Después de haber culminado sus lecciones de protocolo y etiqueta, se dirige Leah a la empresa a visitar a Derek, aunque realmente quiere ver de cerca a Savannah y medir el tamaño del enemigo.Al llegar pregunta en recepción, con grácil disimulo dónde queda con exactitud la oficina de Albert, para ella ir a echar un vistazo, toma el elevador y baja en el piso 5 dónde queda la oficina de la vicepresidencia ejecutiva, de inmediato hace contacto visual con Savannah quién queda atónita y algo insegura, ante el garbo que Leah proyecta, la señora Goldman la ha preparado muy bien, para defenderse de esa arpía.—Buen día tú debes de ser Savannah—asevera Leah.—Así es.—Me presento mi nombre, es Leah Dixon y soy la esposa de Derek.—¿Has venido cómo tigre a marcar terreno? —señala Savannah con ironía.—Para nada vine a visitar a Albert, para conversar de un asunto, que por supuesto no te importa.—Vaya qué si viniste a sacar las garras, ¿Temes que te aleje de Derek?—No puedo temerle a alguien,
Un mes después...Hoy es el primer día de clases de Leah en la academia, se encuentra con su nueva amiga Eiza, en la entrada del centro de estudios, como habían acordado previamente:—Que nervios, espero que todo vaya bien—manifiesta Leah enseguida.—Tranquila Leah, pareciera que le tienes miedo a lo desconocido.—Un poco.—¿Qué raro, si eres una mujer rica y de mundo?—Si yo te contara Eiza.—No se diga más, al salir vamos juntas por un café, sirve que te enseño un poco la ciudad.—Tendríamos que ir con mi chófer.—No me incómoda, hasta me parece fabuloso—se dirigen juntas, a su salón de clases muy sonrientes.Al llegar al salón su mayor sorpresa, ver a Alanna Watson la mejor diseñadora de ropa femenina, no sólo de los Estados Unidos sino del mundo, a Leah casi se cae la mandíbula al verla:—¡Oh por Dios Eiza es Alanna Watson! —exclama Leah con mucha emoción.—Estamos en la mejor academia de modas de la cuidad, verás desfilar puras eminencias del mundo de la moda.—¡Santo cielo!—Cál
Se levanta Leah con mucho entusiasmo, desconociendo aún las dudas de Derek. Días atrás había sentido, ligeros mareos, por lo que su amiga Eiza y la maestra Goldman, le sugirieron realizar una prueba de embarazo. Entra al baño y se dispone hacerla efectiva. Espera los minutos correspondientes y con mucha ansiedad, musita para sí misma:«Estoy segura, que estoy embarazada». Asienta con mucha emoción, al cabo de unos minutos ingresa nuevamente al baño y no cabe duda, al parecer todo indica que está encinta.Sale corriendo, como alma que lleva el diablo y se lanza, en la cama de Derek despertándolo de golpe.—Leah por Dios ten cuidado—se despierta Derek agitado.—Lo siento, pero estoy tan contenta Derek. Mira por ti mismo—le entrega la prueba de embarazo, Derek la toma con curiosidad, he evidencia las dos rayitas que indican positivo.—¡Leah! —exclama con desconcierto—vamos al médico tenemos que, cerciorarnos que efectivamente estás embarazada.—Si vamos, voy arreglarme de prisa—asienta L
Llega la esperada visita de Eiza a la mansión y Leah, la recibe con mucha alegría:—Amiga bienvenida.—Gracias Leah, estoy muy contenta por lo que me contaste por teléfono. Serás mamá, es una bendición Leah.—Así es Eiza, mi hijo es lo mejor que pudo, haber pasado en la vida. Ahora no estaré sola en el mundo, mi hijo me alienta para seguir adelante.—Qué bueno Leah, te mereces lo mejor—la toma Eiza de las manos.Ingresa Derek a la sala, para saludar a la visita de Leah, súbitamente Eiza se queda estupefacta, ya que Leah, no le advertido que Derek era inválido.—Leah no me diste, que tu esposo es paralítico—musita Eiza al oído de Leah y ella la mira con mesura.—Hola señorita, un placer y bienvenida a la casa—expresa Derek con cortesía.—Gracias señor muy amable—responde Eiza, mirando a Derek como admiración.—No me digas señor, que no soy tan viejo. Me llamó Derek—le brinda su mano.—Ya lo sabía, mucho gusto mi nombre es Eiza, Leah no hace más que hablar de ti.—¿Bien o mal?—Muy bien
Comienzo de semana.Atelier de modas Moussier.—¿Por qué tan pensativo amor? Pregunta Monique a su esposo Ralph.—No es nada querida.—Como no es nada Ralph. Seguramente te remontaste en tu pasado de nuevo.—A ti no te puedo mentir, es cierto cariño. Mi pasado jamás me ha abandonado. Si no fuera por ti y nuestro hijo Devin estaría perdido.—Ralph, deja el pasado en su lugar. Si ya decidiste avanzar, sin mirar atrás ¿Por qué esporádicamente te atormentas por gusto?—¿Qué fue de ellos Monique? Fui un cobarde, a veces creo que no merezco vivir—se aflige por alguna extraña razón.—Basta Ralph te prohíbo tanto escarmiento. Mejor enfoquémonos en la nueva colección, ya mañana llegan las telas desde Turquía, Devin está asesorando a los chicos de marketing, salió muy bueno para lo digital nuestro hijo.—Devin es un joven muy astuto para su edad, es un millennials, seguro en el futuro será un excelente publicista.—Tan bello nuestro hijo, no estás solo Ralph nos tienes a nosotros, que somos tu
En la noche.En la habitación de Derek, las suaves caricias de Leah inquietan el frágil cuerpo de su esposo, de inmediato cierras sus ojos, con el fin de embeber de sus dulces manos, Leah lo besa intensamente y velozmente Derek, riñe sus emociones entre el deseo inocente, incitado por ella y por cumplir con lo que considera justo, sus sentimientos se empujan y Leah, de pronto es sacudida por la duda y se detiene:—Ya debo irme a mi cama.—Detente Leah, quédate esta noche conmigo.—Estás seguro.—Si cariño, ya no tengo dudas Leah. También te quiero—expresa Derek su cariño.—¡Oh Derek! ¿Cómo cambiaste de parecer? —se muestra Leah incrédula.—Siempre lo estuve, sólo que fui un tonto y no quise ver la verdad, que golpeaba en mis narices—expone acuciosamente.—No quiero sufrir—señala Leah conmocionada por el temor.—Jamás lo permitiré.—¿Y Savannah?—Ya esa mujer, no es nada en mi vida. Ahora estoy convencido, que solo fue un doloroso recuerdo del pasado.—¡Ah caray! Me parece mentira, lo
Ingresa a la empresa, como perro por su casa, la madre de Savannah. Por lo visto Ilse, no confía plenamente en su hija y fue a cerciórese por sí misma, que todo marche como ella lo tenía previsto. Se dirige diligentemente a la oficina de Albert, quiere lograr que éste se alié a ellas, para destruir el matrimonio de Derek y Leah.—¿Mamá que haces aquí? —se sorprende Savannah al verla.—Vine hacer, lo que tú te rehusar hacer, insisto te falta coraje hija. No sabes velar por tus intereses, así que voy a conversar con tu jefe, el tal Albert—apunta con petulancia.—Mamá por favor—intenta Savannah detenerla.—Hazte a un lado Savannah, o lo vas a lamentar—empuja a su hija e ingresa, a la oficina de Albert diciendo:—Buen día caballero.—Buen día, ¿señora usted es la madre Savannah cierto?—Así es jovencito, vine a conversar con usted, de un asunto que nos conviene ambos.—¿Qué asunto es señora?—Del matrimonio de Derek Dixon. Según me dijo un pajarito por ahí, que usted está interesado en Le
Todos celebran y se divierten agradablemente. De la nada Eiza cruza la mirada con Albert y éste esboza una gran sonrisa. Albert es un chico muy apuesto, por lo que Eiza no es libre ante encantador muchacho, velozmente se le arrima a Leah:—¿Quién es esa hermosura?—¿De quién hablas? —reacciona Leah maravillada.—Del chico que está con Derek.—Ah es Albert, el mejor amigo de mi esposo y también trabaja, como vicepresidente en la compañía de Derek.—Preséntamelo.—¿Yo? —reanuda Leah sorprendida.—Si Leah anda.—Está bien—frunce Leah el entrecejo, obedeciendo a su amiga. Llegan donde se sitúan, Albert con Derek y allí los presenta:—Te presento a una amiga Albert.—Un placer mi nombre es Albert Caruso.—El placer el mío, mi nombre es Eiza—se queda Eiza pasmada, observando embelesada a Albert.Por su parte Leah, le susurra a su esposo:—A Eiza le gustó Albert.—Genial, ya es hora que consiga novia. Así no codicia, a las mujeres ajenas—expresa Derek directamente sin discreción.—¿Por qué l