••••••••••Durante la hora del almuerzo, del día siguiente. El Rey Landel Lamparth, debía recibir a su primera esposa. Según lo especificaba su agenda, era a Juliana Heliar a quien tenía que dar el honor de acompañarlo en alguna de sus comidas del día. En ese caso, el Rey Maitano decidió que sería la del almuerzo. Sin embargo, ese día tenía una visita bastante especial, alguien a quien Landel quería muchísimo y veía como su mejor amiga.…..La futura marquesa, Caroline Forsten.Aunque solo tenía 17 años, la joven noble era muy inteligente, habilidosa y hermosa. Querida en todo el Reino de Maita por su dulzura y sencillez.Su cabello de un rubio tan claro y largo demostraban que era Maitana pura, sus finos labios color cereza y sus ojos grandes de un tono verde limón dejaban cautivo a más de uno a diario.Su cuerpo que aún le faltaba por madurar seducía con su hermosa figurita; ella simplemente lucía como el fruto más sabroso y codiciado entre los solteros, viudos y divorciados nob
••••••••••"¡¿Qué hace esa mujer aquí?!""¡Se suponía que solo éramos su majestad Landel y yo!"Pensaba enfadada la primera esposa del Rey, esto al ver a la futura marquesa Caroline Forsten acompañadolos en el almuerzo que se suponía era únicamente entre el Rey y ella. Sin embargo, a Caroline no le interesaba que tantos gestos y expresiones de desagrado le hiciera la hermana menor del Conde Heliar, ya que sabía que esa mujer no podía hacerle nada. —Primo, noto que los platillos que te han estado sirviendo durante el almuerzo son diferentes a los nuestros~ —reclamaba Caroline—, ¿A qué se debe eso? ¡No es justo! Me hubiera gustado probar también. Landel se dió cuenta que no le había hablado a Caroline del tema y tampoco podía hacerlo en ese momento, ya que tenían compañía no grata. Sin embargo, el Rey Maitano sonrió y le dijo: —Mi tercera esposa es la que ha estado preparando mis comidas.—¿Eh? —Caroline se sorprendió al escuchar a Landel— ¿Tu tercera?, Es extraño que tú confíes en
••••••••••9: 00 am. —Ya está listo todo su majestad. La reunión será dentro de una hora —informó el secretario Real. Landel se levantaba de la silla tras su escritorio, cuando en ese momento su mensajero ingresó. —Su majestad, la tercera concubina solicita una audiencia con usted, ¿Le honrará con su presencia? "¿Esa mujer?, Hoy es un día muy ocupado, no tengo tiempo para lidiar con ella" Pensó Landel. —Rechazada —dijo Landel serio y salió de su oficina seguido por su secretario y caballeros guardianes. …..Minutos más tarde, en el salón de espera dentro del castillo principal. —Su majestad ha rechazado su solicitud, lo lamento. Le pido que se retire. —¿Eh?, ¿Retirarme? Pero-Antes de que Yurina dijera algo más, Margoth apoyó su mano en el brazo de ella y la vió seriamente negando con su cabeza. Una vez que el mensajero salió. —No insista, es mejor que usted mantenga un perfil bajo, podría volverse un blanco fácil. Solo tome las clases y después cuando pueda ver al- —¡No l
••••••••••8: 30 pm. La noche de ese mismo día. La tercera esposa del Rey Maitano, había terminado su cena y se dirigía a su habitación cuando le fue dada una buena noticia. —Su alteza. El Rey quiere verla en el castillo principal a las nueve en punto —informó el mensajero de ese joven Rey. "¿Quiere verme?" "¡Osea que yo si tengo que salir corriendo cuando él me convoca!""¡Yo lo busco e intento hablar con él y soy rechazada como un trozo de basura!"Pensaba la concubina frunciendo el ceño. —Su alteza… —le tocó la mano su asistente, Margoth— dele una respuesta al mensajero, dígale que definitivamente estará ahí —le susurró la mujer de cabello castaño. Yurina Beforth, exhaló mostrando su mejor sonrisa falsa…Esa que había practicado innumerables veces frente a un espejo siendo obligada por su anterior marido. —Le agradezco a su majestad el Rey, tenerme presente, dígale que definitivamente estaré ahí. El mensajero una vez obtuvo la respuesta se marchó de inmediato. …..Pocos m
Yurina sostuvo en sus manos enguantadas el libro que se le entregó, esto mientras ella seguía de rodillas. —Levántate —pidió Landel extendiendo su mano hacia la mujer de cabello corto oscuro ofreciendo su ayuda. —¿Me dejarás quedarme? —Sí —aceptó el Rey viéndola seriamente. "¿Por qué cambió de decisión tan rápido?" "¿Ahora quiere ayudarme?" Pensó Yurina incómoda viendo la mano enguantada de ese Rey luciendo el hermoso anillo de la familia Real Maitana. Los ojos verdes de la tercera esposa se posaron con cautela en esos dorados finos que la observaban siempre con desagrado. Yurina tomó la mano de Landel y él la ayudó a ponerse de pie. Justo cuando quedaron uno frente al otro, el Rey Maitano habló: —Serás mi esposa favorita. —¡¿Ah?! —Yurina soltó su mano del agarre de la de Landel, sorprendida—, ¡¿Qué estupidez estás diciendo?! —preguntó ella sin pensar ni siquiera en como se expresaba ante ese gobernante. Landel exhaló y volvió a sentarse en el sofá en el que se encontraba.
Árboles por doquier, lodo, humedad y lluvia. ¡Yurina lucía un desastre! La lluvia se había intensificado, la oscuridad de la noche no le permitía ver por dónde había seguido, si se había extraviado en ese territorio boscoso o no. Sus piernas le dolían de todo lo que había corrido, sus rodillas estaban lastimadas por las veces que se cayó tropezando con raíces, ramas o resbalando con el lodo y sus pies con algunos cortes en ellos no eran la excepción. Finalmente escuchó a distancia un sonido familiar. Agua… No de la lluvia, si no de una fuerte corriente…¡Había un río…! Yurina se apresuró hasta llegar al río, tenía que haber alguna manera de cruzarlo, algún puente, ¡algo…!Ella caminó por la orilla en dirección del este. Horas pasaron, la lluvia se había detenido y ella sentía que en cualquier momento iba a colapsar. Finalmente sus ojos verdes vieron un puente, Yurina corrió pero sus cansadas piernas no le respondieron y tropezó con una roca terminando por caerse en el frío sue
—¡¿Por qué no me lo habían dicho antes?!, Yo… Nunca he tratado un caso tan serio… Es posible que se deba a las secuelas del veneno en su cuerpo, pero… Aún si es así, no hay muchos que causen eso. —comentaba Yurina analizando la situación. —¿Muchos?, Tenemos el veneno identificado, mi tío me dijo que ya te comentó del laboratorio en Luterd. Yurina recordó que el marqués Forsten le había mencionado un laboratorio donde se trataba de encontrar alguna cura completa para el Rey Maitano. "Cierto… Ese lugar siniestro donde ese maldito marqués prueba con personas sus antídotos" Yurina abrió sus ojos de par en par sorprendida al tener ese pensamiento. —¡No puede ser! —exclamó ella poniéndose de pie—, si es como dice… —ella caminó rápidamente hasta el sofá donde estaba Landel y apoyó sus manos en los descansa brazos del mismo, inclinándose hacia ese Rey— ¿Usted ha tomado medicamentos estos años? Landel alzó una ceja. —Esa es una pregunta muy estúpida. —Responda entonces, por favor. Es
••••••••••—Es aquí —dijo Landel al encontrarse frente a las puertas de la quinta planta, eso en el sector sur del castillo principal. Yurina esperó a que los guardias que estaban en la entrada abrieran las puertas. —Al menos hay guardias en las puertas… —comentó Yurina intentando ser positiva. —Sí, pero básicamente esos dos son toda la seguridad que hay, eso hoy. Hasta mañana que el comandante de seguridad organice los caballeros que van a protegerte aquí. —¿Por qué son tan escasos los caballeros?, Digo, debería haber suficientes para ser enviados a esta zona. Maita es grande y poderoso me cuesta creer que tengas tan-—¿Acaso te gusta avergonzarte sola? —preguntó Landel con sarcasmo interrumpiendo, él vió a su tercera esposa de reojo mientras ambos caminaban por el largo pasillo. Yurina frunció el ceño. —¿Por qué me dices eso? —Lo sabes. Nadie está dispuesto a dar su vida por ti… No eres nada. Yurina detuvo sus pasos y Landel que ya había avanzado unos pocos volvió a ver haci