ROMAN Tengo demasiado que procesar, de repente, mi esposa, que fue la más obediente a un humilde contrato de matrimonio hace cuatro años, apareció frente a mí con otro hombre del brazo y me dijo que se iría a comprometerse con él. En otro instante me dijo que Emilia, la mujer que he amado por muchos años, su hermanastra, planeó matarla antes de que desapareciera hace cuatro años, al verla sinceramente decirme que su hijo se lo llevó la mujer que más amo. Vamos, no creo que mienta por su mirada triste y decidida.Acaso fue la mujer de mi vida, Emilia, ¿quién miente? Pero cuando yo veía a Emilia, estaba tan entregada al cuidado del niño que no dudaría que no era suyo. No hay forma de que ese niño no naciera de la mujer que más amo. Tampoco tengo dudas sobre el amor de Emilia por mí. Hace cuatro años, cuando Emilia estaba dando a luz, yo siempre estaba con ella fuera de la sala de parto. Casi escuché con mis propios oídos cómo se esforzaba tanto para dar a luz, mi novia amada Emilia. ¡
MELODYSiento que todo mi esfuerzo está valiendo la pena, no tenía idea de las cláusulas que mi tío había escondido en el contrato, pero eso no era realmente lo que me preocupaba en estos momentos, aunque sí era una parte fundamental del problema, Roman había aceptado que viera a mi hijo, mi bebé, por primera vez desde que nació, lo tendría en mis brazos. Termino la llamada con el padre de mi hijo mientras me dedico a pensar en la manera en la que lo trataré, estoy tan adentrada en mis propios pensamientos, que no me doy cuenta de que Duncan me mira de una manera extraña, hasta que carraspea. Levanto la mirada y veo dolor y confusión en su mirada. —Así que se anula lo del compromiso —dice en un tono de amargura que tiene últimamente. —Lo siento, pero ahora ya no es necesario que tengas que mentir por mí, es decir, ya te expliqué lo de las cláusulas del contrato —susurro en un tono apenas audible, pero que toma fuerza con las últimas palabras. —Melody, ya te dije que no tengo inco
MELODYSiento que todo el cuerpo me tiembla cuando veo a mi hijo caer en brazos de su padre, sigo sin poderlo creer, y aun así, es como si nada de esto fuera real, Roman brava en voz alta al tiempo que lo levanta en brazos e intenta llevarlo a las afueras, mis piernas se sienten de goma de mascar y mis lágrimas se derraman de mis mejillas. Sin pensarlo lo sigo hasta su auto, Roman lo coloca en la parte trasera, no me mira, subo por su lado para cuidar de mi bebé y él arranca. —Tranquila —me dice de repente—. Esto suele pasar, es solo que no pensé que sucedería hoy, frente a ti, ya llevaba más de dos semanas sin sangrado. Leucemia, eso fue lo que dijo que tenía mi hijo, no sé mucho del tema, pero soy su madre, haré lo que sea que haga falta para salvarle la vida. —¿Por qué no me lo dijiste antes? —inquiero y mi voz se quiebra. —¿Cuándo? —su tono es oscuro—. ¿Cuándo me enteré que estabas viva? ¿O prefieres cuando me dijiste que la mujer que amaba nunca estuvo embarazada, que te apu
ROMAN Tengo un mal presentimiento, algo no anda bien, lo puedo sentir, es como si algo en mi pecho golpeara fuerte, no estoy tranquilo, desde que Melody me habló con la verdad, no dejo de pensar una y otra vez en lo mismo. Emilia me mintió, la mujer que creía amar alguna vez, solo jugó con mis sentimientos haciéndome creer que Brandon era su hijo, aún falta hacer las pruebas pertinentes, pero es que hasta mi propio hijo se dio cuenta de ello. —¿Por qué me miras de ese modo? La voz de Emilia me saca de mi ensimismamiento. Levanto la mirada y la encuentro sentada delante de mí, co ojos asesinos. ¿Siempre fue así? —No sé de qué hablas —espeto. —¿Es por ella? Aún no me dices qué hacía ella aquí —recarga la espalda en el respaldar del asiento de metal. Hace dos horas que los médicos se llevaron a mi hijo para hacerle más estudios médicos, llevamos un control y faltaba solo un poco más de un mes para su próxima revisión, aunque ahora, después de eso, me temo que se adelantaron l
MELODYEsto no me da buena espina, siento que cada vez me alejo más y más de lo que un tiempo consideré como un objetivo, le he dado mil vueltas al asunto y he tomado la decisión de que es lo mejor que puedo hacer, no solo por mi bien, sino, por el de mis hijo, ya ni siquiera estoy pensando en los beneficios que podría obtener, lo único que deseo es salvarle la vida a mi hijo. Camino de un lado a otro con las manos en jarras, los nervios no me han abandonado y temo cometer un solo error. —¿Estás segura de que es lo que quieres hacer? La voz de Duncan me saca de mi ensimismamiento, me he encerrado en la habitación del hotel por horas con él, es un mejor amigo, hemos considerado todos los escenarios posibles en los que puedo salir victoriosa o derrotada, al final, creo que siempre he tenido la respuesta en mis manos. —Lo haré —espeto con firmeza. —Salir a la luz es que estés casada de nuevo con el mismo hombre que nunca te ha amado —hay un tono de rencor en su voz—. ¿Piensas sacrif
MELODYEsto lo hubiera querido hacer de frente, sin interrupciones, sin tener que esconderme detrás de un aparato, pero no había opción alguna, así que me encuentro delante de la Cámara de la computadora, viendo la imagen de un señor King enfurecido, sus ojos son como dos llamaradas de fuego ardiente y letal. —¿No es una broma? —rechina los molares. —Lo siento, no —niego con la cabeza—. Esto… solo quiero decir que… Nada de estaría pasando si a Duncan no se le hubiera ocurrido la grandiosa idea de decirle lo del falso compromiso que me inventé cuando vi a Roman, a su hermana y mi mejor amiga; Bailey, quien no tardó en comentárselo a ellos. Y ahora que he decidido salir a la luz, eso conlleva a ser de nuevo la esposa del padre de mi hijo. —Roman es un buen hombre, pero ciertamente lo hablamos y creemos que no… —¡Silencio, te abrí las puertas de mi casa, mi familia te recibió con los brazos abiertos y tú solo lo dejas plantado como vil perro! —grita el padre de Duncan—. ¡Es inacepta
MELODYLas palabras de Roman retumban en mi cabeza, él ha aceptado esto, ha querido que esto fuera la única opción para salvar a nuestro hijo, aunque para ser honesta, no hay nada más que podamos hacer como sus padres. Ahora me encuentro en medio de la capilla dentro de un área adecuado en el hospital, no he sido muy católica estos años, y, sin embargo, observo las imágenes a las que tanto reza la gente, orando por un milagro. —La última vez que estuve en un sitio como estos, fue en nuestra boda. La voz ronca de Roman hace que la piel se me erice, él toma asiento a mi lado, el olor a su loción masculina llena toda la estancia, cada espacio y me remuevo inquieta sobre mi asiento. —Hablé con Emilia. —Si no es un tema relacionado con nuestro hijo, no me interesa —volteo para mirarlo—. Tus problemas con mi hermanastra, son entre ustedes, no me metas en ello, Roman. —Me mintió —repite pese a lo que le acabo de decir. —¿Qué vamos a hacer con nuestro hijo? —No hay más opción, tenemos
NARRADOR OMNISCIENTELos ojos de Roman estaban perfectamente clavados en Melody, quien hablaba con su pequeño hijo Brandon, lo cierto es que comenzaba a creer eso de que la sangre llamaba, ya que por sorprendente que pareciera, su pequeño nunca había sido muy social, y ahora, con ella, notaba un cambio, porque él le hablaba con demasiada soltura. El brillo que hallaba en sus ojos, le hizo recordar que de ese mismo modo ella solía hablarle a él, pero siempre estuvo demasiado ocupado como para darse cuenta del daño que le estaba haciendo a su mujer, y quien sigue siendo su esposa. El eco de la risa de ambos fue como un golpe directo al pecho y quiso decirle que estaba dispuesto a recuperar lo que sea que hayan tenido en el pasado, era un camino arduo y ella no le dejaría las cosas fáciles, de eso estaba seguro, sin embargo, no se iba a detener. Con pasos pasmosos, decidió acercarse hasta ella, Melody, al notar su presencia se puso rígida. —¡Papi! —exclamó el pequeño Brandon—. Esta s