MELODYLas manos me tiemblan mientras las coloco sobre el cristal que me separa de mi hijo, Brandon se encuentra tendido en una cama de hospital luego de que su recaída por la leucemia, lo debilitara y tuviera sangrados nasales, odio esta situación, siento que con cada segundo que pasa, su vida se me desliza de las manos, y no puedo hacer nada, eso es lo que me tiene devastada. —Él se pondrá bien —me dice Roman a mis espaldas. —Eso no lo puedes saber —mi voz tiende de un hilo. La opresión en mi pecho hace que las lágrimas se acumulen de nuevo en mis ojos, llevamos más de tres horas viendo como las enfermeras y los doctores entran para revisar la máquina que registra sus signos vitales, así como el que no nos confirmen nada aún. —Lo sé porque somos sus padres y haremos todo lo que esté en nuestras manos para que esté sano —finaliza con simpleza y pese a que su tono de voz es firme, no llega a mover ninguna fibra en mi interior. Luego de un par de minutos más, el doctor se acerca a
ROMANNo se tratan de drogas, jamás le haría algo como eso a Melody, ella solo se encuentra un poco más relajada, se remueve inquieta entre mis brazos hasta que me tomo el tiempo por disfrutar de nuevo de la calidez que me brinda su cuerpo. —Roman —sostiene mi nombre en la punta de la lengua—. Suéltame. Mis labios se aprietan más sobre los suyos, mordisqueo su labio inferior poco a poco hasta que abre la boca en medio de un gemido placentero, y aprovecho para meterle la lengua. Probarla me resulta la cosa más excitante del mundo, y me maldigo en el fondo por haber desperdiciado tantos años de mi vida, sin haberle puesto atención o siquiera darme la oportunidad en el pasado, de mirarla. —Roman —intenta esta vez empujar mi cuerpo con ambas manos. Sus intentos son tiernos, no tiene fuerza y ella me muerde el labio inferior con la clara intención de que me detenga. —Ro…—Shhh —beso su cuello. —Esto no está bien —me dice entre gemidos y la acerco a uno de los sofás que están dentro d
MELODYMe siento molesta, no podría estar más enfadada que nunca, anoche no solo Roman me drogó, estoy consciente de lo que pasó después, la única razón por la que accedí a que me follara, es porque ya estaba ahí, y era una oportunidad de quedar embarazada, solo espero que esta vez solo requiera de esta ocasión, porque sigo empeñada a que si no funciona, intentemos por un método médico. Y ahora, no solo vamos en dirección al hospital para ver a nuestro hijo, sino, que él va a pasar a ver a su secretaria Natalia, esa mujer que desde que la conozco me reta con la mirada, desde la primera vez que me vio, supe que era una persona nefasta y que estaba empeñada a salir con Roman. —¿Podrías quitar esa cara de amargura? Su voz hace que salga de mi ensimismamiento, le miro frunciendo los labios. —No tengo cara de amargura. Aprieta el volante con fuerza. —Ella no tiene a nadie en el mundo. —¿Y quieres que me ponga a llorar o sentir lástima por una mujer que claramente hace cualquier cosa
MELODYNo dormí en toda la noche, pensando en las palabras que me dijo ayer por la tarde, Roman, siento la rabia que me consume poco a poco y mi sangre convertirse en lava burbujeante corriendo a gran velocidad por mis venas, Natalia se quedará a vivir con nosotros porque según sus palabras, los asaltantes destruyeron todo su apartamento haciéndolo inhabitable, y porque tiene miedo de que puedan regresar pese a que la policía está enterada de todo y ha vigilado la zona. No sé cómo sentirme al respecto, el único sentimiento que reconozco es la rabia y la desazón. No confío en esa mujer, mucho menos si tiene que permanecer bajo el mismo techo que mi hijo y que yo. Ahora mismo lo observo de lejos hablar con el doctor que está atendiendo a su secretaria, hoy mismo dieron de alta a mi hijo y ahora está en mis brazos, rodeando mi cuerpo como si no quisiera que me apartara de él, cosa que hincha mi pecho con orgullo. —Mami, tengo que ir al baño. —Te acompaño. —No —niega con la cabeza—.
MELODY—¿Te encuentras bien? El aire comprime mis pulmones, la voz de Marcos se escucha tan lejana, como un eco golpeando las paredes de mi cráneo, siento que no respiro, él me toca y es esa acción la que me saca de mi trance. —¿Melody? Espabilo. —Lo siento. —¿Quién es Emilia? —¿Qué? —mi corazón aumenta su ritmo. —Mencionaste ese nombre —musita con el ceño fruncido mientras aparta sus manos de mis hombros—. Por un momento creí que te caerías, ¿quieres que mande llamar a un doctor? —No —me apresuro a decir—. No hace falta, estoy bien, es solo que me recordaste a alguien. Esboza una lenta sonrisa pero sin una pizca de gracia. —Ya veo. Me incorporo al tiempo que me aparto de él de manera distante y amable. —Pasa, quiero mostrarte los planos originales del terreno —indica. Sobre una de las mesas de centro, se encuentra dichos planos, olvido por un momento mi asunto con Roman, así como todo lo relacionado con el caso de Natalia y el afán de salvarla, dejando latente en mi inte
ROMANMelody no se levanta, tampoco ha querido abrirme la puerta y comienzo a pensar que mis esfuerzos no han servido de nada, sé que se siente amenazada por Natalia, y la única razón por la que en verdad acepté que ella se quedara con nosotros, es porque no tiene nada, desde el principio fue la principal cosa notoria por la que la contraté, sentí debilidad al principio e incluso la comparé con Melody. Ella es la razón de todo, estaba el punto en el que ella me lo pedía de un modo en el que no me puedo negar, y ahora, Melody se comporta como una niña pequeña. Ajusto el nudo de mi corbata, nunca he sido capaz de hacerlo bien, y ahora, buscando una excusa con la que pueda hablar con ella, me dirijo a su habitación, haciendo un nuevo intento para que me abra la puerta. —¿Melody? —la llamo pero no abre. No obtengo respuesta, tal y como anoche que intenté hablar las cosas, sé que he sido un mal hombre que en el pasado la trató como un nada, sin embargo, estoy haciendo un esfuerzo desco
NARRADOR OMNISCIENTERoman no podía controlarse, había tomado la decisión de hacerla suya, era como si se hubiera cansado de estar esperando a que las cosas se dieran por sí solas, mientras besaba el cuello de Melody, ella pensaba que él se había vuelto loco, no obstante, cerró los ojos, Roman era alguien que la hacía sentir cosas en el vientre, era un hombre que sabía cómo tocar a una mujer. —Roman —murmuró ella entre la oscuridad—. La luz… Él quiso responder que el elevador se había atorado y que nadie vendría de inmediato en su ayuda, ya que en secreto y cuando las luces se habían apagado, él solo apretó el botón de detención, para que nadie se percatara, eliminando cualquier clase de comunicación con el exterior. —Roman… no… Sin embargo, sus manos estaban recorriendo de nuevo todo su cuerpo, se había vuelto un adicto a ella en tan poco tiempo. —Necesito estar dentro de ti —mordisqueo su oreja y Melody cerró los ojos, sintiendo que una ola de excitación recorría todo su cuerpo
MELODYLo que hice fue imprudente, pero en algo tiene razón Roman, esto sirvió para tener una nueva oportunidad de quedar embarazada. Camino a prisa y con el corazón aún acelerado por todo lo ocurrido, en dirección de mi auto, siento a Roman pisándome los talones, no me detengo, hacerlo, implicaría entrar en una nueva discusión, él dice que soy suya y sé que intenta por todos los medios que yo acepte seguir casada con él. ¿Por qué lo haría? Él nunca me trató bien, y ahora solo han cambiado las cosas ante su perspectiva porque aparecí y sabe que soy la madre real de Brandon, más no porque me ame o sienta algo más que deseo por mí. Esa es la realidad, una que tengo que aprender a sobrellevar ya. —Melody —me llama. No me detengo, llego hasta el auto, abro la puerta, estando a nada de entrar, cuando él llega antes y la cierra. —¿Qué quieres? —inquiero con molestia. —Rechaza el proyecto con Marcos —pide. —No —respondo levantando el mentón con fiereza. —Hazlo, él no es un buen hombre