—¿Estás seguro que quieres hacer esto Nikolay?—le preguntó Amaia mientras caminaba con él tomado de la mano, Nikolay se giró y la miró con una enorme sonrisa, como.quien esta a punto de cometer una travesura. —Por supuesto que quiero hacerlo, ¿ acaso vas a decirme que te vas a acobardar precisamente ahora?— le dijo en tono burlón, como retandola, sabiendo que no se echaría atrás. —Por supuesto que no— dijo ella con una sonrisa de autosuficiencia— ¿acaso se te olvida que ayer caí desde esta misma altura y que logré sobrevivir?, lo que me sorprende es que quieras que lo hagamos juntos. Parece una especie de iniciación. —Ya te lo dije Amaia, estaba plenamente consciente de que estarías bien. Eres buena nadadora y yo mismo he saltado de aquí muchas veces, es una descarga de adrenalina que te recuerda que sigues vivo, pero que te hace acariciar muy de cerca la muerte. Creo que estar precisamente en esa delgada línea entre la vida y la muerte, es lo que te hace apreciar más cada día
El día de la fiesta había llegado Amaia se observó en el espejo, el precioso vestido ajustándose a cada una de sus curvas, resaltando indudablemente todos sus atributos, su cabello largo, negro y lacio estaba peinado en un perfecto moño, coronado por unas ondas que se volvían unos rizos perfectos, que caían enmarcando su rostro, sus bellos ojos azules tan azules, intensos como el mismo color del vestido que portaba estaban maquillados con una sombra negra, mucha pestañina lo cual le daba una mirada más profunda y felina sus ojos se veían almendrados y resaltados, sus mejillas cubiertas por un ligero rubor y sus labios con una apariencia jugosa y carnosa estaban cubiertos por un labial. —Estás preciosa— exclamó Nikolay saliendo del vestidor y encaminandose hacia ella, se colocó justo detrás y sus grandes manos le cubrieron la estrecha cintura tirando de su cuerpo esbelto la abrazó, recargandola contra él —Sin duda seré la única de todos — ella observó lo guapo que estaba su esposo,
—Kira, que gusto verte. — le dijo en tono amable. —Comenzaba a creer que sería todo lo contrario, ya que pareces haber olvidado mi número — le dijo mirándolo fijamente a los ojos mientras elevaba su copa de champagne y tomaba de ella con sensualidad, Pero con una frialdad en los ojos que era una clara muestra de lo molesta que estaba. —Bien sabes que las cosas no son como antes...— había una clara advertencia en sus palabras, sin duda alguna instandole a mantenerse lejos. —¡Oh, por supuesto!— le dijo con un brillo malicioso en los ojos—¡Si ha quedado claro para todos que ahora eres un hombre que posee un compromiso matrimonial. —En efecto— le dijo sonriendo, Pero siendo parco en sus palabras y actitudes. —Bien, creo que debería marcharme y dejarles un poco de espacio para que tengan está incómoda conversación. —No tienes por qué irte, O'Farrell. — le dijo Nikolay. —Aunque yo lo agradecería— aseguró Kira, con determinación — sin lugar a dudas hay cosas que debo trat
—Y dime Amaia. ¿Cómo llevas tu vida de casada?, no es fácil ser la mujer de un hombre como Nikolay... ¿Amaia, está todo bien? Amaia parpadeó un par de veces y se giró nuevamente hacia Grace, quien la miraba con sus ojos verdes puesto en ella como mostrando inquietud por su ausencia de respuesta, Grace siguió con la mirada del lugar hacia donde Amaia había estado mirando y se encontró con Nikolay en compañía de una hermosa rubia que a decir verdad parecía algo molesta... no pudo evitar preguntarse si es que acaso la recién casada sentía celos, de aquella mujer que estaba cerca de su esposo. —Lo siento Grace, discúlpame, por un momento me entretuve. ¿Qué me decías? —Te preguntaba cómo llevas tu vida de casada, ya que supongo que no es fácil convivir con un hombre como Nikolay. —Estoy próxima a mi primer mes de matrimonio y la verdad es un poco dificil adaptar dos carácteres, porque como lo has dicho Nikolay es un hombre especial y yo... tengo mi carácter — sonrió —pero no me quej
—Te sientes muy segura— le dijo enojada— pero no deberías hacerlo, puede que Nikolay termine aburriendose muy pronto de ti. —Supongo que hablas desde la experiencia — le dijo con una amplia sonrisa— no te preocupes tanto por mi, querida, sé cuál es mi lugar, y tu deberias conocer el tuyo— le advirtió— soy su esposa y tú eres pasado. Si me eligió para llevar su apellido, ¿crees que terminaría aburriendose de mi cómo lo hizo contigo? —Voy a hacer que ambos se arrepientan, te lo juro. Deberías cuidarte, Amaia Kozlova, quizás Nikolay enviude pronto.— terminó en tono malicioso. —Cuide sus palabras, señorita — le advirtió una muy seria Katerina ante las amenazas de la mujer. — No tengo por qué hacerlo— respondió Kira, pero sin quitar los ojos de Amaia, quien parecía extremadamente serena y tranquila. —La muerte no me preocupa — sonrió burlona— pero si de algo puedes estar segura es de que jamás disfrutarás nuevamente de mi marido, espero los recuerdos sean tan buenos como para
—Este equivocada o no, esa mujer será un problema, te acordarás de mi— le dijo con frustración— parecía tan enfadada. —Segun Igor y Katerina, has sabido defenderte muy bien— le sonrió orgulloso. —Supongo que tenía la firme necesidad de sentirme segura. ¿Me hablaras de ella? —¿Para qué?— le preguntó frunciendo el entrecejo. — Kira, no es alguien que merezca una conversación entre nosotros. —Si lo es Nikolay, si lo es. Ella es tu ex amante y yo soy tu esposa, a la cual han insultado y amenazado, creo que merezco saber quien es ni adversaria. —De acuerdo— suspiró con pesadez— Kira, es la hija menor de Fedor Ivanov, es conocida no solo por su belleza, sino por ser caprichosa y consentida pero además es una mujer fuerte. Se puede decir que Fedor es un mafioso, solo que a menor escala, no me mires asi, ni se acerca al nivel en el que estoy yo, Fedor es un bastard* que espera un golpe de suerte para obtener mi apoyo, soy yo quien controla todo en Rusia, soy yo quien dirige la b
—Por supuesto, jamás hubiese perdonado aquello, todos esos maldit*s se pudren en el infierno. Aunque sus muertes no me devolverían a Irina, ellos no seguirían respirando, cuando le arrebataron la vida a mi esposa. — Amaia asintió, no debía sentirse bien porque otros seres humanos dejarán de respirar pero consideraba que la venganza de Nikolay había Sido más que justa. —Ahora te entiendo un poco más— caminó hacia él y quedó justo en frente— te juro que estoy dando lo mejor de mi en los entrenamientos, te juro que me esforzaré más con mi puntería, te juro que voy a protegerte — sus ojos brillaron con determinación— así como tú has prometido hacerlo conmigo. Mi lealtad será siempre tuya, mi cariño será tu refugio y mi cuerpo tu escudo. Tu y yo seremos siempre uno, Nikolay Kozlov — lo miró a los ojos y puso la mano sobre el enorme León tatuado en su pecho. Nikolay sintió Un calor alojarse su pecho justo allí donde ella había colocado la mano ese calor rápidamente se extendió a todo su
Cederle el control a Amaia era la sensación más placentera del mundo, ella se dedicaba arduamente a la tarea de complacerlo, lo cabalgaba de una manera ardiente que amenazaba con arrancarle la cordura, los candenciosos movimientos de sus caderas, la manera tan ardiente en la que dejaba escapar gemidos, la intensidad que reflejaban sus ojos cuando lo poseía... era inigualable, ser tomado por ella, era inexplicable. Aquella posición le permitía ver cada pequeño gesto de su esposa, cada contracción de sus faciones a causa del placer que experimentaba al sentirlo muy dentro de ella, llenándola por completo... le encantaba poseerla, pero le encantaba de igual manera ser poseído por ella. Para Amaia era nuevo ser quien dirigiera el acto, pero últimamente lo disfrutaba y resultaba igualmente placentero poder mover su cuerpo a un ritmo tan íntimo y sensual que los arrastrará a la locura del éxtasis. Con su ex nunca había disfrutado ni siquiera un poco, todo había Sido muy doloroso e inc