Estaba mentalmente agotada y necesitaba pensar, por eso le pidió a Robert que llevara a Ethan a dar un paseo, necesitaba estar sola, pensar, pensar y seguir pensando sobre su situación actual, se negaba a que todo con Robert se arruinara de ese modo, quería creer en la historia de la cuñada mala, pero habían cosas que le impedían creerle del todo, sin embargo…sabía que podía ser cierto, pero se aferraba a la duda, lo único seguro que Alice tenía en aquel momento.Habían sido cosas muy elaboradas.El labial en su ropa, lo del rasguño parecía más “casual” y Robert no parecía tener idea al inicio de lo que pasaba, mientras se arruinaba toda la noche y aquel recibimiento que Alice le daba.En parte…ese era uno de los puntos que más la hacía arder en ira.¡Arruinaron su noche! Interrumpiendo aquello.Mientras miraba hacia el techo, pensaba en su padre. Nunca se había disculpado con ella por todo lo que hizo, solo entre mentiras e intentando arreglar las cosas a su modo, pero jamás le pidió
—¡Ayuda! ¡Esta mujer está loca!—Bethany corrió hacia los policías en busca de su ayuda.—¡Me ha atacado! ¡Me ha atacado!—entre lágrimas fingidas, señaló a Alice. De todos modos los oficiales iban hacia ella, con esposa en mano.—¡Póngase de pie! ¡Ha violado el arresto domiciliario!—¡Las manos sobre la cabeza!Estaba tan asustada que no escuchaba nada, sus ojos solo iban hacia la casa, quería entrar allí otra vez, pretender que no había pasado nada y que probablemente no volvería a la cárcel. Sus manos temblaban al igual que sus piernas, parecía un animalito asustado.Logró ponerse de pie, pero sus manos no fueron detrás de su cabeza y Alice hizo caso a su primer pensamiento, corriendo en dirección a la casa.Solo llegó al jardín, aquel oficial la derribó, sujetando sus manos de manera brusca mientras las llevaba hacia su espalda, colocándole las esposas y entrándola al coche patrulla.—Tiene que venir con nosotros.—Se le dijo a Bethany Walton.—¡Desde luego! Pretendo poner la denuncia
Estaba sentado en el parque mientras Ethan se movía de un lado a otro, sujetado a la pared de aquel enorme corral para los niños, lleno de juegos y lugares en los cuales esconderse, era una completa diversión para ellos, sus piececitos eran muy veloces y más cuando él le quitó los zapatos y las medias.Lo miraba con orgullo, deseando el momento en que su hijo ya comenzara a caminar, su año estaba cerca, pero aún no lo hacía. Estaba muy atento, observando por si él soltaba sus manos y decidía hacerlo, animado por los demás niños que también ya iban dando sus pasos.¡Cuando deseaba verlo caminar! ¡O hablar!Mientras observaba despreocupado, quiso ver la hora, Alice le había pedido espacio luego de lo que pasó la noche anterior y por eso se habían ido todo el día. Miró en su muñeca, pero no se había puesto su reloj al preparase de forma tan brusca aquella mañana, buscó en su bolsillo el móvil, recordando que lo había dejado en el coche.Quizás llamar a Alice no sería tan mala idea, a ver
—¡Que me sueltes! ¿Quién te crees que eres?—Simon estaba custodiando la puerta, mientras en el interior solo estaba Sofía y Bethany.—¡Hablaré con mi padre! Te vas a arrepentir de esto, Sofía. ¡Tú y tu maridito.—Eso quiero verlo, ¿te presto un móvil o qué? ¿Quieres llamarlo? Siéntate y ya cállate el hocico.—viendo que Bethany no se sentaba, Sofía avanzó hacia ella, pero la pelinegra huía de la rubia.—No soy partidaria de los locos, pero tú especialmente le has dado problemas a mi hermana, sin mencionar que Alice obtuvo un año de prisión gracias a que metiste tus narices donde no debías, en ese momento tuve que apartarme por un problema de intereses, pero ¿adivina qué? Ese pequeño problema ya está resuelto. Llama a tu padre si así lo deseas, pero de aquí no vas a salir hasta que cuentes la verdad.—¿Y cuál se supone que es la verdad? Alice robó a su hijo, violó su arresto domiciliario y ahora, al fin, podré sacarla de la casa de Rori, sin esfuerzo alguno.—se sentía orgullosa y no compr
El miedo y tristeza que Robert había pasado cuando creyó que Alice eligió a su hermana, no se comparaba con el que sentía ahora, él había llegado primero que ella a casa y luego de que todo estuvo listo Mark se marchó.—Ya sabes, Alice. Puede que mañana sea un mejor día. ¿No quieres curar esas heridas?—No te preocupes, ahora Robert me ayudará. Y tranquiliza a Loren. Dile que todo estará bien.—Sí, ahora mismo hablo con ella. Lo más probable es que esté en el aeropuerto, veré si la convenzo de que no tiene que venir.—Gracias por todo.—Una pregunta, ¿has sabido algo de Mary Jane?—No.—Era lo mismo que Alice quería saber, pero no le podía preguntar a Mark cómo le fue en la cita, no se tenían ese tipo de confianza, por tanto ese tema no lo podía tratar con él. Aunque probablemente no les fue tan bien si a día de hoy Mark no sabía nada de Mary Jane.El abogado de marchó, dejándolo a solas, Ethan estaba dormido.Con el pequeño botiquín Robert se acercó cautelosamente a Alice, sentía que
Jeremy Porter y Robert Graham se conocían, ambos estudiaron tres años juntos y antes de que este se casara con Mary Jane todavía eran algo cercanos. Pero muchas cosas cambiaron en esa pareja al contraer matrimonio.—¿Por qué están todos reunidos? ¿Dónde está Andy?—Andy era el hijo de Mary y Jeremy.—Alice, que bueno que ya eres libre.—Mary se iba a parar de la silla, pero Jeremy dejó una mano en su hombro, deteniéndola.—Pequeña.—Su madre se acercó a Alice, dejando un abrazo y un beso en su mejilla, tomó a Ethan y lo abrazó.—Qué hermoso y sano niño tienes. Está muy grande. Mi nieto no me conoce. Andy está en su habitación. Tu padre y Jeremy han llegado hace un par de horas y estábamos charlando con Mary Jane.—¿Sobre qué?—¿No quieres esperar en el jardín con Robert? Estarás cansada, ¿no? Ahora mismo estamos algo ocupados. Robert, cariño, ¿por qué no llevas a Alice al jardín mientras terminamos esta plática?—Vinimos a ver a Mary, esta es su casa, mamá.—Alice había ignorado del todo a
Aquel día Alice se esperó impaciente a la llamada de su hermana, pero esta nunca ocurría, recibió la visita de Loren casi a las diez de la noche.Pero no la llamada de Mary Jane.—Loren.—Le dio un fuerte abrazo y luego la arrastró al interior de la casa.Loren estaba enojada con Robert, porque gracias a Beth, Alice casi regresa a la cárcel.—¡¿Dónde está Robert?!—Preguntó enojada.—¡Nunca le pone un alto a esa maldita loca! ¡Nunca!—¡Sh!Tranquila, Loren. Robert está durmiendo a Ethan que hace nada se levantó a comer. Ahora mismo Bethany es lo que menos me importa. Me interesa más Mary Jane. ¿Dónde está Mark?—¿Mary? ¿Mark? ¿Pero qué es lo que está pasando aquí? Porque incluso papá me llamó, como si yo fuera la niñera de Mark o su madre. ¿Hay algo o no hay algo entre Mary y Mark?—Es que no lo sé, es lo que quiero saber, ¿por qué no has hablado con Mark?—Pero, aún no me dices lo que pasa con Mary.—Es que…hoy fui a verla. ¡¿Cómo es que no sabes nada?!—¡No sé nada! Solo sé de ti lo que
—¿Me levantas el castigo?—Ella no había amanecido en su cama, pero Robert se pasó a media noche a la de Alice. No soportaba que ella aún estuviera guardando distancia de él.Esa noche Alice sintió unas manos rodear su cintura, pero pensó que dormía, hasta que Robert la despertó con sus palabras.La rubia apartó el cabello que se esparcía por su cara, recibiendo docenas de besos en su cara, en sus labios, en sus hombros desnudos, de manera rápida apartó los brazos de Robert y comenzó a levantarse.—Pero ¿qué haces en mi cama, Robert?—ni siquiera podría decir a qué hora él se pasó a su cama o qué tiempo llevaba allí.—Tenía frío.—Puso como excusa.—Y yo tengo calor. ¿Qué horas es?—Hora de seguir en la cama y más si yo estoy en ella. Ven aquí.—llevó aquel cuerpo de regreso a la cama, dejándola encima de él. Alice arrugó su ceño, entrecerrando sus ojos para mirarle.—Hoy hablaré con Beth.—dijo, pero rápidamente corrigió.—Hoy hablaré con Bethany. Luego del almuerzo.—¿Por qué no en la maña