Clara no podía creer haber aceptado convertirse en la guardaespaldas de un maldito mafioso, pero así fue, ahora se encontraba en su nuevo cuarto con su nuevo uniforme de entrenamiento.-Esto es ridículo e hilarante- exclamó mientras se observaba en su espejo de tocador con una musculosa color negra y unos pantalones de algodón del mismo color, realmente parecía una toda una profesional con su cabello recogido en una coleta alta dejando completamente descubierto su rostro sin maquillaje.“No está nada mal” Pensó contemplando su figura, luego sacudió su cabeza quitando sus tontos pensamientos y volviéndose a sentirse irritada.¡Necesitaba volver a su negocio! Quería saber cómo estaba todo, si su tío se encontraba bien y si realmente esos malditos buenos para nada no lo habían matado por la deuda. Pero Ivan le había dicho que todo estaba resuelto y que no volverían a molestarlos.Clara quería creerle, supuso que no tenía más opción ya que tampoco tenía su móvil para verificarlo, según su
Micaela conocía a su mejor amiga Clara desde hacía años, prácticamente habían crecido juntas y aún así nunca dejaba de sorprenderla. Su amiga era una caja de pandora, siempre salía con algo nuevo. Quizás por ello es que cuando vio que un coche de alta gama, de color negro y perfectamente lustrado detenerse en la puerta de su casa, supo que Clara tenía algo que ver con eso.Y lo confirmó rápidamente cuando la joven salió del asiento trasero. La observó con curiosidad desde la ventana de su casa, la joven castaña se acercó a la puerta del conductor, la abrió y se inclinó hacia dentro del coche, como si le estuviera diciendo algo a la persona que estaba dentro, para luego cerrar la puerta con fuerza como si de una puerta giratoria se tratase.Micaela observó con curiosidad cómo el coche no se iba mientras su amiga caminaba apresurada hacia la puerta de su casa, parecía que la estaba esperando para volver.Escuchó que el timbre de su casa sonaba y corrió hacia la puerta, necesitaba saber
-Pruébame.- murmuró peligrosamente contra su cuello, con la voz aterciopelada y tan grave que provocó un calor no solo en sus mejillas, sino también en su entrepierna.Clara abrió sus labios rosados y húmedos por su saliva queriendo decir algo que jamás salió. Como si esa mirada tan profunda y llena de lujuria le hubiese quitado el aliento. Abrió y cerró la boca varias veces y parpadeó como si quisiera salir del hechizo en el que estaba atrapada, pero sin éxito.Ivan se acercó más, como si eso fuera realmente posible y pudo sentir el aroma de su colonia, una mezcla de madera y café que la encendió aún más. Cerró los ojos por un momento al sentir sus ojos humedecerse por la conmoción justo cuando la traviesa y descarada rodilla del hombre se movió entre sus piernas que no lucharon y se separaron a merced de su jefe.Ivan también cerró sus ojos y se dejó llevar por el aroma natural de la piel de la joven que se sentía en su nariz como miel pura, un perfume dulce que hizo que su garganta
Sorprendentemente Clara abrió sus ojos color miel antes de que el despertador sonase, eso jamás le había pasado antes. Aunque siempre había sido una madrugadora, le había costado dar la bienvenida al nuevo día.Pero esta vez una gran sonrisa se esbozó en su rostro mientras se estiraba debajo de las suaves sábanas y gemía de placer, como si nunca antes hubiese dormido tan bien como esa noche.“¿Por qué Será? ¿Será por lo cómoda que era la lujosa cama?”No tuvo que indagar mucho más, cuando se quitó las sábanas de encima suyo se dio cuenta de que estaba completamente desnuda, avergonzada de sí misma se volvió a cubrir ocultando su rostro.Tapó su boca con las sábanas y chilló avergonzada, recordando lo que había hecho a noche, el pecado que había cometido, rápidamente corrió hacia la ducha y se metió debajo de la lluvia helada que chocó contra su cuerpo caliente, porque el solo hecho de recordar el aliento caliente de esa voz tan varonil contra su cuello y ese aroma tan embriagador habí
-¿Tú no saludas?- exclamó Ivan enarcando una ceja mientras una sonrisa ladeada aparecía en su rostro.Clara puso los ojos en blanco antes de exclamar de forma burlona.-Buenos días señor White.- Luego se levantó de su asiento y tomó lo que había sobrado del desayuno para dejarlo en la cocina.-¿A dónde vas?- preguntó el joven quien había comenzado a irritarse por el desinterés de la joven.-Ya me iba antes de que llegaras.-La castaña intentó alejarse de él, pero la tomó de su antebrazo y comenzó a arrastrarla fuera de allí.-¡Me está comenzando a irritar que siempre hagas lo mismo!- chilló mientras era sacada del comedor bajo la mirada atónita de todos.-Ven a desayunar conmigo- murmuró con la voz ronca de recién levantado.Clara no dijo nada, prefirió seguir manteniendo su cara de fastidio y sus gruñidos para tratar de hundir en lo profundo de su ser el nerviosismo que le generaba esa voz vibrante y esa mano firme rodeando su brazo con tanta facilidad.Ivan finalmente la soltó cuand
Ivan no estaba escuchando nada de su reunión matutina, asentía con la cabeza y de vez en cuando respondía con un “Si” para que no se notara tanto que no podía quitar de su mente el incómodo encuentro que había sucedido esa mañana. Lo cierto es que sabía que en algún momento eso iba a suceder, su padre iba a cruzarse alguna vez con Clara. Solo que no esperaba que fuera tan pronto.Sus palabras giraban por su cabeza sintiendo su cuello y sus orejas enrojecerse por la humillación. Le había dicho a esa mujer cabeza dura que no permitiría que nada le pasara y lo había dicho frente a su padre.La verdad es que era cierto, la sola idea de imaginarla en peligro le hervía la sangre y sabía que mataría a cualquier que lo intentara. Por ello es que estaba comenzando a cuestionarse si realmente la quería como guardaespaldas o la quería para algo más.“Basta, eso no va a suceder” Le dijo la voz sensata de su cabeza. Sacudió con fuerza sus ideas y se prometió prestar atención a la reunión, necesita
No es que Clara tuviera planeado tener algún tipo de relación amorosa con su jefe, pero el hecho de que el padre de este le advirtiera que siquiera lo pensara la desilusionaba. Si hubo, aunque sea una pizca de posibilidad de que ese hombre se fijara en ella, ese 1% se había esfumado.La castaña no era tonta, sabía que una energía invisible pero poderosa había entre ellos, pero Clara se sentía no era una chica de una noche y sabía que si ese hombre ponía un dedo encima suyo querría más, siempre había sido enamoradiza, aunque nunca había tenido la oportunidad de concretar algo con un hombre. Sus fantasías lo habían sido todo.Caminó pensativa por el pasillo hacia las habitaciones, sin percatarse que al final se encontraba Ivan observando curioso la mirada distraída de la joven.-Quisiera saber qué está pasando por esa cabecita- bromeó, haciendo que los ojos color miel de la muchacha se posaran en él.Clara frunció el ceño y se acercó a su jefe con un fingido disgusto por verlo, en reali
-Clara…La nombrada se levantó del suelo, casi tropezando con la larga falsa que se enredó en sus tacos. Aún no era capaz de dirigir su mirada hacia su jefe, estaba avergonzada, pero peor aún, estaba dolida y muy celosa de la hermosa mujer que había estado con su jefe.-¿Hace cuando que llevas ahí?- preguntó incómodo ¿E-escuchaste algo?- dijo temiendo que si lo hubiera hecho.-No…- respondió cortante- Recién llegaba, solo me tropecé con el estúpido vestido- carraspeó incómoda y tragándose sus lágrimas.-Ah… ya veo. –Definitivamente esta no era la manera en la se había imaginado cruzarse con Clara. Había pensado en verla caminar en cámara lenta, como si estuviera en un ensueño, que ella llevaría una radiante sonrisa que era dirigida a él, solo para él, y se acercaría y tomaría su brazo para caminar juntos hacia el coche.En vez de eso, Clara ni siquiera lo miraba a los ojos y parecía odiar el vestido.-Bien, vamos, que se hace tarde- sentenció el hombre, levantándose de la cama de un