Arthur.Me encuentro en la entrada de la casa de los Castillo. Me comunique en la mañana con Dylan para reunirnos a conversar sobre los donativos de las dos Casa Hogar.Bueno en parte es una excusa ya que necesito información básica para poder hablar con los Hamilton, sé que será un golpe duro para ellos e igual para mi esposa. Gamaliel consiguió información en el hospital y eso es de mucha ayuda.Suspiro aparcando el auto en la calle pública.Las grandes puertas de hierro se abrieron dándome paso. El señor Dylan aparece junto a su señora esposa, ambos caminan hasta mí y me saludan estrechando su mano.—Hola Arthur. Bienvenido.—Hola Dylan, hola señora y gracias por la bienvenida.—Qué tal si pasan al jardín— Sugiere Melani.Dylan asiente dejando un beso en los labios de su esposa.Llegamos al hermoso jardín forrado de varios tipos de plantas hermosas de colores inclusive una valla repleta de Margaritas. Cariza se volvería loca al ver los tipos de Margaritas.—¿Jugo, Té o Café?— Me pr
Cariza.Desperté con un inmenso dolor de cabeza, todo me da vueltas. Me sujeto de la puerta del baño para no caerme, entro con dificultad, estoy aturdida. Miro mi reflejo en el espejo, ojeras y rostro pálido, realmente me veo mal, muy mal, que puede ser, tenía tiempo sin enfermarme. Encima las nauseas me invaden.Cepillo mis dientes y luego entro a la tina a relajarme un poco, necesito sentir el agua sobre mi piel, mientras froto mi cuerpo lleno de jabón me sumerji en mis pensamientos. Arthur teme hablar de su pasado conmigo, sé que se enojó por haberle preguntado lo de la tumba en el jardín, por esa razón se fue sin despedirse de mí, es un amargado odioso.Me encogí de hombros y suelto un suspiro, mientras froto mi piel con el jabón.Al salir de la ducha me seco el cuerpo, luego me aplico crema y aceite corporal para que mi piel no se ponga reseca, más con esta temporada, me coloco un conjunto de ropa interior de encaje que me compro mi esposo. Aún me intriga no saber cómo el conoce
Arthur.Mi corazón retumba a mil al ver a mi Cariza desmayarse en mis brazos, sentí que la sangre se me hervía por dentro.—¡Lárguense ahora de mi casa!—Grite furioso.—No puedes alejarnos de nuestra hija.Rio a carcajadas. Hija, si como no.—Tu hija, lo dudo mucho—Espetó Furioso.No sé qué mueca hicieron porque me encamine a las escaleras, para entrar a la habitación, necesito llamar al médico, tengo miedo que le pase algo malo. La depósito sobre la cama, acaricio su rostro, se ve pálida.—¿Qué tienes mi amor?Nina al verla desmayada se asusta, rápidamente marca el número de Brayan. Después de varios minutos ella se acerca.—Señor, el médico ya viene.—¿Nina que mierda le dijeron ese par a mi esposa?—. Cuestione con el alma en la boca. Sólo espero que no le hayan dicho alguna mentira más, porque me las pagarán.—Sólo vi a su madre llorando y suplicándole a la señora para que se vaya a los Ángeles con ella, de ahí no supe más ya que usted llego.Pero que hija de perra, llevarse a mi e
ArthurCariza se remueve en la cama, hace una mueca con la boca, sus manos están en su cabeza, está soñando o que, balbucea cosas entre dormida y esta sudorosa, tiene mucha fiebre.—¿Mi nana dónde está?— Pregunta aún con los ojos cerrados.—Cariza amor, abre los ojos por favor, me asustas.Sus ojos se abren, me mira y luego desvía su mirada hacia los lados.—Do...donde estoy.—En tú casa mi amor.—¿Tú, amor?— Inquiere nerviosa. —¡¡Ahgs!! Me duele mucho.Arruga la cara y aprieta su sien.—Llamaré a Brayan para que te vea.Niega tratando de levantarse de la cama, la detengo pero ella se remueve forcejando conmigo.—¡Suélame! Quiero ir a ver a mi nana.Su nana, se refiere a mi madre.—Cariza amor, contrólate debes estar recostada.—Yo me llamo Cristal, no sé de qué me hablas, ¿Quién es usted?, suélteme, ¡Mamá! ¡Mamá!— Grita entre llanto, me quedo estático, esto no puede estar pasando.Cariza grita con fuerzas al ver que no la suelto.—¡Déjeme! ¡No lo conozco!Brayan y Mark entran a la ha
Capitulo con mucho contenido hot, ya saben no es mi culpa si los dejo traumado.(+18)🙈🙊Cariza.Artic y Cristal esos dos nombres rondan en mi cabeza desde aquel día en el que me desmaye, y en que llego la noticia de mi embarazo. Ya ha pasado un semana, pero me acuerdo que mi esposo me ha llamado Cristal en varias ocasiones, acaso el los conoce o sólo es algo que yo misma estoy creando en mi mente. Respiró frustrada de no saber que me está sucediendo últimamente. Es mejor que deje de maquinar o el cerebro se me explotara en varios pedazos.Me tocó el vientre en la que crece el fruto de nuestro amor, lo siento por mi madre pero no puedo irme del lado de mi esposo, eso sería injusto. Por suerte Arthur les dio una fuerte cantidad de dinero el día de ayer, sólo espero que ella mejore con la quimioterapia. Si es que realmente esta enferma.Bajo las escaleras sin ánimos de nada, mi Bestia no está, se ha ido a una importante reunión con el señor Castillo, me pidió que no saliera de mi cómoda
Cariza.—Cariza ¿Qué pesadilla tuviste hace un momento?— Inquiere susurrando. Creo que es mejor no decirle nada de la rara pesadilla e igual no le preguntaré de porque me llama Cristal. Aún que no niego que la curiosidad me mata.—Hum... fue algo chistoso—. Miento.El levanta mi mentón y me mira dubitativo.—Chistoso ¿Cómo qué?— Pregunta alzando sus gruesas cejas.—Un grupo de langostinos salían del mar y me empezaron a seguir, seguido de ellos muchos cangrejos— Comento burlona y con ganar de reírme.—¿Me estás cargando una broma?— Cuestiona con una risita.—No, sólo te estoy relatando mi pesadilla y sabes luego que sucedió-. Niega. —Ellos me hablaron, puedes creerlo jajajaja—. Me eche una sonora carcajada.—Por todos los santos Cariza—Agrego rodando los ojos. -Quien tiene esa clase de pesadillas.—Pues yo mi amor, sabes eso significa que estoy antojada por comer una sopa marinera, por suerte en mi sueño no apareció un gigantesco pulpo como las langostas.Arthur ríe a carcajada, por m
Arthur. Un molesto ruido provoca que me caiga de la cama, mi celular suena a punto de explotar mis tímpanos, por suerte Cariza duerme como una jodida piedra. Me levanto del piso, cojo el móvil y antes de contestar se corta la llamada. Maldición, es una llamada de Dylan. Miro la hora son las 10 de la mañana. —¡Oh santísimo, es tarde!— exclame entrando a tomar una ducha. Le devolveré la llamada luego. Por goloso me pasa todo esto, creo que el señor Jaime ya está enterado de la noticia, solo espero que lo tomen a bien. Aplico champo y jabón líquido por todo mi cuerpo desnudo, el olor a sexo sigue impregnado, pensar en las cosas de ayer me pone como una jodida caldera. La noche de ayer la pasamos entregándonos como dos conejos sin descanso alguno, las posiciones que mi esposa quiso probar me dejo súper rendido, me pregunto si el embarazo la tiene así. Mi pene se pone duro al momento de sentir sus manos posarse en mi fuerte abdomen. —¿Tenías planes de ducharte solo?— cuestiona rozand
Arthur.Llegue a la casa con el corazón a mil, todo lo dicho en la casa de Dylan me desconcierta, si bien yo deseo que ella sea feliz pero por ahora no podemos decirle nada, o saldrá lastimada y es lo que menos deseo. Mi esposa debe estar tranquila, más sobre todo en la condición en la que se encuentra.Bajo del coche aparcando en la entrado, entro a la casa, encontrandome con Nina limpiando la sala con la aspiradora.-Señor, ya ha vuelto- menciona sonriente y luego baja la cabeza apenada.-¿Mi esposa está en la habitación?- preguntó viendo para todos lados.-Sí señor, hace un rato pidió unas uvas y durazno, debe estar leyendo como suele.-Bien- respondí, subiendo los escalones de dos en dos, entro a la habitación y la veo de pies en la gran ventana, las cortinas están corridas, al parecer no se ha percatado de mi llegada porque está mirando un punto fijo. Llegó sigiloso y la abrazo por detrás, se asusta echando un gritito. Entonces gira y me quedo sin palabras al ver sus ojos llenos