Eryx DeCostelloNew YorkEl domingo por la mañana comencé temprano con la revisión del contrato al que había llamado fantasma, me causaba un poco de ruido en que me lo hayan entregado a mí y no a desarrollo, pues ellos tenían que verificar todo lo que se refería al proyecto si ya estaba en proceso, me sumergí en ello y concentrado en mis cosas cuando de nuevo alguien tenía la osadía de interrumpirme, llamándome ahora a mi celular personal.–Hola Eryx – Dijo una voz familiar del otro lado de la línea – Te llamo porque estoy en Central Park y pensé que deberías descolgarte un poco del trabajo, para almorzar conmigo.Mi hermano pequeño, sabía que estaba ocupado pero aun así le valía molestarme, respiré profundo y le contesté, lo bueno era que ya estaba a punto de pedir algo.–Hola Jerome, estoy ocupado en algo pero antes de que me regañes – Suspiré hondo – Voy para allá contigo, de todos modos tengo que almorzar algo, ya mi estómago me está reclamando.–Bueno aquí te espero, en el café c
Eryx DeCostelloNew YorkClaro que lo tenía, nos habíamos encontrado en lugares muy cercanos, así que lo más probable era que fuera su zona por donde vivía, pues ya estábamos hablando de una posibilidad de dar con ella.–Sí tenía pensado que le llames a tu amigo, al detective. Ya sabes, el que te ha ayudado a ti en tus asuntos, hermano – dije decidido – si puedes conseguir también alguien para que haga un retrato.–Jerry Sandoval, tiene un buen equipo de investigadores y sí, también un dibujante, ya que terminemos de almorzar le llamamos y agendas de una vez una cita con él. Estoy emocionado con la idea de poderte ayudar a encontrar a mi cuñada, porque así como has hablado de esa mujer ella será eso mi cuñada.–Aún no sé si la pueda volver a encontrar y tú ya nos estás casando, Jerome – Me reí de mi hermano y sus ocurrencias – Pensaré que mi madre ya te ha contagiado su locura.–No es locura es alegría, si cabe la posibilidad de que por primera vez en tu vida te sientas interesado por
Tommaso DeCostelloNew York Conduzco a mi mujer hacia el despacho que nos han asignado, ya esto se nos estaba saliendo de control, si exageraba un poquito más, los chicos que aún nos quedaban en casa terminarían por irse también y lo que quería era que permanecieran los cuatro en casa no que estos se fueran huyendo de nosotros, pues cuando tuvieran a nuestros nietos poder tenerlos al alcance.Abro la puerta y entro después de ella, Ary está en la casa, pues en cuanto llegó me mandaron un mensaje que no había salido y que se metió a su habitación y ahí permanecía, Enrico sabía jugar bien sus cartas, a cada uno de mis hijos los tenía comiendo de su mano. Eso me agradaba porque ni se imaginaban a quien le contaban sus sueños más íntimos.–Ya mujer, creo que de verdad te va a dar algo un día de estos.Se giró a verme con una cara iluminada de felicidad, estábamos actuando como un par de chiquillos haciendo travesuras.– ¿Lo estoy haciendo bien?–Gaia, estuviste fantástica, ven acá mi amo
Gaia DeCostelloNew York Tommaso era un genio, todos nuestros hijos confiaban más en él que en mí, por lo tanto no creo que se imaginaran todo el escenario que estaba formando a su alrededor. Bueno por lo menos Dante me buscaba más a mí, como siempre le aplaudía sus travesuras de niño, conmigo se mostraba más relajado.Los mellizos actuaban de forma libre y no porque no me haya interesado en ellos, pues estos me salieron más diferentes que una gota de agua y otra de aceite, aunque entre ellos siempre había cierta complicidad. Casi como la había entre Ary e Eryx, esa sí que era la niña de sus ojos.– ¿Puedo interrumpir?Y hablando del rey de Roma, mi niña se asoma por la puerta de la habitación, yo ya me encontraba recostada en la cama, leyendo uno de los libros de poesía que me había regalado Tommaso.–Claro, amor, pasa, ¿necesitas algo?–Mami, ya sé que no te cae bien Tobías, pero necesito verlo.– ¿Ahora qué pasó? te pregunto porque de todos modos sino te doy permiso convencerás a
Ava Janssen New York Toda la vida hemos sido amigas, Janice es de las pocas personas que saben lo que de verdad me está pasando por dentro, solo a ella le he contado la magnitud de mi desilusión, cuando fui a la clínica de fertilización para ver si mi cuerpo estaba listo para empezar a tener bebés, ahí estuvo conmigo, ni siquiera Bruno se tomó la molestia de acompañarme, alegando que tenía asuntos que atender, los mismo que tenía yo, pero para mí era más importante. — ¿Entonces ya voy a ser tía? — me pregunta Janice. Apenas estaba entrando a la fase de revisiones, ni siquiera me venía a hacer una prueba de embarazo, solo que ella siempre se adelantaba a los hechos. —Tú ya eres tía, tus hermanos te han dado cada uno un sobrino. —Ah, pero tú me vas a dar una sobrina. Me habia hecho tanta ilusión tener una niña, pero eso ya es historia pasada, ya nada podía hacer al respecto, no me la iba a pasar llorando por eso. — ¿Y Bruno no va a venir? —No, tiene asuntos más importantes que a
Ava Janssen New York Pasé por Janice, nos despedimos de sus padres y tomé camino a nuestro destino, ya teníamos los boletos, habíamos localizado un estacionamiento privado, esos de los que hacen promoción durante los conciertos y te dan preferencia por adquirir boletos VIP, estábamos eufóricas, según podíamos pasar a tras bambalinas una vez que se acabara el concierto. Pues era nuestra oportunidad de conocer a los chicos. — ¿Ava, podemos pasar de verdad? — Janice todavía no se lo podía creer. Le había pedido a mi padre como regalo de cumpleaños las entradas al concierto exclusivo, claro mi amiga Janice no podía faltar. Todo estaba arreglado, mi padre me enseñó los boletos tres meses antes, solo tenía que cumplir con mis obligaciones y sacar las mejores notas para que me los pudiera dar y no solo saqué las mejores notas, concursé en el área de ciencias biológicas y gané el primer lugar. Así que les regalé un bonus plus. Pasamos el concierto a unos cuantos metros de los chicos y yo
Ava Janssen New York Mi gran día había llegado y no podía estar más emocionada, después de los tres días de capacitación, de conocer a las compañeras que habíamos quedado de convivir aun si ni nos veíamos en el trabajo. Ese día en cuanto entré a la empresa DeCostello supe inmediatamente que iba a conocer a mi nuevo jefe, hoy dejaba atrás ese doloroso pasado y hoy moría también aquella Ava que sufrió por el engaño de un poco hombre que no solo no me valoró sino con el que nunca debí perder mi tiempo. De los errores se aprende afortunadamente y yo de los míos había aprendido a que debo empezar a pensar en mi primero. Solo yo sé hasta dónde puedo querer a una persona y hasta donde me quiero a mí, y me quiero mucho más que a cualquier otra persona y desde ahora sé que no debo entregar todo mi amor nadie que no se lo merezca. –Buen día señorita Janssen – Me dijo un hombre vestido muy elegante en cuanto pasé la puerta – Haga el favor de acompañarme a la sala de juntas, hoy haremos la pre
Ava Janssen New York Lo que me faltaba que Don Eryx fuera de esos jefes que todo lo exigían, pero creo que se iba a topar con pared, conmigo las cosas eran diferentes, solo se tenía que pedir lo que se deseaba, no era necesario ejercer su autoridad cuando las cosas se podían hacer de manera eficiente sin necesidad de demostrar su rango o imponerlo. Yo creo que las cosas se ganaban no se exigían. –Muchas gracias señorita Ariana, verás que no le daré muchos problemas. He hecho esta clase de trabajo antes y en pocos días no tendrá ni que verme si no quiere. Le juro que le ahorraré el que esté viniendo a la oficina y tendrá más tiempo para atender sus deberes. –Pero si quiero, además de eso seremos amigas – Sentenció ella – Te dejo Ava para que Don Eryx y tú puedan hablar. –Muchas gracias por todo. –Por nada. Ella se retiró y se fue a sentar con su celular al otro extremo de la sala de juntas, algo muy normal para los jóvenes de su edad cuya vida está en el teléfono. Me alegré de sa