Narra Patrick.
- Disculpen la tardanza, las interestatales están atestada. Cosas de la ciudad.
Me dan la mano saludándome cordialmente.
- Nuestro vuelo sale en tres horas. - explica uno de los holandeses.
Una chica rubia de ojos azules me mira con interés.
- Pierda cuidado y no se preocupe por eso, lo importante es que ya está aquí. - sonríe descaradamente.
Siempre he causado ese efecto en las mujeres.
- Tomen asiento, por favor. - indico.
Ellos hacen caso y la rubia cruza sus piernas poniendo toda la atención en mis palabras, mientras les hablo sobre la empresa Miller y cómo nos especializamos en invertir y fusionar con empresas que tienen un gran potencial para posicionarse en el mercado nacional e internacional.
- Es un gusto, haber podido hacer negocios contigo. - dice guiñándome el ojo, la holandesa de grandes piernas.
Se despiden mientras el equipo de ejecutivos sale del lugar.
Me siento en la silla de mando respirando cansado.
- Como siempre has logrado un buen trabajo, hermano. - dice Erick con un tono ciertamente despectivo. - No por nada eres el favorito de papá, quizás ya esté considerando que seas su reemplazo.
- No empecemos ahora, por favor. - suspiro agobiado.
Una punzada pulsátil me inca sin parar. Me frotó la sien tratando de apaciguar la migraña.
Mi padre, Alonzo Miller nos ingresó a trabajar en la compañía cuando apenas estábamos recién graduados de la universidad, según él, teníamos que empezar a prepararnos para todo lo que algún día sería nuestro. Mi padre siempre ha depositado su confianza en mí, Erick aún es un muchacho inmaduro que tiene que aprender a través de la experiencia, es por ello, que ha tenido una especie de rivalidad conmigo.
Nunca ha soportado y asimilado el hecho de que siempre he destacado por encima de él en ámbitos sociales y laborales.
De repente mi secretaria entra rápidamente por la puerta.
- ¿Cómo te atreves a entrar de ese modo?
Se encuentra postrada en el lugar, con un nudo en la garganta y un silencio inquietante.
- Habla, ya.
- Señor... - se entrecorta. - yo, no sé cómo decirle esto.
- No me hagas perder más tiempo. - digo algo frustrado.
- Es su padre...
Me levanto del asiento inmediatamente tomando mi saco y teléfono. Corro cuánto antes tratando de repicar el número de mi madre, pero no contesta.
- ¿Qué sucedió con papá, Patrick?
- No lo sé.
Bajamos el ascensor entrando en el parqueadero, prendo mi auto y Erick se sube del lado del copiloto.
Empieza a llover de la nada eliminando cualquier rastro de calor en la ciudad, gotas de lluvia caen por los vidrios en cascada.
Transcurren aproximadamente veinte minutos cuando llegamos a la Villa del Sol, una propiedad campestre de mi padre.
El camino está enlodado, por lo que el carro se queda estancado. Trato de acelerar pero empeora la situación.
- Ni hablar, no puedo esperar más. - digo bajándome y caminando.
Erick camina a mi ritmo mientras nos enlodamos los pies hasta no poder más. Es preferible esto a luchar contra lo imposible.
La lluvia nos empapa haciendo que la ropa se adhiera a nuestros cuerpos.
Logramos vislumbrar al final del camino la hermosa casa blanca.
Aceleramos el paso lo más rápido que podemos entrando a la sala principal, subimos las escaleras de dos en dos llegando hasta la habitación de papá.
Mi madre se encuentra a su lado, llorando desconsoladamente.
Un frío se apodera de mi cuerpo al escuchar las palabras que profesa por su boca y en un hilo delgado pronuncia:
- Está muerto.
Caigo de rodillas en el piso dejando todo en otro plano.
El olor mezclado de flores frescas inundan el salón principal.
El sonido atorrante de la lluvia no cesa, el dolor de mi pecho es tan grande que me hace sentir en una especie de trance.
He perdido la noción del tiempo y espacio y mis ojos sólo se posan sobre el ataúd donde reposa el hombre que me dio la vida.
Mi madre me da un abrazo en modo de consolación, Alonzo Miller me preparó para todo menos para su partida.
Mi hermano deposita una rosa en su urna. Por decisión de él, su cuerpo se cremara.
Nunca le gustó la idea de verse reposando en un terreno con desconocidos. Deseaba que su alma al igual que su cuerpo sea libre.
Erika, mi novia nominal, se acerca a mí, sus ojos emanan preocupación.
- Patrick, lo lamento. - dice abrazándome.
- Gracias. - digo cordialmente.
Ejecutivos vienen a mí con palabras de aliento, solo quiero que esto acabe ya.
Donna entra dedicándome una mirada comprensiva, llega hasta nuestro sitio mientras Erika la detalla de arriba a bajo.
Donna ha sido una de las mejores amigas de mi padre, además, su abogada.
- Pat. - dice.
- Erika, podrías dejarnos solos un momento.
Me mira con cierta indignación, quiere decir algo pero al final se lo reserva yendo hasta el sitio donde se encuentra mi hermano.
Me retiro con Donna hasta un lugar más privado.
- Te busco a ti, Patrick, porque eres el más resistente y el que sabrá manejar la situación con madurez. Mañana se leerá el testamento en su casa. Tu padre lo decidió así antes de su muerte. Quizás tu hermano y tu madre piensen que es muy pronto para ello, pero quiero que se los notifiques.
- Entiendo, Donna. Pierde cuidado, yo me encargo de eso.
- Te pareces tanto a tu padre, Patrick.
Le dedico una sonrisa caída.
Vuelvo junto al ataúd mientras observo su rostro reposar serenamente.
- No te decepcionaré, papá. Verás que te haré más orgulloso de lo que ya estabas desde donde te encuentres. Haré que tu legado siga en pie y Miller seguirá manteniéndose en el alto rango que siempre ha estado.
Poso mi mano encima del vidrio que nos separa mientras dejo la M marcada con pequeños y sutiles trazos.
Salgo un momento al balcón tratando de tomar aire fresco, la lluvia ha reducido y pequeñas gotas caen sobre mi rostro.
Noto como un auto deportivo parquea, no sé de donde salen tantas personas.
Deseo que este espectáculo protocolar finalice, el ochenta por ciento de estos encorbatados solo están acá buscando oportunidades de lucrar y llenar más sus bolsillos.
El auto aparca mientras una mujer de tez blanca cierra la puerta a su paso. Trae un bolso de mano y un sombrero negro que no me deja divisar su rostro.
«Qué extraño » pienso para mis adentros.
- Aquí estabas. - dice Erika posando sus manos en mi espalda.
Me toma totalmente desprevenido haciendo que me exalte.
- Disculpa, no quería asustarte. - se entrecorta - sólo, necesitaba estar contigo. Sé lo mucho que querías a tu padre.
Me quedo en silencio por un momento al ver que la mujer misteriosa levanta la vista haciendo contacto visual conmigo.
Es realmente hermosa, su rostro parece estar esculpido en porcelana con rasgos delicados y perfectos, tiene labios rojos y protuberantes y sus ojos, sus ojos de un color intenso denotan el mismo misterio que su presencia.
Su aire misterioso y belleza eran sin duda alguna embriagadores.
Erika frunce el ceño al notar la presencia de la chica que nos observa.
- ¿Acaso la conoces? - dice en tono molesto.
La mujer sigue su paso adentrándose al salón principal.
- Realmente no la había visto en la vida.
- Si, claro y por eso la miraste así, ¿no es cierto?
Cierro los ojos con frustración.
- ¿No te parece que no es el mejor momento para una de tus escenas de celos?
- Yo - suspira. - tienes razón Patrick, lo lamento.- Creo que necesito estar solo, Erika. - digo a secas.
Ella asiente no sin antes depositar un pequeño beso en mi mejilla.
- Sabes bien lo que siento por ti, Pat, te esperaré pacientemente.
Guardo silencio volviendo mi vista hacia donde la tenía, mi mente es un caos en este momento.
Devuelvo mi vista hacia bajo y noto que la presencia de la mujer del sombrero negro, camina con determinación y gracia; es un espectáculo.
Antes de subirse al auto se quita el sombrero mirando hacia el lugar donde me encuentro, como despidiéndose en silencio.
Termina de entrar dejándome cada vez atrás con el dolor de mi pecho.
Narra Patrick Eran aproximadamente las siete y media cuando nos entregaron las cenizas de mi padre. Tomo el cofre con cuidado para colocarlo en el salón principal.Pierdo la noción del tiempo cuando Erick entra en el salón mirándome con desprecio, debajo de sus ojos dos bolsas grises se abultan, para nadie ha sido fácil este suceso. - Ya es hora. Asiento levantándome del lugar, acomodo mi corbata mientras subo el mentón en alto. Al llegar a la sala Donna se encuentra con su maletín admirando una de las obras que tanto le gustaban a papá en la pared. - ¿Estamos listos?- Más que listos. - finaliza mi madre bajando desde las escaleras.El ambiente se vuelve tenso. Donna tomó asiento en el sofá mientras se disponía a sacar el documento del maletín, del mismo modo se ajustó sus lentes mientras Erick tomaba asiento, todos hicimos lo mismo. - Comencemos. - dice Donna. Con voz monótona, leyó las disposiciones del testamentoMi padre había decidido dividir la herencia en tres partes,
Narra Patrick.¿Cómo es esto posible?Veo en mi teléfono la imagen de la familia Miller frente a mis ojos, todos sonrientes y radiantes.¿Quién pensaría que debajo de toda esa perfección se ocultaban secretos tan oscuros como este?Apago mi celular y conduzco sin rumbo fijo.Luego de aproximadamente veinte minutos llego frente a unas aguas termales de la hacienda.Me deshago de mi ropa para entrar y serenarme un poco de todo este caos en que se ha convertido mi vida.Me zambullo desde lo más alto cayendo con precisión.En el momento que el agua entra en contacto con mi piel siento como mi ser se va liberando.Nado hasta el fondo viendo como cada vez me pierdo en esta sensación tan inexplicable que es estar en el agua.Salgo a la superficie en busca de oxígeno.Cuando estoy a flote noto una figura femenina lanzarse al agua.No se ha percatado de mi presencia.Al salir a flote me observa sorprendida.—Hermanito —dice con sarcasmo.—Sabes bien que no soy tu hermano.—¿Así que ya leíste l
Narra Patrick. La mañana me recibe con migraña, se cumple otro día desde mi trinchera. Me alisto para irme a Miller Company C.A. Es lunes, tendremos una reunión de carácter obligatorio debido al revuelo de la semana. El problema no es solamente en la casa, también en el trabajo. Suspiro frustrado, al bajar mi madre me ve con ojos de culpa, decido ignorarla saliendo por la puerta, subo al Audi que me dejó Alonzo. Estaciono y entro con seguridad tomando mi maletín. Los empleados me ven y bajan la mirada al cruzarse conmigo. Ni siquiera las indiscretas de las secretarias. Subo al ascensor para llegar pronto a mi oficina. Abre sus puertas luego de unos minutos, me consigo con Erick, no lo veo desde ayer. - La reunión ya va empezar. - dice. Asiento con la cabeza. - ¿Enserio vamos a permitir que esto siga su curso sin hacer nada? - dice en lo que cierran las puertas del ascensor. - No lo sé, Erick. - Si no podemos revocar el testamento podemos jugarle sucio, Patrick, sólo pié
Narra Patrick.Me estampa una cachetada certera. El cachete me arde mientras sus ojos cautivadores me miran con indignación.- ¿Cómo te atreves? - dice empujándome.- Hace un momento no te veías así de colérica.- Eres un atrevido. - se limpia la comisura de los labios.- Si, puede que haya sido un atrevido, pero hace unos momentos me correspondía con las mismas ansias que yo.Las puertas del ascensor se abren mientras los señores de guardia nos esperan afuera.El hombre encorvado lleva años trabajando para la compañía.- Señor Miller. Nos dimos cuenta de que aún seguía en las instalaciones al ver su auto parqueado. Tratamos de llamarlo a su teléfono pero en vista de que no contestaba intuimos que algo andaba mal.- Gracias por estar al pendiente. - le agradezco.La señorita Grant que escupía cualquier cosa que se le atravesara por la cabeza en el momento quedó en silencio.Tomó su maletín saliendo a la recepción con cara de molestia.- Este tipo de cosas no pueden suceder. Es un ver
Narra Patrick.Llegamos al aeropuerto con un poco de prisa. El lugar estaba abarrotado de gente y el ruido era ensordecedor. Los anuncios sonaban por todas partes y las personas corrían de un lado a otro. Yo me abrí paso entre la multitud, tratando de llegar hacia el mostrador de check-in, donde le entregamos a la agente nuestros pasaportes y billetes.Después de unos minutos, recibimos nuestros pases de abordaje y nos dirigimos hacia la zona de seguridad.Nos abrimos camino hasta llegar a nuestra puerta de embarque.Me dirigí al asiento que me había correspondido, Erick quedó tres puestos atrás. - Debe haber un error. - escucho a la señorita Grant quejarse con la aeromoza.- ¿Está todo bien? - pregunto.- Había pagado más dinero por viajar sin compañía. - protesta.- Lo siento, señorita. Pero creo que será mejor que tome asiento junto al caballero aquí presente ya que el avión está a punto de despegar, esos asientos ya están ocupados. - dice la aeromoza apenada.Disgustada se sie
Todos quedan impresionados por la escena que dió Erika en el salón. No obstante, la música vuelve a su curso y todos obvian lo sucedido.Erick se va tras la marcha detrás de Patrick para entender qué demonios sucedió allí.Se encamina al balcón y encuentra a Eleanor besándose apasionadamente con su hermano.¿Qué rayos está sucediendo? - piensa él para sus adentros.Se retira antes de que puedan notar su presencia. ¿Acaso pretende quedarse con la señorita Grant y a su vez con la herencia?Definitivamente es un traidor. Va en busca de Erika en la salida del hotel, está con sus maletas en manos y sus ojos llorosos.La toma de la mano encaminándola hacia la habitación 305 en la cual se hospeda desde su llegada a Alemania.- No puedo creer esto, Erick. - dice desconsolada. - Siempre te advertí que mi hermano no era el sujeto que siempre idealizaste.Se sienta sobre la cama tapándose los ojos.Él se agacha junto a ella y levanta su mentón.- Debiste quedarte conmigo desde un principio,
Una mañana en el Grandhotel Hessischer Hof Frankfurt comienza con la tranquilidad y elegancia del lugar, los huéspedes van y vienen con una sonrisa en sus rostros.Eleanor y Patrick se encuentran analizando los documentos con atención, pero rápidamente se dieron cuenta de que tenían diferentes opiniones sobre su contenido. Patrick creía que los documentos sugerían una dirección específica para el proyecto en el que estaban trabajando, mientras que Eleanor veía las cosas de manera diferente.Muchas veces diferían y sus ceños se fruncían ante los argumentos desiguales, pero luego se veían a los ojos y poco a poco bajaban la guardia.No se podía negar en ningún momento el buen equipo que hacían juntos.Ambos estaban viviendo una experiencia nueva en temas del amor y poco a poco iban fortaleciendo ese vínculo que estaba naciendo.Querían llevar las cosas con calma y sin prisa como dos desconocidos que inician paso a paso la tarea de conocerse.Disfrutando de la energía que fluía entre ell
El día más importante para Miller Company CA había llegado. Todos se preparaban con ansias para la llegada de este momento. Patrick por su parte preparaba una sorpresa para la noche, una cena romántica para celebrar el prestigio de la empresa y por supuesto pasar una velada extraordinaria con Eleanor. La noche anterior se había precipitado ya que se había dejado llevar por su deseo, pero quería hacer para ella algo especial e inolvidable.Él sabía en el fondo de su corazón que lo que estaba surgiendo no era solamente una simple aventura casual o pasajera y como tal debía actuar.Pensaba hacerle el amor como se debe. No por un simple arranque o impulso pasional. Era algo novedoso para él ya que no estaba acostumbrado a cuidar los detalles de una cita y considerando aún más en que todas sus relaciones se basaban en algo fortuito.Tenía sus manos intranquilas, observo su reloj para ver la hora. Debía dejar todo listo antes de que empezara el evento, el cual terminaba a las once y m