ROMANSalir con Natalia no fue buena idea, pero ella dijo que tenía un plan para contraatacar al este nuevo depredador financiero, falta poco más de una hora para la reunión que solicitó, y solo busco excusas para escapar de esta cita laboral. Cuando regreso a la mesa, ella permanece sentada con una sonrisa que va de oreja a oreja, ella es una rubia hermosa, de ojos color miel y piel tersa. —Tardaste —dice en un tono que suena al final como un ronroneo. Ella es mi nueva secretaria. —Lo siento. —No te preocupes —desliza mi móvil por encima de la mesa—. Dejaste esto aquí. —Gracias. Observo la pantalla, no hay ninguna leyenda de alguna llamada perdida o un mensaje de Melody, odio su actitud fría y distante, eso es un hecho, cada que intento hacer las cosas bien, sale con una nueva barrera entre los dos. —Como te iba diciendo, si en la junta de socios obtienes el apoyo aunque sea del treinta por ciento, tendremos éxito, solo es cuestión de conocer los movimientos financieros de est
MELODYMe remuevo inquieta, me cuesta trabajo lograr entender en dónde me encuentro hasta que los recuerdos golpean fuerte en mi caja torácica, siento que el aire comprime mis pulmones, algunas voces llegan de lejos y abro los ojos, todo para encontrarme a una rubia de ojos miel, riendo con Roman, aunque él no muestra ningún signo de felicidad, se esfuerzo por esbozar una suave sonrisa. Me incorporo y Roman clava sus ojos sobre mí, un brillo extraño resplandece de estos hasta que por fin se pone de pie y merma el espacio que nos separa. —Por fin despiertas —me dice sabiendo que estoy destrozada. Mis ojos viajan hacia la mujer que me mira como si fuera un bicho que tiene que aplastar cuanto antes, ella se pone de pie, es muy guapa, el vestido ajustado color rojo que se cierne a su cuerpo, junto con el contoneo vulgar de caderas, la hacen ver como si danzara con cada paso que da. —Buenos días, Melody —su voz es suave pero con un toque de veneno en las notas. —¿Disculpa? —frunzo el
MELODYMe ha costado un poco perderlo de vista, en especial cuando insistió en seguirme, pero lo logré, para cuando llego al hospital, no hay rastro de él, he apagado el móvil luego de sus insistentes llamadas, no es para tanto, puede quedarse con Natalia si le place. En recepción me informan que el doctor tardará un poco en llegar, así que espero media hora hasta que me pasa a su despacho. —Señora Leblanc, qué sorpresa, ¿sucede algo? —me pregunta con un ceño de extrañez. —No, bueno, sí. —La noto algo nerviosa, si gusta puedo llamar a su esposo. Respiro profundo. —Me encuentro bien, no es necesario llamar a Roman —esquivo su mirada inquisidora—. El asunto por el que vengo es sobre mi embarazo. El rostro del doctor palidece un poco, formando una línea recta con los labios. —Usted estará en perfectas condiciones para volver a intentarlo —carraspea al tiempo que se afloja la corbata, haciendo notar su aparente nerviosismo—. No veo cuál es su angustia. —Esta vez quiero que mi emba
MELODYLos hechos han cambiado en un abrir y cerrar de ojos, los labios de Marcos no alcanzan a rozar la piel de mi mano, porque Roman tira de mi brazo con fuerza, apartándome y colocando mi cuerpo al lado suyo, para después rodear mi cintura. Las actitudes de Roman hacen que mi piel se erice y que su mirada posesiva como si yo le importara de verdad, me siente como patada en el estómago. —Por lo visto, es cierto lo que dice la gente de ti, Roman Leblanc —Marcos esboza una sonrisa que irradia seguridad. —No entiendo de qué es lo que hablas. —¿Ustedes se conocen? —interrumpo tratando de evitar una coletilla entre ellos dos. —Soy el nuevo socio de las empresas Dianos, las mismas que están a cargo de los proyectos con mayor prestigio en el mundo de la arquitectura, es un hecho que cualquier trabajo o empresario que se una a nosotros, su fortuna se acrecentará de manera dimensional —me explica y siento un cosquilleo en mi espalda, justo en donde Roman coloca su mano. —Ya veo. —Me pa
MELODYLas manos me tiemblan mientras las coloco sobre el cristal que me separa de mi hijo, Brandon se encuentra tendido en una cama de hospital luego de que su recaída por la leucemia, lo debilitara y tuviera sangrados nasales, odio esta situación, siento que con cada segundo que pasa, su vida se me desliza de las manos, y no puedo hacer nada, eso es lo que me tiene devastada. —Él se pondrá bien —me dice Roman a mis espaldas. —Eso no lo puedes saber —mi voz tiende de un hilo. La opresión en mi pecho hace que las lágrimas se acumulen de nuevo en mis ojos, llevamos más de tres horas viendo como las enfermeras y los doctores entran para revisar la máquina que registra sus signos vitales, así como el que no nos confirmen nada aún. —Lo sé porque somos sus padres y haremos todo lo que esté en nuestras manos para que esté sano —finaliza con simpleza y pese a que su tono de voz es firme, no llega a mover ninguna fibra en mi interior. Luego de un par de minutos más, el doctor se acerca a
ROMANNo se tratan de drogas, jamás le haría algo como eso a Melody, ella solo se encuentra un poco más relajada, se remueve inquieta entre mis brazos hasta que me tomo el tiempo por disfrutar de nuevo de la calidez que me brinda su cuerpo. —Roman —sostiene mi nombre en la punta de la lengua—. Suéltame. Mis labios se aprietan más sobre los suyos, mordisqueo su labio inferior poco a poco hasta que abre la boca en medio de un gemido placentero, y aprovecho para meterle la lengua. Probarla me resulta la cosa más excitante del mundo, y me maldigo en el fondo por haber desperdiciado tantos años de mi vida, sin haberle puesto atención o siquiera darme la oportunidad en el pasado, de mirarla. —Roman —intenta esta vez empujar mi cuerpo con ambas manos. Sus intentos son tiernos, no tiene fuerza y ella me muerde el labio inferior con la clara intención de que me detenga. —Ro…—Shhh —beso su cuello. —Esto no está bien —me dice entre gemidos y la acerco a uno de los sofás que están dentro d
MELODYMe siento molesta, no podría estar más enfadada que nunca, anoche no solo Roman me drogó, estoy consciente de lo que pasó después, la única razón por la que accedí a que me follara, es porque ya estaba ahí, y era una oportunidad de quedar embarazada, solo espero que esta vez solo requiera de esta ocasión, porque sigo empeñada a que si no funciona, intentemos por un método médico. Y ahora, no solo vamos en dirección al hospital para ver a nuestro hijo, sino, que él va a pasar a ver a su secretaria Natalia, esa mujer que desde que la conozco me reta con la mirada, desde la primera vez que me vio, supe que era una persona nefasta y que estaba empeñada a salir con Roman. —¿Podrías quitar esa cara de amargura? Su voz hace que salga de mi ensimismamiento, le miro frunciendo los labios. —No tengo cara de amargura. Aprieta el volante con fuerza. —Ella no tiene a nadie en el mundo. —¿Y quieres que me ponga a llorar o sentir lástima por una mujer que claramente hace cualquier cosa
MELODYNo dormí en toda la noche, pensando en las palabras que me dijo ayer por la tarde, Roman, siento la rabia que me consume poco a poco y mi sangre convertirse en lava burbujeante corriendo a gran velocidad por mis venas, Natalia se quedará a vivir con nosotros porque según sus palabras, los asaltantes destruyeron todo su apartamento haciéndolo inhabitable, y porque tiene miedo de que puedan regresar pese a que la policía está enterada de todo y ha vigilado la zona. No sé cómo sentirme al respecto, el único sentimiento que reconozco es la rabia y la desazón. No confío en esa mujer, mucho menos si tiene que permanecer bajo el mismo techo que mi hijo y que yo. Ahora mismo lo observo de lejos hablar con el doctor que está atendiendo a su secretaria, hoy mismo dieron de alta a mi hijo y ahora está en mis brazos, rodeando mi cuerpo como si no quisiera que me apartara de él, cosa que hincha mi pecho con orgullo. —Mami, tengo que ir al baño. —Te acompaño. —No —niega con la cabeza—.