La expresión en el rostro de Dominik le caló hondo en el corazón. Se le llenó de luz y esperanza, aunque sus palabras fueron otras.—Eso es... imposible. No tienes que ser así de cruel conmigo, Annabeth. ¿Cómo...? —preguntó, pareciendo sumirse en sus pensamientos.—Pues es muy posible y mi doctora me lo dejo en claro.Él seguía luciendo incrédulo, poco a poco su ceño comenzó a fruncirsr en confusión.—De acuerdo, pero biológicamente hablando... Yo tenía una vasectomía y según mi propio urólogo era imposible que tuviese un hijo con Isabella, no hablemos de ti —rezongó, rascándose la cabeza con incomodidad.Por primera vez se dió cuenta que ya no le dolía ni molestaba la mención de esa mujer. Y ahí se dió cuenta que Dominik había salido definitivamente de su corazón. Fue una revelación que la dejó unos segundos perpleja.Ni un rastro de los sentimientos pasados.—Pues se equivocó. Porque hay muy buenas razones para creer que eres el papá de al menos uno de los bebés...Ella suspiro, ale
Como si se hubiera preparado para ese momento toda su vida, Annabeth trajo al mundo a sus hijos rodeada del amor de su vida y del que única vez creyó que lo era.Jamás creyó experimentar tal dolor ni tanta emoción. Era dulce y agridulce en partes iguales. Pensó que no era capaz de hacerlo, que su cuerpo no lo podría lograr... Pero se equivocó: era mucho más fuerte de lo que hubiera imaginado.Dos horas después de los dolores, la doctora Regyna la felicitó diciéndole que fue el parto más rápido que había tenido en ese año, y que tanto ella como los bebés gozaban de una excelente salud.Rememoró con un escalofrío la experiencia. Ni siquiera se había recompuesto de la expulsión del primer bebé cuando el segundo bebé venía al mundo, fue tan mágico como abrumador al mismo tiempo. Pero lo volvería a hacer con tal de tenerlos entre sus brazos y susurrarles entre lágrimas:"Bienvenidos al mundo, mis tesoros".El dolor pasó a segundo plano cuando vió el rostro de sus pequeños milagros que llega
Observó al más pequeño de sus bebés succionar ansiosamente de su pezón, como si se estuviera muriendo de hambre y no hubiera comido en las anteriores dos horas.—Él no está comiendo, ¡está devorando! —exclamó Sam con una sonrisa, él estaba cargando al mayor.Beth recostó su cabeza contra el respaldo de la mecedora, estaba tan cansada que no recordaba la última vez que había tenido para arreglarse el cabello o tomar una ducha de más de cinco minutos.Ser mamá era maravilloso, ahora era una nueva versión de sí misma. No podía quejarse de la felicidad que le daban sus pequeños milagros, pero debía admitir que también era agotador y demandante.—Tus padres intentaron hacerme preguntas pero me rehúse. Sabes que tendrás que contarles en algún momento, ya es demasiado obvio para ellos que hay una especie de triángulo entre los tres y hasta me siento avergonzado —le dijo, meciendo a Alexei que se estaba despertando de su siesta.Ella cerró los ojos con pesar, había tratado de postergar el asun
Dió un giro con su silla, ahora le era más fácil utilizar el aparato. Estaba cansado de llevar tantos meses postrado en el, pero ya podía mover los dedos de los pies y tener suspendida la pierna derecha unos centímetros encima del suelo... Antes de cansarse.No podía ver a Annabeth ni a su bebé. Se sentía tan inútil, tan poco hombre. Lo mejor para el pequeño era crecer sin él, y no saber nunca la verdad.Había tomado la decisión ese mismo día en el hospital cuando vió a su hermano y a Beth abrazando a los bebés.¿Qué sentido tenía todo eso? Pasar de ser el esposo al cuñado, pero todavía ser el padre de uno de los mellizos eran descabellado, sacado de un libreto de telenovela escrito para hacerlo sufrir todavía más por todo lo que hizo.—Señor Blake, su hermano está en la línea. ¿Gusta que le pase la llamada? —preguntó su asistente. El pequeño despacho en donde estaba trabajando no era tan malo. Lo malo era ejercer la carrera de abogacía.Estudió dos carreras al mismo tiempo, para ser a
Para la cena, se vistió con un suéter largo color rosa que le funcionó a modo de vestido, el frío parecía no querer darles tregua aunque estaban a mediados de enero.Decoró los jardines con ayuda de su mejor amiga Minah, su hermano MinHyuk y Matilde. Quería celebrar la vida de sus hijos y la unión definitiva de sus familias. Hacia un día precioso, el sol brillaba en lo más alto. Conforme fue cayendo el atardecer, el cielo les ofreció una cálida manta anaranjada.Se sentó cuando finalmente terminaron de acomodar el lugar.Su esposo había salido a para atender asustos de los negocios. Él la apoyaba muchísimo con sus proyectos y agradecía lo hiciera. Sus hijos eran tranquilos pero demandantes con su leche y a los brazos de Beth; así que Sammael se encargaba de cuidarlos durante la noche mientras ella dormía, tenía preparado un banquito de leche para ellos y los alimentaba con biberones.—Pues nos ha quedado divino, ¿no crees? Quizás nos equivocamos de carrera y debimos de escoger la de d
UN AÑO DESPUÉS ════ ∘◦❁◦∘ ════A veces, una mujer renace de entre el fuego en que creyeron haberla sepultado, lista y dispuesta para ponerlos en su lugar. Demostrando que esa no fue su caída, si no, un comienzo.Annabeth Grey jamás imaginó que encontraría nuevamente la felicidad entre otros brazos, y mucho menos en los de su cuñado."Mañana es el día en que tu padre se casará con la mujer de la cual se enamoró. Mañana estarás presente viéndolo unir su vida a Rosalind. Ha estado presente en cada paso tuyo, pero en ese día tan especial, tú estarás con él.Con amor, mamá."Terminó de escribir en su diario, mirándolo con nostalgia. Ahí estaban ahora los casi veintiocho años de su vida, escritos con lágrimas, tristeza y dolor. Pero también con alegría, dicha y amor. Era el contraste perfecto de su vida: amargo pero dulce. El nuevo capítulo de su diario se llamaba "maternidad" y es quizás el más complejo de todos.Quería que sus hijos al crecer, pudieran saber lo mucho que su bienestar le
SINOPSIS:Esme solo deseaba pasar unas agradables vacaciones en la isla de Mykonos, pero pronto se encontró entre los brazos de un Magnate griego que le generaba sensaciones jamás exploradas.Estando fuera "del molde" por su cuerpo CURVY, encuentra increíble que un hombre guapísimo como Alistair se fijase en ella.Pero las reglas eran claras: solo tenían 30 días para vivir un apasionado romance antes de que ambos tuvieran que seguir con sus vidas.¿El problema? Que se iría con el corazón destrozado llevándose un secreto que los uniría para siempre...─────༻✧༺─────- PRÓLOGO -Fue moviéndose en silencio hacia la derecha, a un árbol que la ocultaba de los ojos ajenos, solo quería que él lograse verla, darle una buena vista. Nadie se dió cuenta de ella, todos tenían la atención puesta en la atracción principal. Había ruido y eso le jugaba en contra, ¿cómo llamaría su atención? ¿Saltando? ¿Mensajes de humo?Mensajes...Segundos después una idea ridícula, descabellada y poco práctica se le
«Porque todas merecemos cumplir nuestros sueños, no importan las críticas: nunca es tarde para hacerlas realidad...»Unos ojos verdes como la esmeralda observaron el lugar con detenimiento, buscando su lugar. Aquellos ojos verdes brillantes le dieron su nombre: Esmeralda. Y su cuerpo "de huesos anchos" le dió el apodo de Gordaralda.Ella camino lo que le faltaba para llegar a su asiento en el avión, que era un vuelo directo hacia Atenas, en donde pasaría las últimas semanas vacacionando. Internamente se emocionó al darse cuenta de que no serían muchos los que estaban en el avión, ya que tenía malas experiencias viajando con el lugar abarrotado. Acomodo sus cosas en el asiento sobrante, y se recostó, angustiada por estarse precipitando. Jamás había salido de su país natal, era una chica de casa.Aunque incansablemente siempre pensó: «Tienes que conocer, tienes que experimentar...», ciertamente no pudo. A lo largo de sus veintitrés años le fue imposible, sabía que el tiempo se le estab