Después de llorar largo rato, y de que Nikolay le brindará el consuelo de sus brazos, Amaia quedó en un letargo en donde su corazón solo sufría, era un dolor lento, desgarrador... De pronto recordó a Aimara y su angustia. —¿Nikolay? —¿Si, cariño?— le respondió alejándose un poco para mirarla a la cara— ¿Qué ocurre? —¿Cómo están nuestros hombres?... Katerina... —Segun me informaron antes de entrar se encontraban en cirugía, ya deben hacer salido. —Katerina es muy valiente, es una mujer muy fuerte. —Lo es— asintió con una sonrisa — de las mujeres más fuertes que he conocido. —¿Y Rocco?, ¿supiste algo de él? —Igual, en cirugía... Rocco es muy fuerte, yo no me preocuparía mucho— le regaló una dulce sonrisa. —Queria hablarte de algo, relacionado con él — Nikolay entrecerró en ceño. —¿Hizo algo?— preguntó extrañado, pues sabía cuan bueno y fiel era Rocco. —No... de hecho estoy eternamente agradecida con él. Le dispararon a mi hermana, y el alcanzó a protegerla
Con la llegada del nuevo día Amaia abrazó aún más la sensación de vacío y abandono, quizá sería algo incomprendible para muchas personas el hecho de que ella no hubiese sabido que llevan en su vientre aquella criatura y sin embargo estuviese padeciendo los estragos emocionales de perderle, quizás se debía al hecho de que sabía cuánto había anhelado Nikolay un hijo y también al hecho de que ella misma se había hecho ilusiones desde que decidieron comenzar a planificar aquella criatura, ahora saber que había tenido el fruto de aquella búsqueda en su vientre y por culpa de aquellos hombres la había perdido, no hacía más que encender un fuego en su pecho, el hambre de venganza se acumulaba en ella ansiaba desesperadamente que los responsables de aquellos actos pagaran y se aseguraría de que pagaran. Era media mañana cuándo Nikolay levantó el teléfono y marcó a uno de esos hombres. —Buenos días, jefe— le dijo el hombre. —Jako, buenos días... aunque para ser sincero no tiene muchos motiv
—Antes de que inicie y diga lo que planea, jefe quiero disculparme— Aimara lo miró con ojos enormes. ¿Se estaba disculpando por enamorarse?— quiero que sepa que mi lealtad a usted y a la familia roja no está comprometida, a usted debo quien soy y lo que soy. A usted, señora — la miró seriamente — también le debo una disculpas porque me encomendaron cuidar de la señorita Aimara, pero como resulta evidente para ustedes, estoy enamorado de ella. —Y yo estoy enamorada de él, le corresponde ampliamente — dijo Aimara decidida y Nikolay contuvo una sonrisa, ella parecía dispuesta a lanzarse sobre él solo para defender a Rocco. —Se que puede estar enojado jefe, Pero le aseguro que no tengo malas intenciones, jamás pensaría en hacer daño a algún miembro de su familia, eso sería como dañarle a usted y yo sería incapaz de algo como eso. —Si dices que me eres tan leal, ¿por qué esperaste tanto tiempo para hablarme de lo que estaba sucediendo? —Porque intenté a toda costo rehusar lo que
Izan observo cómo la pantalla de su celular se alumbró mientras vibraba anunciando que tenía una llamada entrante, no se sorprendió cuando vio que la llamada era del león ruso, el hombre quién además era su amigo estaba atravesando por momentos difíciles y era natural que en una situación como aquella decidiera buscar al que consideraba ser su único amigo. —¿Quién es?— preguntó Grace quién colocaba a su pequeña hija sobre la cama, la niña se había quedado dormida completamente ajena al mundo oscuro que la rodeaba, pues aquella sería una noche teñida por sangre. —Se trata de Nikolay— dijo tranquilamente mientras observaba a su hija dormir, no pudo evitar sentir pena por su amigo. Su pequeño Dylan había estado secuestrado por algún tiempo y ahora también tenían a la pequeña Helena, pensar en que su hija pudiera no haber nacido, solamente porque algún infeliz lo hubiese impedido le ocasionaba un terrible calor en su pecho. —¿Será para darnos noticias sobre Amaia?— preguntó Grace
CAPÍTULO CON CONTENIDO SENSIBLE. ************†************ La tarde estaba envolviendo la ciudad en un manto de frío, oscuridad y silencio, Amaia seguía sentada en la terraza, a pesar de que el frío le calaba los huesos de una manera inclemente, ella se negaba a abandonar el lugar donde estaba sentada, con la mirada perdida hacia la nada. Esperaba que el frío congelará su dolor o al menos logrará enfriarlo un poco. Quería dejar de sentir, quería que el fuego alojado en su pecho le abandonara, no podía evitar las imágenes que llegaban a su cabeza, ella con una barriga enorme, ella cargando un bebé, riendo y siendo feliz... aquello no sería, era un imposible, porque se lo habían arrebatado de las manos, le habían quitado la posibilidad de ver nacer a su hijo, de estar con él. —Señora... ¿Está segura que no quiere entrar?— la joven de servicio se estremeció por la brisa fría — vamos adentro señora, comienza a hacer mucho frío. —No quiero entrar, lleva a Alba adentro y dal
CAPÍTULO CON CONTENIDO SENSIBLE. ********************************* Se escuchó el grito de la mujer, quién horrorizada había observado la escena con los ojos muy abiertos. Nikolay sacó de su bolsillo un pañuelo y sobre el deslizó la katana para limpiarla de la sangre, luego se la tendió a Igor quien la devolvió a su estuche, los otros prisioneros lloraban y suplicaban por su vida. —Ven aquí, Vladímir — dijo Nikolay tranquilamente, luego caminó hacia donde estaba la cabeza del hombre, la levantó por el cabello y la colocó sobre la bandeja. — le llevaré mi ofrenda a mi esposa. —¿Los prisioneros?— preguntó Jako sin siquiera inmutarse ante el hecho de que acababa de ver cómo decapitaban a un hombre. Nikolay se giró hacia ellos quienes lloraban y suplicaban un poco de piedad. —Matenlos a todos— dijo tranquilamente y desaparezcan sus cuerpos. Jako asintió, luego se dirigió de nuevo a la salida en busca del ascensor. Subieron hasta la plata superior.y al salir del ascensor ca
Amaia y Nikolay dormían abrazados, rodeados de la oscuridad y el silencio de la noche. Pero aquella calma poco duro, de repente, Amaia comenzó a agitarse, su respiración se volvió rápida y superficial. — No... no...—murmuró, su voz temblando de miedo. Nikolay se despertó percatándose casi de inmediato que ella estaba sumergida en una pesadilla, entonces la abrazó más fuerte, pero Amaia no se calmaba. Estaba soñando... No, no era un sueño, era un terrible pesadilla, de las peores que una mujer puede tener... Se veía a sí misma embarazada, con una barriga grande y redonda. Sonreía, emocionada por la llegada de su hijo. Pero de repente, sintió un dolor agudo en el abdomen y su barriga comenzó a desaparecer. La sangre manaba de su cuerpo manchando su ropa, y Amaia gritaba de desesperación, su hijo... estaba perdiendo a su hijo y nadie hacia nada por ayudarla. — Mi bebé... no... no puede ser... La escena cambió bruscamente, Amaia estaba en una habitación de hospital, dando a lu
Klaus se sentó en el saloncito privado del club, rodeado de sombras y silencio. La mujer sentada enfrente de él era una figura misteriosa para muchos, Pero tan conocida para él, su rostro oculto por una sombra. Pero cuando se inclinó hacia adelante, su cabello rubio cayó sobre sus hombros, revelando su belleza. — Está todo listo—dijo Klaus, su voz baja y confidencial, mientras acariciaba la mano de la mujer. La mujer sonrió, su mirada seductora enfocada de él. — Excelente. ¿Y Kira?, ¿No sospecha nada?— Klaus se rió, su dedo trazando la línea de la mandíbula de la mujer. — No, está completamente ajena a todo. Cree que solo se trata de un matrimonio de conveniencia, que mi tío solo quiere asegurar su futuro, esta ajena a todo. —La mujer se acercó más, su aliento cálido en la oreja de Klaus. — Pobre Kira. No tiene idea de lo que se avecina.— Klaus la atrajo hacia sí, su boca rozando la suya. — Debemos poner en marcha el plan en cuanto esten casados. No podemos permitir que n