-¿Tú no saludas?- exclamó Ivan enarcando una ceja mientras una sonrisa ladeada aparecía en su rostro.Clara puso los ojos en blanco antes de exclamar de forma burlona.-Buenos días señor White.- Luego se levantó de su asiento y tomó lo que había sobrado del desayuno para dejarlo en la cocina.-¿A dónde vas?- preguntó el joven quien había comenzado a irritarse por el desinterés de la joven.-Ya me iba antes de que llegaras.-La castaña intentó alejarse de él, pero la tomó de su antebrazo y comenzó a arrastrarla fuera de allí.-¡Me está comenzando a irritar que siempre hagas lo mismo!- chilló mientras era sacada del comedor bajo la mirada atónita de todos.-Ven a desayunar conmigo- murmuró con la voz ronca de recién levantado.Clara no dijo nada, prefirió seguir manteniendo su cara de fastidio y sus gruñidos para tratar de hundir en lo profundo de su ser el nerviosismo que le generaba esa voz vibrante y esa mano firme rodeando su brazo con tanta facilidad.Ivan finalmente la soltó cuand
Ivan no estaba escuchando nada de su reunión matutina, asentía con la cabeza y de vez en cuando respondía con un “Si” para que no se notara tanto que no podía quitar de su mente el incómodo encuentro que había sucedido esa mañana. Lo cierto es que sabía que en algún momento eso iba a suceder, su padre iba a cruzarse alguna vez con Clara. Solo que no esperaba que fuera tan pronto.Sus palabras giraban por su cabeza sintiendo su cuello y sus orejas enrojecerse por la humillación. Le había dicho a esa mujer cabeza dura que no permitiría que nada le pasara y lo había dicho frente a su padre.La verdad es que era cierto, la sola idea de imaginarla en peligro le hervía la sangre y sabía que mataría a cualquier que lo intentara. Por ello es que estaba comenzando a cuestionarse si realmente la quería como guardaespaldas o la quería para algo más.“Basta, eso no va a suceder” Le dijo la voz sensata de su cabeza. Sacudió con fuerza sus ideas y se prometió prestar atención a la reunión, necesita
No es que Clara tuviera planeado tener algún tipo de relación amorosa con su jefe, pero el hecho de que el padre de este le advirtiera que siquiera lo pensara la desilusionaba. Si hubo, aunque sea una pizca de posibilidad de que ese hombre se fijara en ella, ese 1% se había esfumado.La castaña no era tonta, sabía que una energía invisible pero poderosa había entre ellos, pero Clara se sentía no era una chica de una noche y sabía que si ese hombre ponía un dedo encima suyo querría más, siempre había sido enamoradiza, aunque nunca había tenido la oportunidad de concretar algo con un hombre. Sus fantasías lo habían sido todo.Caminó pensativa por el pasillo hacia las habitaciones, sin percatarse que al final se encontraba Ivan observando curioso la mirada distraída de la joven.-Quisiera saber qué está pasando por esa cabecita- bromeó, haciendo que los ojos color miel de la muchacha se posaran en él.Clara frunció el ceño y se acercó a su jefe con un fingido disgusto por verlo, en reali
-Clara…La nombrada se levantó del suelo, casi tropezando con la larga falsa que se enredó en sus tacos. Aún no era capaz de dirigir su mirada hacia su jefe, estaba avergonzada, pero peor aún, estaba dolida y muy celosa de la hermosa mujer que había estado con su jefe.-¿Hace cuando que llevas ahí?- preguntó incómodo ¿E-escuchaste algo?- dijo temiendo que si lo hubiera hecho.-No…- respondió cortante- Recién llegaba, solo me tropecé con el estúpido vestido- carraspeó incómoda y tragándose sus lágrimas.-Ah… ya veo. –Definitivamente esta no era la manera en la se había imaginado cruzarse con Clara. Había pensado en verla caminar en cámara lenta, como si estuviera en un ensueño, que ella llevaría una radiante sonrisa que era dirigida a él, solo para él, y se acercaría y tomaría su brazo para caminar juntos hacia el coche.En vez de eso, Clara ni siquiera lo miraba a los ojos y parecía odiar el vestido.-Bien, vamos, que se hace tarde- sentenció el hombre, levantándose de la cama de un
Todo pasó muy rápido, Clara se estaba riendo de algo gracioso que había dicho Erik cuando el rostro furioso de su jefe apareció delante de ella.-Nos vamos- sentenció en lo que la joven creyó que fue un gruñido cargado de furia, pero no la estaba mirando a ella sino al joven que le había estado haciendo compañía.Los ojos color miel de Clara se movieron hacia el rostro de Erik y se sorprendió al ver que no estaba siendo intimidado por la mirada que podría haberlo matado de Ivan. En cambio, mantuvo la sonrisa que estuvo dibujada durante toda la noche y lo ignoró, moviendo sus ojos color marrón hacia ella.-Será hasta la próxima entonces, Clarita, un gusto la charla- dijo caballerosamente. – Espero que se repita pronto.Clara abrió la boca para decir algo, pero antes de poder emitir sonido alguno, su jefe la estaba sacando de rastras de allí. Vio como poco a poco el rostro sonriente de Erik se iba alejando, pero no dejaba de mirarla y cómo el evento quedaba detrás de ellos. Recién pudo
-¡Cómo pude haber hecho eso! ¡Enloquecí!- chilló la joven cubriéndose por completo con las sábanas, escondiendo su cara roja como un tomate.Los recuerdos de la noche pasada la azotaron apenas había despertado, el nuevo día había destruido su valentía y su alter ego seductor, ahora se sentía una idiota, una sinvergüenza.“¿Cómo voy a siquiera verlo a los ojos sin recordar cómo anoche lo hice ponerse duro? ¡Rocé su entrepierna con mi rodilla!”-Oh Dios…- sollozó sintiendo sus orejas hervir de solo recordar el tamaño de esa cosa que no parecía humana- Estás loca Clara ¿Acaso quieres que te destrocen?“Quizás si…” dijo la voz de su mente.-Listo, se acabó, definitivamente perdí la cabeza- exclamó levantándose de golpe de la cama y corriendo hacia el baño- esto merece una buena ducha de agua fría como castigo.Se metió bajo el chorro de agua de una sola vez, chillando por lo helada que estaba contra su piel de gallina que tembló con fuerza. Pero era la única manera de calmar el calor que
Clara agradeció a sus adentros tener una bolsa de boxeo libre para poder golpear con fuerza. Necesitaba desquitar toda la bronca que tenía dentro. Golpe tras golpe, patada tras patada recibió la bolsa que se movía de un lado al otro por la fuerte zarandeada que le estaba dando la castaña.Clara estaba furiosa con Ivan, la tenía confundida y esa confusión la ponía aún más furiosa.-¿Qué quieres de mí?- gruñó por lo bajo, dando otro golpe con sus nudillos que le dolió pero ignoró.Mientras la joven seguía practicando, no notó las miradas celosas de sus compañeros. Tenían envidia de esa misteriosa muchacha que había llegado de la nada y se había convertido en una de las guardaespaldas principales del señor White sin siquiera pasar el arduo y dificultoso entrenamiento.Cualquier otro hubiese tardado años en poder llegar siquiera a conseguir un puesto tan prestigioso como ese. ¿Ser la mano derecha de Ivan? Ese puesto no lo tenía cualquiera, tenía que ser alguien de confianza.En las famili
“¡No lo puedo creer! ¿Van a coger mientras estoy aquí?” Pensó la joven mordiéndose con fuerza el labio inferior hasta sentir dolor. Quería llorar, necesitaba salir de allí o arrancarse los oídos, lo primero que pudiera conseguir, pero por nada en el mundo quería escuchar a esa mujer gemir gracias a Ivan.Miró hacia la puerta, aún estaba entreabierta.“Sin tan solo pudiera llegar hasta allí” Pensó cerrando los puños con fuerza “Deben estar muy concentrados devorándose el uno al otro, no creo que me noten” Pensó contando hasta diez.---Ivan estaba encima de la mujer, posicionado entre sus piernas, aún estaban con ropa, aunque él ya había visto que la mujer no tenía nada debajo del vestido, eso no lo calentó ni un poco. Antes, la simple imagen hubiese sido suficiente para que se lanzara como una bestia sobre su presa y entrara con su dureza de una sola estocada. Pero ahora estaba besando salvajemente a esa mujer que no dejaba de gemir de forma escandalosa intentando que su cuerpo respon