Inicio / Romántica / La Esposa Trofeo Del Cruel Rey / Capitulo 04: No me interesa el amor.
Capitulo 04: No me interesa el amor.

••••••••••

Al día siguiente.

—Mucho gusto, su alteza. Mi nombre es Margoth Linzar, seré su asistente a partir de este momento —se presentó la mujer cabello castaño y ojos cafés claros.

Yurina la veía de pies a cabeza con total desconfianza.

"Fuí Reina en un país que solo me utilizaba para sus propios beneficios por años, todos mis asistentes, guardias y doncellas, eran espías"

Pensó ella segura de que esa mujer no era diferente de aquellas en Romian.

—Es un gusto, estoy a tu cuidado —sonrió la tercera esposa del Rey Maitano.

—Comenzará el día con un desayuno junto a su majestad, el Rey Maitano, Landel Lamparth —informó la asistente.

—¿Desayunar con él?, Pensé que todo se rige con un orden, es el primer día después de un evento importante, ¿lo normal no sería que esa fuese la primer esposa? —preguntó Yurina curiosa.

—Es así, pero… usted se casó anoche con su majestad, por lo tanto, él cambió el órden haciendo una excepción.

La mujer de hermosos ojos verdes se sorprendió en gran manera.

Sin duda, no esperaba eso de parte de su ahora esposo.

••••••••••

8: 30 am.

En el jardín privado del Rey Maitano, se llevaba acabo el desayuno.

Yurina observaba en silencio a ese hombre que ni siquiera se había molestado en dirigirle la palabra o prestarle atención.

Ella dedujo que todo el desayuno sería así, decidiendo ignorarlo también, pero fue imposible de hacerlo, cuando vió a un asistente del Rey probando los platillos de ese gobernante.

"¿Eh?, ¿Por qué tanto cuidado?"

"¿Podría ser que…?"

Tras esos pensamientos, la ex Reina Romiana recordó la información que le dio el marqués Forsten.

"Él fue envenenado… Podría significar que él tiene esa rutina por precaución"

"Pero es un poco exagerado, ¿Será así siempre?, ¿Es que lo intentan atacar todo el tiempo?"

"Quizá solo es un poco paranoico"

Pensó ella mientras desayunaba en total silencio, siguiendo las etiquetas de la extinta Romian.

—Su majestad. Tengo un poco de curiosidad, ¿Siempre hace que alguien pruebe sus platillos? —preguntó descaradamente, Yurina.

En ese instante, Landel posó sus finos ojos dorados en ella.

—Sí —admitió él—. Una vez que alguien atenta contra tu vida y terminas al borde de la muerte, queda la costumbre y el ser más desconfiado. Sobre todo si estoy desayunando con alguien extraño.

Yurina tensó su expresión ante la acusación de ese Rey.

"¡¿Acaso cree que yo podría intentar atentar contra su vida?!"

"Yo… No niego que lo he pensado y… Me gustaría, pero siendo constantemente vigilada, me es imposible un movimiento tan atrevido"

Pensó ella ahora sintiéndose incómoda.

—Sabe, yo no sería una extraña si usted se hubiera tomado la molestía de conocerme un poco —contestó Yurina descarada y sin pensarlo.

Todos los sirvientes de los alrededores, se quedaron sorprendidos ante el atrevimiento de esa mujer con su Rey.

—¿Conocerla? —preguntó él—. No, gracias. No estoy interesado en volverme cercano a alguien como… Usted —aclaró el Rey Landel.

En ese momento, Yurina se puso de pie y apoyó con fuerza las palmas de sus manos en la mesa, viendo con enojo hacia ese Rey.

—¡No entiendo por qué tuvo que convertirme en su esposa!, ¡Si yo no le importo en lo más mínimo déjeme libre!, ¡¿No hubiera sido mejor volverme una esclava del Reino?!, Así al menos no tendría que verlo a la cara… —expresaba ella con enojo frunciendo el ceño.

Justo entonces, los guardias se acercaron apuntando con sus espadas a Yurina.

—No se mueva o perderá la vida —advirtió uno de los guardias que parecía ser el líder.

Antes de que Landel que tenía una expresión seria dijera algo al respecto, llegó un mensajero y se acercó disculpándose con todos los presentes y susurrando al oído del Rey.

Landel se puso de pie y quedó viendo unos segundos fijamente a su tercera esposa, seguidamente se fue de ese sector de su jardín favorito.

Yurina maldijo volviendo a su asiento.

Los guardias del Rey se marcharon siguiéndolo, dejando algunos vigilando a Yurina Beforth.

"¿De nuevo…?"

"¿De nuevo viviré un infierno?"

"¿Una vez más repetiré lo mismo?"

"Al menos el maldito de Ángel me dirigía la palabra más a menudo y mostraba su interés en mí… Este Rey Maitano…"

"Parece… Vacío… Hueco…"

"¿Tendrá sentimientos?"

"Aunque ahora que lo ví bien, no parece ser alguien enfermo…"

Pensó Yurina posando sus ojos en los platillos que dejó atrás el Rey Landel.

"Apenas y ha comido un poco… No me había dado cuenta"

Tras ese pensamiento, ella se levantó de su asiento y los guardias nuevamente se pusieron alertas.

La hermosa mujer de cabello corto oscuro, se acercó hasta los platillos que había dejado atrás el Rey y se sentó en la silla donde anteriormente él estaba.

Los sirvientes comenzaron a verse entre si y murmurar sobre esa "extraña" tercer esposa.

Yurina tomó un tenedor y comenzó a revisar detenidamente la comida, seguidamente ella probó un poco.

"¡Por los dioses! ¡Esto sabe delicioso! Mejor que la mía"

"¿Por qué su expresión era tan vacía?, ¿Será cierto lo que dijo ese marqués?"

"Tiene que ser… El Rey Landel, realmente tiene dañado su sentido del gusto"

"Algo tan simple como tomar sus comidas, debe ser totalmente aburrido e incómodo"

Pensabas ella analizando la situación que vivía ese hombre.

••••••••••

10: 15 am.

En un salón de estar, dentro del castillo principal del Rey Maitano.

—¡No me dejaré atender por esa irrespetuosa mujer! —exclamó Landel a su tío.

—Dale una oportunidad, fue por ella que decidiste atacar Romian, ¿Lo estás olvidando?

—Pensé que sería una mujer distinta, ella es irritante.

—Oh, no exageres, ha pasado por mucho. Ella aceptó ayudarte, le he logrado convencer —comentó el marqués Forsten, sin revelar aún con que condición ella aceptó.

Landel se quedó viendo fijamente a su tío y seguidamente exhaló apoyando su mano enguantada en su nuca en un gesto de estrés.

—Ella es una enemiga tío, a mis padres no les agradó para nada el que la dejara viva. Les tranquilice, les hice pensar que tenía todo bajo control, lo cierto es que no es así…

El marqués, el cual estaba sentado en un cómodo sofá individual se puso de pie y apoyó su mano en el hombro del Rey Landel.

—Tienes que tomar una decisión. Así como cuando decidiste comenzar a expandir Maita y dar los primeros pasos rumbo al imperio que siempre han estado buscando formar tus antepasados. Así como cuando te comenté de la talentosa médico en Romian y quisiste buscarla sin importar más nada.

—¡Nunca me dijiste que esa médico era la Reina!, Una bastante joven y que tiene una hija pequeña para colmo —exclamó el joven Rey molesto, haciendo hacia atrás su cabeza, posando su mirada en el glamuroso techo—, Le daré solo una oportunidad, una de probar que tanto vale su vida y la de su hija.

—No te arrepentirás, me encargaré de que esta misma noche lo demuestre en tu hora de la cena —sonrió el marqués satisfecho—. Solo no vayas a hacer planes con nadie más.

Landel asintió, levantándose del sofá individual en el que estaba sentado.

—Por cierto, ¿Dónde tienes a esa niña?, La hija de esa mujer Romiana —preguntó el marqués disimuladamente.

—Se la entregué a la que era una de mis niñeras favoritas. Esta en una mansión segura en el mismo territorio Real.

—Oh, creí que le habías dado una mala vida, como la rehén que es.

— Es solo una niña que no tiene culpa de nada. Ya debo irme, tío. Tengo mucho trabajo acumulado por la guerra.

—Deberías tomar a una Reina, para que te ayude en ese ámbito. Yo podría buscarte una candidata digna.

Landel que se dirigía a la salida volvió a ver a su tío y frunció el ceño.

—¡No digas tonterías, tío!, Sabes que no haré algo así, soy un hombre de palabra. Prometí a mi madre que ese título y ese honor, solo sería de la mujer que ame y probablemente ese campo quede vacío por siempre, por que NO me interesa el amor.

Tras decir esas palabras, el Rey Landel salió del salón de estar.

"Oh mi querido sobrino, el amor puede llegarte en el momento más inesperado"

"Yo fuí alguien que nunca creyó ser capaz de amar y sin darme cuenta… Los mejores meses de mi vida los viví junto a la madre de mi preciada hija Caroline"

El marqués se levantó en ese momento y suspiró observando el paisaje veraniego por la larga ventana.

"Desgraciadamente, ella como ex concubina de tu padre, tenía que morir, ya que fue quien te envenenó"

••••••••••

Esa misma tarde, en el laboratorio dentro del castillo principal.

—¿Te has demorado toda la tarde, y solo has podido hacer esto? —preguntó el marqués inconforme, sosteniendo un pequeño frasco de cristal con un líquido verdoso de mal aspecto.

—¡Fue su culpa, señor Forsten! —exclamó Yurina molesta—, Me dieron poco tiempo y tuve que hacerlo con las plantas Maitanas medicinales que también se consiguen en Romian y solo de las que tengo conocimiento. Probablemente el efecto sea débil y no funcione por mucho tiempo.

—Ajá, ¿Qué hace exactamente?, No creo que esta porquería cure a mi sobrino —decía el marqués molesto devolviendo a Yurina el pequeño frasco.

—El Rey lo tiene que ingerir unos minutos antes de cada comida, sensibiliza y tiene una toxina que estimula el gusto, sentirá un poco más el sabor de sus comidas, era una medicina muy popular en la alta sociedad secreta de Romian para los ancianos o pacientes enfermos de alto estatus.

—Entiendo, aún así. Esa basura no se la daré a mi sobrino, él es como si fuera mi hijo, lo único que me quedó de mi querida hermana Cassandra. Esa cosa tiene un aspecto desagradable, deberías agregarlo en alguna… ¡Eso es! —exclamó el marqués teniendo una idea—, tienes que preparar un platillo sencillo, cualquiera que conozcas, hazlo con el medicamento, seguro que alguien tan talentosa como tú, puede hacer que funcione.

Yurina se molestó, sin embargo, todo era para pasar tiempo con su querida hija Amanda.

—Lo intentaré, pero no sé muchos platillos y no soy tan buena cocinando. Quizá al Rey no le agrade —comentaba ella con una expresión de preocupación.

—Él no es tan malo como crees, verás que sí lo probará. Después de todo, él no recuerda ningún sabor desde sus cuatro años, aunque tu comida sepa horrible, al ser lo primero que saboreara en años, probablemente lo sienta magnífico jaja~ —se burlaba el marqués.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo