El corazón de Emma dio un vuelco, recordó cuando el señor Edward le había dicho del accidente, no ahondó en detalles, pero sabía lo que había ocurrido y su euforia la cegó. ¿En verdad afectó a Will? —Tina, el problema no fue el auto, sino el conductor… y Emma conduce muy bien. Que sea la última vez
—Espero que mi hijo te esté tratando bien —agregó con preocupación—. No es muy suave con las damas, pero tengo fe en que… —Su hijo es muy bueno conmigo, señor Harper… —respondió Emma—. Es dulce y protector. No podría estar más agradecida por tenerlo como mi esposo. —Me alegra… —Edward desvió la m
—No tenía opción… Mi padre… —Tina no sabía cómo justificarse y temía lo que esa mirada fría e inquisitiva de Emma advertía. —Mi padre es Román Gibrand y tiene una reputación que hace temblar a cualquiera, aun así, si yo amo a un hombre y sé que me necesita, soy capaz de enfrentarlo, de escapar de m
—Sí señor… pero… mi celular… —Te lo doy en la mañana —respondió William torciendo los ojos—. ¡Ya vete! Lorena, resignada y cansada, salió de la habitación de Will arrastrando los pies. En cuanto la puerta se cerró detrás de ella, William escuchó atento la grabación. Fueron minutos de tortura y do
—William… ¿cierto? —preguntó Cari acercándose con precaución—. Nos conocimos en tu boda. —Sí, te recuerdo. Carina… ¿cierto? —dijo William divertido por la seriedad de la niña—. Por si deseas saberlo, el señor Orejas está bien. Cari cubrió su boca para ahogar una risita. —Me alegra, es un miembr
Cuando escuchó la exclamación del abogado, se alejó de regreso al comedor para retomar la plática con el anciano. —¿Escuchaste lo que tenías que escuchar? —preguntó Benjamín con una sonrisa amplia mientras recargaba ambas manos en su bastón. —Sabía lo que iba a hacer y no hizo ningún intento por d
—¿Cómo es posible que esa simple secretaria llegue en un auto así? —Había dicho una de las chicas de finanzas al platicar con la recepcionista. —Es la secretaria del señor William… ¿Qué esperabas? Es joven y de seguro se presta a cualquier perversión del inválido ese… —respondió la recepcionista co
—¿Señor Harper? Me mandó el jefe de finanzas para llevarme a su secretaria —dijo con una sonrisa rígida. —Es hora… —respondió Will guiñándole un ojo a Emma que aún estaba ruborizada. —Emma, aquí no solo nos encargamos de las finanzas de la firma, también asesoramos los casos que tienen que ver