Capítulo trece: ¡Estoy loca!"Narra Harry Mascherano"La furia aumenta a medida que avanzo y antes de que cualquiera de los dos note mi presencia, tomo a mí esposa de las muñecas y tiro de ellas hasta posicionarla a mis espaldas, cubriendo su cuerpo por completo con el mío de la mirada del viejo pervertido.—En mi club no entra nadie —pronuncio ignorando el jadeo de la castaña detrás de mí y a la vez, luchando para sostenerla, porque la muy jodida no deja de resistirse—, y lo mío no se toca, ni se le dirige la palabra, ni se mira.—Yo solo quería…—¡Fuera de aquí! —exclamo rojo de ira.—No busco problemas, Mascherano —el muy inconsciente tiene el atrevimiento de desafiarme—. Solo ayudaba a su bailarina. De hecho, venía buscándolo a usted. Tengo una proposición que hacerle.—No me interesa —le interrumpo—. Tienes diez segundos para marcharte.—Está bien —alza las manos en señal de rendición—, desistiré por ahora, pero pronto escuchará de mí.—Si lo hago, ten por seguro que te arranco lo
Capítulo catorce: O yo, o la muerte "Narra Ariana Fallon"Los intestinos se me remueven inquietos dentro de mi cuerpo como si estuviesen en medio de un festín, pero por fuera me controlo manteniéndome estática.—Listo —el ronco susurro en mi oído se siente como una descarga eléctrica y lucho con todas mis fuerzas para evitar el temblor.—¿No me vas a decir a dónde vamos? —trato de alejarle con una pregunta banal, al mismo tiempo que obligo a mi cabeza a imaginar pececitos de colores.—Estás a dos minutos de averiguarlo por ti misma —responde regresando a su asiento—. ¿Te apetece una copa?—¿Por qué estás tan amable? —entrecierro los ojos en torno a él—. ¿No que querías matarme?—Todavía no ha llegado tu hora, mi pequeña esposa —se termina el bourbon— y el hecho de que sonría no significa que la furia se haya apagado.—¿Qué estás planeando, Mascherano? —no sé por qué, pero este hombre me asusta más cuando tiene cara alegre que cuando la piel se le pone roja de la ira.Oculta su rostro
Capítulo quince: Te odio"Narra Ariana Fallon"No puedo evitarlo, siento cómo el pánico se extiende por mi sistema. Casi podría jurar que duele su avance por debajo de mi piel. Siento pavor de volver a pisar una pasarela.Es una etapa de mi vida que ya estaba guardada en su cajón y ahora esta maldit@ bestia pretende destaparla como Pandora.Observo mi reflejo en el espejo y acaricio la tela de mi vestido, sintiendo cómo mis dedos tiemblan por el tejido.'No puedo hacer esto'¡Por Dios! Estoy temblando como si me encontrara en medio del Polo Norte.Él sigue ahí, detrás de mí, con una postura amenazante, la cual indica que no podré librarme de esta.Si el italiano quería que le temiera, pues lo ha conseguido.—Cinco minutos —anuncian desde la puerta, aumentando la ronda de escalofríos.—¿Qué puedo hacer para que me dejes salir de aquí sin desfilar? —pregunto tragando saliva, dispuesta a lo que sea.—Veamos —se acerca a paso lento hasta pegar su pecho a mi espalda. Sus manos se pasea
Capítulo dieciséis: Estoy loca"Narra Ariana Fallon"¿Entregarme?¿Lo que más ansía?¿Acaso tiene a alguien más?¿Y yo qué soy? ¿La esposa prisionera a la que mueve a su antojo como marioneta?'No', me niego. Si el italiano me desea, tendrá que estar solo conmigo, porque de lo contrario aquí no habrá ningún jodido plan de seducción que valga.Primero me corto las venas o le disparo a drede antes de exponerme a sufrir una humillación más adelante. Además, para poder conquistarle no puede haber nadie más en su vida.La quito del medio, eso seguro.—¿Con quién tienes que hablar sobre mí? —pregunto mientras le pego en el pech0 para empujarlo lejos.—No pienso responder a nada —él se mantiene estoico como una roca ante mis estocadas—. No tenías derecho a mirar mi teléfono. Es privado.Recoge el aparato mientras yo resoplo furiosa.Me acabo de dar cuenta de que tal vez estoy más molesta por saber que ha hablado con alguien más sobre la posibilidad de sacarme de su vida, que por el hecho de
Capítulo diecisiete: Caer en la tentación"Narra Harry Mascherano"El tono de su piel me hipnotiza. Veo las gotas de agua rodar por entre sus piernas y es justo donde quiero estar todo el jodido tiempo.Esta mujer es una puta droga y no quiero consumirla, pero tampoco puedo parar de chuparme su veneno.Ella no sabe que la observo, pero no soy capaz de estar demasiado rato sin verla. Ha desmontado todo mi plan, simplemente por el hecho de existir, de ser ella, de moverme el piso como lo hace.Me acerco a hurtadillas, empujo la mampara de cristal y está tan concentrada que no me nota.Trago duro y me pongo duro también.Suelto un suspiro fuerte y deslizo mi dedo por el canal en el medio de su espalda hasta donde rompen sus dos nalgas que me seducen y es entonces que se gira asustada.—¡Hijo de tu madre! ¿Podrías ser menos imbécil? —me insulta, sin embargo, no le doy mucha importancia, puesto que sus pez0nes duros no me dejan responderle. Pellizco uno y me da un manotazo. Es una guerrera
Capítulo dieciocho: Mi trampa "Narra Harry Mascherano"—Te he hecho una pregunta, Ariana. ¿Qué car@jos llevas puesto? —puedo jurar que los ojos se me salen de las órbitas.Emito un gruñido al mismo tiempo que mi puño impacta contra el capó del coche y me empujo por el trasero para avanzar hacia ella.—Lo que he conseguido, esposo mío —contesta como si no hubiera roto un plato—. Así que te aguantas.Lleva una jodida camisa mía y un cinturón con nada más que sus zapatos.¡La mato!La tomo de una muñeca y giramos con fuerza hasta que queda con el culo incrustado en la puerta de mi auto. Meto una mano entre sus piernas y gruño por lo bajo cuando mis dedos conectan con su coño desnudo.'¡Rebelde sin causa de los mil demonios!'¡No lleva bragas!—¿Ni un jodido tanga te pudiste poner? —bramo en sus labios. En respuesta, la muy jodida muerde los míos mientras me aprieta el bulto en mi pelvis cuando meto un dedo de dentro de ella sin poder evitarlo, ni saber por qué lo hago.Me vuelve un puñe
Capítulo diecinueve: Este es el fin"Narra Ariana Fallon"Me siento como en estado catatónico, sentada todavía sobre sus piernas con él dentro de mí y no consigo entender cómo una persona que ha vivido unos instantes tan intensos y cargados de emociones junto conmigo, terminar todo de una forma así, tan fría...Estoy agotada, frustrada, desconcertada. Es demasiado, cuando pienso que he avanzado un paso más, retrocedo tres.Prometí seducirle, jugar su juego y atraparle en su propia trampa... Sin embargo, ya no tengo ni idea de lo que estoy haciendo. El italiano psicópata es tan desesperante e impredecible que me pone a improvisar, a retarme a mí misma y rayar límites que jamás pensé alcanzar.Y ahora me sale con esto... No soy un juguete, no soy un trapo, tampoco soy una muñeca. No estoy segura de lo que siento por él, pero el dolor me llega al instante con un golpe seco, inesperado y asolador.Me ha herido y no precisamente en mi orgullo.Hago de tripas corazón, trago saliva y aprieto
Capítulo veinte: Síndrome de Estocolmo"Narra Ariana Fallon"El chirrido de las gomas, que daña mis oídos y me deja prácticamente sorda, me tira al suelo.El conductor del auto sale a socorrerme a toda prisa en tanto yo no puedo dejar de estremecerme con temblorosos espasmos.—¿Estás bien?No respondo, creo que estoy en shock.¡Por Dios! ¿Qué más me puede suceder?Entonces, otra vez el destino me la juega colocando un rostro conocido a mis pies.Es él, el señor del club que me ayudó, el tal Lion.—Ariana...Poco a poco dejo de escuchar, la visión se me desaparece de forma repentina hasta no sentir nada en absoluto y el alivio me recorre las venas cuando caigo en la inconsciencia. ***Sus labios se encuentran sobre los míos, sus caderas bailan al compás de las mías sin control. Jadeo al separarnos, me topo con esos ojos del color del fuego y ardo en llamas bajo su poder. Mi piel adopta la misma temperatura febril de la suya y nos fundimos en un