos problemas legales, además tu padre sabría que fuiste tú, así que espero que tu oferta tenga muchos ceros, porque de lo contrario le diré todo al señor Edward… —Gina, a veces no sé si decir que eres inteligente o s