De pronto se vieron ambos hermanos cara a cara y un único nombre llegó a su mente: «Román». La policía se había llevado a los hermanos conflictivos mientras Frida se enjuagaba el rostro en la cocina, retirando la sangre y presionando un trapo contra la herida. —La herida no es profunda, pero s
—Creí que me daría mucho gusto saber que mi padre por fin pagaría por todo lo que me hizo, pero… me siento mal, siento lástima por él —dijo Frida cabizbaja. —Tu nobleza te traiciona… Eres demasiado piadosa… Mírate ahora mismo, dices odiarme y me amenazas, pero no te atreves a golpearme… —Ya desq
—Deme una oportunidad, mi mujer sigue ahí, aun podemos continuar con el plan… —Ya no hay nada que vigilar… Mi hermano ha regresado para reclamar lo que cree que es suyo. —No, el señor Román ha hecho notar su interés en la dueña de la finca, la señorita Marianne. Marco frunció el ceño, parecía con
El beso era apasionado y el cuerpo de Frida no se resistió, sus labios danzaban con los de Román y permitía la entrada autoritaria de su lengua. El aire se escapaba de sus pulmones, y se aferraba con ambas manos a sus hombros, sintiendo que sus piernas se volvían de gelatina mientras la canasta con
—¿En qué puedo ayudarle, señor Gibrand? —preguntó con el corazón roto. —Frida… No creí que… —Cualquier situación con el viñedo se la haré saber a la señorita Raig, puede consultarla a ella en el futuro. No tendría por qué dirigirse a mí en ningún momento. Retomó su camino hacia el viñedo, dejan
—¡Frida! ¡Te tengo dos noticias, la primera es que papá vendrá! —exclamó Marianne persiguiendo a Frida en la plantación. —Qué bueno, se sentirá orgulloso de ver lo que has logrado. —Sí, eso espero… —resopló nerviosa—. La segunda es que Román me pidió que se festejara el cumpleaños de Emma en la f
Frida volteó lentamente y le ofreció una sonrisa incómoda. —Señor Raig, qué gusto verlo… —Supe lo de tu padre, es trágico el momento por el que está pasando, pero me alegra tenerte aquí, me contó Gerard que has sido de gran apoyo para ellos. —Hago lo que puedo, sé tanto de uvas y vinos como de ae
—Entiendo que tu transición a la adolescencia te haga insoportable, pero debes de aprender a controlarte —dijo Román furioso—. Ella no te abandonó… —¡¿No me abandonó?! ¡¿La defiendes después de lo que nos hizo?! —¿Qué quieres? ¿Qué me quede con Marianne? ¿Quieres que ella sea tu madre? Parece que