Eleanor vuelve a la ciudad con una nueva sensación de renovación. Luego de largas horas en el aeropuerto está nuevamente en casa y cerca de todo lo que había dejado anteriormente. Al entrar por aquel camino pudo sentir como el olor de la Hacienda la envolvía.

Después de unos minutos se dispuso a bajar las maletas observando el pórtico principal de la casa. Se había ido tan solo un fin de semana y parecía ser un año entero de ausencia. Entró con la seguridad que siempre la caracterizaba y no pudo evitar recordar la primera vez que había llegado de esa manera a Villa del Sol.

Cerró la puerta a su espalda viendo como cada cosa se encontraba en su lugar, el silencio estaba impregnado en aquel salón vacío en que no había otra presencia que su persona. Pero aquel silencio fue irrumpido por una voz y una mirada desafiante de la mujer que había traído al mundo a los hermanos Miller.

- Fuese sido increíble el hecho de que te quedaras en Ámsterdam y no volvieras en tu vida. - hace una pausa. -