Cuidad de Seattle, un mes después...—¿Qué te parece la cuidad Leah? —pregunta Derek, una vez instalados en su lujosa mansión.—Aún sigo muy mareada por el avión—musita Leah y Derek de inmediato se ríe de ella.—Ja, ja, ja, me reí mucho de tu cara, al subirte en él.—Vi que tienen algunas ramplas adicionales, ¿Lo mandaste a construir especialmente para ti?—Sí querida, ahora soy un sujeto distinto y tengo que, adaptar ciertos espacios para mí movilidad—explica Derek.—Derek no te has puesto a pensar, en esas personas con tu misma condición y que, no tengan ni un centavo, seguramente sus vidas no son tan simples con la tuya—se emociona enseguida la apacible Leah.—¿Por qué crees que hice la fundación?, fue con la intención de ayudarlos, también doy charlas motivacionales, no es nada sencillo estar todo el día sentado. No te creas Leah, esto aún sigue siendo muy difícil para mí, a pesar que tengo a mi alcance las mejores condiciones de vida.—Lo sé Derek, bueno ya no hablemos de cosas t
—Aceptó Derek. Quiero ser la madre de tu hijo—advierte Leah con firmeza.—¿Hablas en serio Leah? —se sorprende Derek, con su enfática respuesta.—Muy en serio.—No quiero, que lo hagas por obligación.—No para nada. Derek, así como me juraste, no dejarme y hacerme feliz de una manera distinta. Yo quiero aceptar aquí, en este hermoso lugar ser la madre sustituta de tu heredero.—Mi heredero suena maravilloso. Nuestro heredero, un pequeño Derek o una pequeña Leah—se emociona Derek de inmediato.—Sí, sería maravilloso.—Leah prométeme una cosa, este será nuestro secreto por ahora.—Está bien así será. Nadie sabrá de nuestros planes.—Prometo no afectar tu castidad, me asegurare por todos los medios, que no manipulen tu pureza.—Entonces seguiré siendo, la Esposa Virgen del Paralítico—apunta Leah con gracia.—¡Leah! —exclama Derek, bosquejando una sutil sonrisa.—No lo digo en tono despectivo, sino de broma—indica Leah.—Lo sé querida. Serás la Esposa Virgen del Paralítico, Derek Dixon—se
Como era de esperarse Ilse, no se quedaría cruzada de brazos y envía esta vez, sola a Savannah a la sede de Empresas Dixon en Seattle.Hace caso a las indicaciones de su madre y en este instante, se halla a la espera de que éste salga de una importantísima reunión. Sale Derek en su silla, para adéntrese en su oficina y rápidamente hace contacto visual con la sensual Savannah, quién se muestra más altiva y bella que nunca ante la vibrante mirada de Derek. Ágilmente se le aproxima, exclamado su nombre con mucha sensualidad:—¡Derek!—¿Qué haces tú aquí? —pregunta Derek con asombro.—Con permiso—se retira la secretaria de Derek, para seguir con sus labores.—Derek si quieres me voy—se muestra sumisa con la intención de persuadirlo.—No espera, pasa. Estás hermosa como siempre—alaba su belleza y ésta arquea la mirada con mucha arrogancia.—¿Qué te trae por aquí después de tanto tiempo? ¿Por qué vienes justamente ahora Savannah?—¡Ahora estás casado! —manifiesta ella.—¿Cómo lo sabes?—Alb
Al llegar a la oficina de Derek, se topa Leah en el pasillo, que conduce hasta presidencia a Albert, de inmediato agudiza sus sentidos con mirada febril. Musitando, el apuesto caballero mentalmente, lo siguiente, dejando de lado la amistad:«Dios que mujer tan bonita, si la hubiese conocido primero, seguro sería mi esposa»—¿Hola cómo está? —saluda Leah con gentileza.—Hola Leah, mucho formalismo, espero me tutees y me hables con confianza, también seré tu amigo—la toma de la mano y la besa con ligereza, Leah de inmediato se enrojece. —Voy a ver a Derek, hasta pronto—se zafa de su lado con nerviosismo.Entra a la oficina y cierra la puerta, con mucha suavidad notando a Derek algo distraído.—Hola.—Hola querida, tú por aquí, que sorpresa.—Te molesto.—No para nada y cuéntame, ¿cómo te fue en la academia?—De maravilla logré inscribirme, hasta conocí a una compañera y compartiremos aula juntas.—Excelente, es bueno que socialices y tengas amigas.—Te noto extraño.—Es el trabajo, ven
Derek ya no quiere esperar más para ser padre. Lleva a Leah rápidamente a ver al doctor Hamilton, quién estaba presto para de una vez realizar el procedimiento.—Buen día, ya está todo listo para comenzar a trabajar en Leah—apunta el doctor bosquejando una sonrisa.—¿Me va doler doctor? Es que yo soy....—Descuida ya Derek converso conmigo—mira Leah a Derek con rareza y se va muy nerviosa al laboratorio.En la camilla Leah parpadea muy acongojada, sus trémulos pensamientos se apoderan de ella instantáneamente. Sin embargo, no se puede echar para atrás, continúa firmemente y cierra, por unos segundos sus hermosos ojos, sosteniendo sus manos y llevándolas hasta su pecho.Al cabo de unos minutos, el procedimiento está listo. Y el doctor le indica:—Listo Leah esperamos los resultados.—¿Saldré embarazada de una vez doctor?—Esperamos unos días, a ver si la inseminación se hizo efectiva, sino tenemos que hacerlo de nuevo hasta lograr que te embaraces.—Está bien doctor.Se levanta Leah y
Al día siguiente…Fin de semana en Seattle.Llega desde Oregón, el padre Matthew para visitar, a los que considera su familia, ya los extrañaba a todos:—Bueno, Tina gracias por la comida, como siempre todo estuvo delicioso—agradece el padre por el suculento platillo, que Tina le sirvió.Rápidamente ingresa Leah a la mansión, junto con Derek después de dar un paseo sabatino.—Vaya qué sorpresa padre—corre Leah a sus brazos.—¿Bendición padrino cómo está?—Muy bien hijos y, ¿de dónde vienen?—De hacer ejercicios padrino. Aunque esté en esta silla, al menos observo el parque y sus alrededores respirando aire puro—señala Derek con una gran sonrisa.—Mi buen Derek siempre tan optimista.—Yo los dejo, voy a darme un baño—menciona Derek.—¿Quieres te ayude? —se ofrece Leah.—Tranquila Leah puedo solo, Mark me ayudará a adentrarme, en la ducha como siempre. Al irse Derek, el padre le dice:—Veo que, eres muy atenta con Derek.—Si padre, me preocupo por él y quisiera ayudarlo más, sólo que é
—Derek me vas odiar, pero contraté a Savannah como mi secretaria—va Albert directamente al grano.—¿Hablas enserio? —se sorprende Derek enseguida.—Si amigo lo siento, vine a decírtelo personalmente, como ayer no fuiste a la empresa.—Estaba en un asunto con mi esposa.—Me imagino, el caso es que Savannah está quebrada y tiene la necesidad del trabajo—justicia su decisión.—Está bien, que la estés ayudando—asienta el buen Derek.—¿No te molesta?—Sí, un poco no te lo voy a negar, tener a Savannah cerca es algo, complicado y también placentero para mí. Albert, a ti no te puedo mentir eres mi mejor amigo, la sigo queriendo. Está hermosísima—expone Derek y sus ojos se iluminan.—Pero, ¿y Leah?—Ya te conté, como se dieron las cosas con ella. A veces creo, que cometí un grave error al casarme con ella y más, con lo que acabamos de hacer.—¿Qué hicieron Derek?—Ayer inseminaron a Leah con muestras mías. Sabes cuánto, deseo ser padre y ella accedió a mi petición.—¡Rayos! —exclama Albert co
Al caer la noche…Bar Thompson Seattle.Se encuentra Albert junto a su amigo Timothy, quiere sacar lo que lleva dentro, con relación a sus inesperados sentimientos por Leah.—Ya no puedo más Tim, tengo que hablarlo o sino, voy a reventar un día de estos.—Cuéntame, ¿Qué era eso tan importante, que tenías que contarme?—Espero no me juzgues te lo suplico. Estoy enamorado de Leah.—¿Es broma? Por Dios, si la acabas de conocer y de paso, es la esposa de Derek, definitivamente la soledad, te está pasando factura Albert.—Es muy raro. Pero, sólo un segundo me bastó, para enamorarme de ella. Es hermosa y muy dulce. Tiene una mirada, que hechiza a cualquiera.—Es sólo un simple deseo, por la persona incorrecta lo que tú sientes. Ya saca esos pensamientos absurdos de tu cabeza.—Sí, son tan absurdos que me atormentan.—Con razón, contrataste a Savannah. Lo que, si no te permitiré, que hagas algo estúpido en contra de Derek—le advierte Tim viéndolo con suspicacia.—¿Por quién me tomas Tim?, ja