Observó al más pequeño de sus bebés succionar ansiosamente de su pezón, como si se estuviera muriendo de hambre y no hubiera comido en las anteriores dos horas.—Él no está comiendo, ¡está devorando! —exclamó Sam con una sonrisa, él estaba cargando al mayor.Beth recostó su cabeza contra el respaldo de la mecedora, estaba tan cansada que no recordaba la última vez que había tenido para arreglarse el cabello o tomar una ducha de más de cinco minutos.Ser mamá era maravilloso, ahora era una nueva versión de sí misma. No podía quejarse de la felicidad que le daban sus pequeños milagros, pero debía admitir que también era agotador y demandante.—Tus padres intentaron hacerme preguntas pero me rehúse. Sabes que tendrás que contarles en algún momento, ya es demasiado obvio para ellos que hay una especie de triángulo entre los tres y hasta me siento avergonzado —le dijo, meciendo a Alexei que se estaba despertando de su siesta.Ella cerró los ojos con pesar, había tratado de postergar el asun
Dió un giro con su silla, ahora le era más fácil utilizar el aparato. Estaba cansado de llevar tantos meses postrado en el, pero ya podía mover los dedos de los pies y tener suspendida la pierna derecha unos centímetros encima del suelo... Antes de cansarse.No podía ver a Annabeth ni a su bebé. Se sentía tan inútil, tan poco hombre. Lo mejor para el pequeño era crecer sin él, y no saber nunca la verdad.Había tomado la decisión ese mismo día en el hospital cuando vió a su hermano y a Beth abrazando a los bebés.¿Qué sentido tenía todo eso? Pasar de ser el esposo al cuñado, pero todavía ser el padre de uno de los mellizos eran descabellado, sacado de un libreto de telenovela escrito para hacerlo sufrir todavía más por todo lo que hizo.—Señor Blake, su hermano está en la línea. ¿Gusta que le pase la llamada? —preguntó su asistente. El pequeño despacho en donde estaba trabajando no era tan malo. Lo malo era ejercer la carrera de abogacía.Estudió dos carreras al mismo tiempo, para ser a
Para la cena, se vistió con un suéter largo color rosa que le funcionó a modo de vestido, el frío parecía no querer darles tregua aunque estaban a mediados de enero.Decoró los jardines con ayuda de su mejor amiga Minah, su hermano MinHyuk y Matilde. Quería celebrar la vida de sus hijos y la unión definitiva de sus familias. Hacia un día precioso, el sol brillaba en lo más alto. Conforme fue cayendo el atardecer, el cielo les ofreció una cálida manta anaranjada.Se sentó cuando finalmente terminaron de acomodar el lugar.Su esposo había salido a para atender asustos de los negocios. Él la apoyaba muchísimo con sus proyectos y agradecía lo hiciera. Sus hijos eran tranquilos pero demandantes con su leche y a los brazos de Beth; así que Sammael se encargaba de cuidarlos durante la noche mientras ella dormía, tenía preparado un banquito de leche para ellos y los alimentaba con biberones.—Pues nos ha quedado divino, ¿no crees? Quizás nos equivocamos de carrera y debimos de escoger la de d
UN AÑO DESPUÉS ════ ∘◦❁◦∘ ════A veces, una mujer renace de entre el fuego en que creyeron haberla sepultado, lista y dispuesta para ponerlos en su lugar. Demostrando que esa no fue su caída, si no, un comienzo.Annabeth Grey jamás imaginó que encontraría nuevamente la felicidad entre otros brazos, y mucho menos en los de su cuñado."Mañana es el día en que tu padre se casará con la mujer de la cual se enamoró. Mañana estarás presente viéndolo unir su vida a Rosalind. Ha estado presente en cada paso tuyo, pero en ese día tan especial, tú estarás con él.Con amor, mamá."Terminó de escribir en su diario, mirándolo con nostalgia. Ahí estaban ahora los casi veintiocho años de su vida, escritos con lágrimas, tristeza y dolor. Pero también con alegría, dicha y amor. Era el contraste perfecto de su vida: amargo pero dulce. El nuevo capítulo de su diario se llamaba "maternidad" y es quizás el más complejo de todos.Quería que sus hijos al crecer, pudieran saber lo mucho que su bienestar le
SINOPSIS:Esme solo deseaba pasar unas agradables vacaciones en la isla de Mykonos, pero pronto se encontró entre los brazos de un Magnate griego que le generaba sensaciones jamás exploradas.Estando fuera "del molde" por su cuerpo CURVY, encuentra increíble que un hombre guapísimo como Alistair se fijase en ella.Pero las reglas eran claras: solo tenían 30 días para vivir un apasionado romance antes de que ambos tuvieran que seguir con sus vidas.¿El problema? Que se iría con el corazón destrozado llevándose un secreto que los uniría para siempre...─────༻✧༺─────- PRÓLOGO -Fue moviéndose en silencio hacia la derecha, a un árbol que la ocultaba de los ojos ajenos, solo quería que él lograse verla, darle una buena vista. Nadie se dió cuenta de ella, todos tenían la atención puesta en la atracción principal. Había ruido y eso le jugaba en contra, ¿cómo llamaría su atención? ¿Saltando? ¿Mensajes de humo?Mensajes...Segundos después una idea ridícula, descabellada y poco práctica se le
«Porque todas merecemos cumplir nuestros sueños, no importan las críticas: nunca es tarde para hacerlas realidad...»Unos ojos verdes como la esmeralda observaron el lugar con detenimiento, buscando su lugar. Aquellos ojos verdes brillantes le dieron su nombre: Esmeralda. Y su cuerpo "de huesos anchos" le dió el apodo de Gordaralda.Ella camino lo que le faltaba para llegar a su asiento en el avión, que era un vuelo directo hacia Atenas, en donde pasaría las últimas semanas vacacionando. Internamente se emocionó al darse cuenta de que no serían muchos los que estaban en el avión, ya que tenía malas experiencias viajando con el lugar abarrotado. Acomodo sus cosas en el asiento sobrante, y se recostó, angustiada por estarse precipitando. Jamás había salido de su país natal, era una chica de casa.Aunque incansablemente siempre pensó: «Tienes que conocer, tienes que experimentar...», ciertamente no pudo. A lo largo de sus veintitrés años le fue imposible, sabía que el tiempo se le estab
Bueno, si él iba a tener el descaro de mirarla así, ella también lo haría.Esmeralda se dedicó a repasar su rostro, era sin duda un hombre masculino y guapo. Tenía el cabello oscuro un poco largo, usaba un traje de etiqueta que denotaba lo musculoso que era. Quiso pasar las manos encima para verificar aquello.Estaba afeitado, su piel dorada contrastaba con el sol del atardecer. Era bastante más alto que ella y eso la hizo sentirse frágil, algo a lo que no estaba acostumbrada en su país de origen (¡porque estaba tan ancha como una puerta!). Lo único que ansiaba era descubrir ese par de ojos ocultos. En pocas palabras, ahora comprendía cuando se usaba el término tan trillado «dios griego», él era un buen ejemplo de aquello, y no le parecía para nada trillado. Le parecía buenísimo.Dándose cuenta de que él percibió su escrutinio, bajo la mirada y jugo con sus manos.—Jamás nadie me había dicho algo así —admitió avergonzada.El extraño negó con la cabeza, sorprendido.—Imposible, posees
Lo primero que sintió al despertarse fueron los rayos del sol. Esmeralda se estiró en la cama y gimió con gusto. En su casa hubiera despertado enojada por aquello, pero luego de un baño relajante y con el estómago lleno, sin preocuparse de tener un traje limpio para el trabajo... Era extraordinario.Su cuerpo se sentía como si estuviera en una nube de algodón, y después de una noche en la que dejó volar su imaginación sobre un hombre al que solo había visto una vez, quizás era lo normal.Se sentó en la cama con los ojos cerrados y disfrutó del sol matutino. Raramente disfruta de placeres como esos, donde no se preocupaba por sus obligaciones y sólo pensaba en qué hacer para divertirse.Pensó en si estaría bien asearse o desayunar primero. Considero que todavía estaba fresca del baño de anoche, además tenía muchísima hambre. Por lo que optó vestirse y salir a caminar un poco, conocer Mykonos de día sería fantástico.Se vistió con un simple vestido holgado tipo playero y unas sandalias