—Te sientes muy segura— le dijo enojada— pero no deberías hacerlo, puede que Nikolay termine aburriendose muy pronto de ti. —Supongo que hablas desde la experiencia — le dijo con una amplia sonrisa— no te preocupes tanto por mi, querida, sé cuál es mi lugar, y tu deberias conocer el tuyo— le advirtió— soy su esposa y tú eres pasado. Si me eligió para llevar su apellido, ¿crees que terminaría aburriendose de mi cómo lo hizo contigo? —Voy a hacer que ambos se arrepientan, te lo juro. Deberías cuidarte, Amaia Kozlova, quizás Nikolay enviude pronto.— terminó en tono malicioso. —Cuide sus palabras, señorita — le advirtió una muy seria Katerina ante las amenazas de la mujer. — No tengo por qué hacerlo— respondió Kira, pero sin quitar los ojos de Amaia, quien parecía extremadamente serena y tranquila. —La muerte no me preocupa — sonrió burlona— pero si de algo puedes estar segura es de que jamás disfrutarás nuevamente de mi marido, espero los recuerdos sean tan buenos como para
—Este equivocada o no, esa mujer será un problema, te acordarás de mi— le dijo con frustración— parecía tan enfadada. —Segun Igor y Katerina, has sabido defenderte muy bien— le sonrió orgulloso. —Supongo que tenía la firme necesidad de sentirme segura. ¿Me hablaras de ella? —¿Para qué?— le preguntó frunciendo el entrecejo. — Kira, no es alguien que merezca una conversación entre nosotros. —Si lo es Nikolay, si lo es. Ella es tu ex amante y yo soy tu esposa, a la cual han insultado y amenazado, creo que merezco saber quien es ni adversaria. —De acuerdo— suspiró con pesadez— Kira, es la hija menor de Fedor Ivanov, es conocida no solo por su belleza, sino por ser caprichosa y consentida pero además es una mujer fuerte. Se puede decir que Fedor es un mafioso, solo que a menor escala, no me mires asi, ni se acerca al nivel en el que estoy yo, Fedor es un bastard* que espera un golpe de suerte para obtener mi apoyo, soy yo quien controla todo en Rusia, soy yo quien dirige la b
—Por supuesto, jamás hubiese perdonado aquello, todos esos maldit*s se pudren en el infierno. Aunque sus muertes no me devolverían a Irina, ellos no seguirían respirando, cuando le arrebataron la vida a mi esposa. — Amaia asintió, no debía sentirse bien porque otros seres humanos dejarán de respirar pero consideraba que la venganza de Nikolay había Sido más que justa. —Ahora te entiendo un poco más— caminó hacia él y quedó justo en frente— te juro que estoy dando lo mejor de mi en los entrenamientos, te juro que me esforzaré más con mi puntería, te juro que voy a protegerte — sus ojos brillaron con determinación— así como tú has prometido hacerlo conmigo. Mi lealtad será siempre tuya, mi cariño será tu refugio y mi cuerpo tu escudo. Tu y yo seremos siempre uno, Nikolay Kozlov — lo miró a los ojos y puso la mano sobre el enorme León tatuado en su pecho. Nikolay sintió Un calor alojarse su pecho justo allí donde ella había colocado la mano ese calor rápidamente se extendió a todo su
Cederle el control a Amaia era la sensación más placentera del mundo, ella se dedicaba arduamente a la tarea de complacerlo, lo cabalgaba de una manera ardiente que amenazaba con arrancarle la cordura, los candenciosos movimientos de sus caderas, la manera tan ardiente en la que dejaba escapar gemidos, la intensidad que reflejaban sus ojos cuando lo poseía... era inigualable, ser tomado por ella, era inexplicable. Aquella posición le permitía ver cada pequeño gesto de su esposa, cada contracción de sus faciones a causa del placer que experimentaba al sentirlo muy dentro de ella, llenándola por completo... le encantaba poseerla, pero le encantaba de igual manera ser poseído por ella. Para Amaia era nuevo ser quien dirigiera el acto, pero últimamente lo disfrutaba y resultaba igualmente placentero poder mover su cuerpo a un ritmo tan íntimo y sensual que los arrastrará a la locura del éxtasis. Con su ex nunca había disfrutado ni siquiera un poco, todo había Sido muy doloroso e inc
Grace estuvo feliz de que Amaia hubiese aceptado su invitación y juntas se reunieron, aunque Grace le dijo que podían reunirse en algun restaurante o café, pero Amaia aseguró de que no tenía problema de reunirse en la casa de ella. Así que después de algunos minutos acordaron verse en la mansión O'Farrell. Grace la recibió con mucha alegría, con un gran abrazo la estrechó y pasaron al jardín de la mansión donde se dispuso una mesa con bocadillos y bebidas para acompañar su conversación. Katerina, Rocco y Vladimir, permanecían a lo lejos, los tres en posición de alerta por si su señora necesitaba algo. —Me alegra mucho que estés aquí, quedé muy complacida contigo ayer y debo decirte que amé muchísimo el obsequio que me dieron. —Lo escogimos con mucho cariño y con la intensión de que te agradara. —Es un juego de collar y aretes preciosos, me gustaron mucho las esmeraldas en ella. —Nikolay dijo que tus ojos eran de un precioso color verde, así que creímos pertinentes escog
Amaia y Aimara entraron al restaurante con el ánimo arriba, estaban completamente felices de poder pasar un rato juntas para ponerse al día, Katerina y Rocco pidieron una mesa cercana a ellas con la intensión de estar alerta por si algo sucedía, Vladimir por en contrario se apostó a la puerta principal con la intensión de tener vigilancia y poder actuar de manera eficiente si surgía una emergencia. Las hermanas se sentaron y pidieron deliciosos platos del menú mientras comían conversaban un poco de sus vidas. —¿Está todo bien en el instituto?— le preguntó Amaia mientras comía. —Muy bien, he podido volver a todas mis clases y podrán entregarme mis calificaciones sin problemas. No me cansaré de agradecerselo a Nikolay—respondió ella con ternura.— creo que es un buen hombre— le dijo con sinceridad y su hermana sonrió. —Lo es, un poco difícil y a veces me saca de mis casillas, hace explotar mi espíritu rebelde — sonrió — pero si, es un buen hombre. ¿Cómo está padre? —Bien...
El helicóptero se detuvo en el techo de la mansión de la isla, habían regresado a su lugar de entrenamiento y su hogar temporal, el trayecto como siempre había sido largo y Amaia había permanecido particularmente callada, es por eso que en cuánto bajaron Nikolay la observó con interés. —¿Está todo bien Amaia?— le preguntó con un pequeño tono de preocupación. —Sí claro, está todo bien. ¿Por qué lo dices?—No lo sé, pareces bastante retraída, sé que el trayecto es largo y un poco agotador pero has estado particularmente callada, tu y yo sabemos que no eres así, sueles hablar mucho aún cuando hay cosas que te preocupan, pero este silencio me resulta bastante extraño así que, si hay algo que realmente esté ocupando tu mente me gustaría saberlo. ¿Sucedió algo con tu hermana?—No, Aimara está muy bien. Me contó que mi padre, por fortuna se ha estado portando bien y ha estado esforzándose en trabajar para levantar el poco prestigio que le queda su pequeña empresa, sus clases van muy bien,
—Bienvenido, jefe— le dijo uno de sus hombres, Nikolay no se preocupó en responder solo hizo un leve asentimiento con su cabeza a modo de saludo. —¿En dónde está él?— preguntó Igor, con el rostro inexpresivo, y los tres hombres más que venían en compañía de ellos, guardaron silencio absoluto. Cinco hombres jóvenes, fuertes y con un rostro que indicaba que tenían pocos o niños amigos. —Está abajo, en el sótano— responde el hombre sintiendo pesar por su compañero porque sabía que aquel sería el último día de su vida, y no sería un final nada agradable, había decidido jugar mal sus cartas y si en aquel momento el propio León rojo estaba allí para verle, significaba que no habría para él benevolencia sino que pagaría con su vida su traición y no sería una muerte rápida— lo hemos mantenido allí a espera del jefe. —Bien, en ese caso vayamos por él— dijo Igor. Nikolay estaba serio, mudo y con el rostro enrojecido. —¿Cómo es posible que ese tipo de cosas sigan sucediendo dentro de m