MELODYHa pasado tanto tiempo desde que no recibo una buena noticia, mucho menos que me sienta verdaderamente feliz, en estos momentos solo quiero llorar, pero retengo las lágrimas, no quiero que Roman me vea en ese estado, de soslayo me doy cuenta de que él se queda atónito cuando el doctor dice que he quedado embarazada. —La recomendaré con una de las mejores doctoras para que lleve su embarazo, no tiene nada de que preocuparse, según sus análisis de sangre, todo está bien con usted, es perfectamente sana —me informa el doctor. Cuando salimos luego de que nos diera un par de recomendaciones más, el peso de sus palabras suele ser aplastante, recuerdo que cuando le dije a Roman que estaba embarazada de Brandon, no le agradó mucho la idea, de hecho, él no estuvo nunca presente en todo mi embarazo, jamás preguntaba nada, mucho menos me acompañaba a las visitas, por lo que me parece algo normal callarme todo. Es como su muy en el fondo esperara que esta vez hiciera lo mismo, después d
MELODYRespiro profundo mientras dejo que el agua caliente relaje mis músculos, pensando en estos dos últimos meses, aunque Brandon ha estado estable, la amenaza de muerte sigue latente a nuestro alrededor, el miedo constante de despertar un día y no volver a verlo, hace que la sangre me hierva y que la impotencia de no poder salvar a mi hijo, de manera inmediata, me consuma, adentrándome a un bucle interminable en donde su muerte es el final. Han pasado dos meses desde que me enteré de que estaba embarazada de nuevo, Roman será el padre una vez más de mis hijos, no dudo que ha hecho un esfuerzo por estar presente, ha estado actuando demasiado raro, me es complicado pensar que se trata del mismo hombre que me trató como basura hace un tiempo. Es atento, está al pendiente de cada una de las citas que tenemos con el ginecólogo se ha mantenido al tanto de mi alimentación, el doctor dice que mi embarazo va por buen camino, aun con todo eso, él sigue pendiente de mí como si yo le importa
ROMANSalir con Natalia no fue buena idea, pero ella dijo que tenía un plan para contraatacar al este nuevo depredador financiero, falta poco más de una hora para la reunión que solicitó, y solo busco excusas para escapar de esta cita laboral. Cuando regreso a la mesa, ella permanece sentada con una sonrisa que va de oreja a oreja, ella es una rubia hermosa, de ojos color miel y piel tersa. —Tardaste —dice en un tono que suena al final como un ronroneo. Ella es mi nueva secretaria. —Lo siento. —No te preocupes —desliza mi móvil por encima de la mesa—. Dejaste esto aquí. —Gracias. Observo la pantalla, no hay ninguna leyenda de alguna llamada perdida o un mensaje de Melody, odio su actitud fría y distante, eso es un hecho, cada que intento hacer las cosas bien, sale con una nueva barrera entre los dos. —Como te iba diciendo, si en la junta de socios obtienes el apoyo aunque sea del treinta por ciento, tendremos éxito, solo es cuestión de conocer los movimientos financieros de est
MELODYMe remuevo inquieta, me cuesta trabajo lograr entender en dónde me encuentro hasta que los recuerdos golpean fuerte en mi caja torácica, siento que el aire comprime mis pulmones, algunas voces llegan de lejos y abro los ojos, todo para encontrarme a una rubia de ojos miel, riendo con Roman, aunque él no muestra ningún signo de felicidad, se esfuerzo por esbozar una suave sonrisa. Me incorporo y Roman clava sus ojos sobre mí, un brillo extraño resplandece de estos hasta que por fin se pone de pie y merma el espacio que nos separa. —Por fin despiertas —me dice sabiendo que estoy destrozada. Mis ojos viajan hacia la mujer que me mira como si fuera un bicho que tiene que aplastar cuanto antes, ella se pone de pie, es muy guapa, el vestido ajustado color rojo que se cierne a su cuerpo, junto con el contoneo vulgar de caderas, la hacen ver como si danzara con cada paso que da. —Buenos días, Melody —su voz es suave pero con un toque de veneno en las notas. —¿Disculpa? —frunzo el
MELODYMe ha costado un poco perderlo de vista, en especial cuando insistió en seguirme, pero lo logré, para cuando llego al hospital, no hay rastro de él, he apagado el móvil luego de sus insistentes llamadas, no es para tanto, puede quedarse con Natalia si le place. En recepción me informan que el doctor tardará un poco en llegar, así que espero media hora hasta que me pasa a su despacho. —Señora Leblanc, qué sorpresa, ¿sucede algo? —me pregunta con un ceño de extrañez. —No, bueno, sí. —La noto algo nerviosa, si gusta puedo llamar a su esposo. Respiro profundo. —Me encuentro bien, no es necesario llamar a Roman —esquivo su mirada inquisidora—. El asunto por el que vengo es sobre mi embarazo. El rostro del doctor palidece un poco, formando una línea recta con los labios. —Usted estará en perfectas condiciones para volver a intentarlo —carraspea al tiempo que se afloja la corbata, haciendo notar su aparente nerviosismo—. No veo cuál es su angustia. —Esta vez quiero que mi emba
MELODYLos hechos han cambiado en un abrir y cerrar de ojos, los labios de Marcos no alcanzan a rozar la piel de mi mano, porque Roman tira de mi brazo con fuerza, apartándome y colocando mi cuerpo al lado suyo, para después rodear mi cintura. Las actitudes de Roman hacen que mi piel se erice y que su mirada posesiva como si yo le importara de verdad, me siente como patada en el estómago. —Por lo visto, es cierto lo que dice la gente de ti, Roman Leblanc —Marcos esboza una sonrisa que irradia seguridad. —No entiendo de qué es lo que hablas. —¿Ustedes se conocen? —interrumpo tratando de evitar una coletilla entre ellos dos. —Soy el nuevo socio de las empresas Dianos, las mismas que están a cargo de los proyectos con mayor prestigio en el mundo de la arquitectura, es un hecho que cualquier trabajo o empresario que se una a nosotros, su fortuna se acrecentará de manera dimensional —me explica y siento un cosquilleo en mi espalda, justo en donde Roman coloca su mano. —Ya veo. —Me pa
MELODYLas manos me tiemblan mientras las coloco sobre el cristal que me separa de mi hijo, Brandon se encuentra tendido en una cama de hospital luego de que su recaída por la leucemia, lo debilitara y tuviera sangrados nasales, odio esta situación, siento que con cada segundo que pasa, su vida se me desliza de las manos, y no puedo hacer nada, eso es lo que me tiene devastada. —Él se pondrá bien —me dice Roman a mis espaldas. —Eso no lo puedes saber —mi voz tiende de un hilo. La opresión en mi pecho hace que las lágrimas se acumulen de nuevo en mis ojos, llevamos más de tres horas viendo como las enfermeras y los doctores entran para revisar la máquina que registra sus signos vitales, así como el que no nos confirmen nada aún. —Lo sé porque somos sus padres y haremos todo lo que esté en nuestras manos para que esté sano —finaliza con simpleza y pese a que su tono de voz es firme, no llega a mover ninguna fibra en mi interior. Luego de un par de minutos más, el doctor se acerca a
ROMANNo se tratan de drogas, jamás le haría algo como eso a Melody, ella solo se encuentra un poco más relajada, se remueve inquieta entre mis brazos hasta que me tomo el tiempo por disfrutar de nuevo de la calidez que me brinda su cuerpo. —Roman —sostiene mi nombre en la punta de la lengua—. Suéltame. Mis labios se aprietan más sobre los suyos, mordisqueo su labio inferior poco a poco hasta que abre la boca en medio de un gemido placentero, y aprovecho para meterle la lengua. Probarla me resulta la cosa más excitante del mundo, y me maldigo en el fondo por haber desperdiciado tantos años de mi vida, sin haberle puesto atención o siquiera darme la oportunidad en el pasado, de mirarla. —Roman —intenta esta vez empujar mi cuerpo con ambas manos. Sus intentos son tiernos, no tiene fuerza y ella me muerde el labio inferior con la clara intención de que me detenga. —Ro…—Shhh —beso su cuello. —Esto no está bien —me dice entre gemidos y la acerco a uno de los sofás que están dentro d