Aquel día Alice se esperó impaciente a la llamada de su hermana, pero esta nunca ocurría, recibió la visita de Loren casi a las diez de la noche.Pero no la llamada de Mary Jane.—Loren.—Le dio un fuerte abrazo y luego la arrastró al interior de la casa.Loren estaba enojada con Robert, porque gracias a Beth, Alice casi regresa a la cárcel.—¡¿Dónde está Robert?!—Preguntó enojada.—¡Nunca le pone un alto a esa maldita loca! ¡Nunca!—¡Sh!Tranquila, Loren. Robert está durmiendo a Ethan que hace nada se levantó a comer. Ahora mismo Bethany es lo que menos me importa. Me interesa más Mary Jane. ¿Dónde está Mark?—¿Mary? ¿Mark? ¿Pero qué es lo que está pasando aquí? Porque incluso papá me llamó, como si yo fuera la niñera de Mark o su madre. ¿Hay algo o no hay algo entre Mary y Mark?—Es que no lo sé, es lo que quiero saber, ¿por qué no has hablado con Mark?—Pero, aún no me dices lo que pasa con Mary.—Es que…hoy fui a verla. ¡¿Cómo es que no sabes nada?!—¡No sé nada! Solo sé de ti lo que
—¿Me levantas el castigo?—Ella no había amanecido en su cama, pero Robert se pasó a media noche a la de Alice. No soportaba que ella aún estuviera guardando distancia de él.Esa noche Alice sintió unas manos rodear su cintura, pero pensó que dormía, hasta que Robert la despertó con sus palabras.La rubia apartó el cabello que se esparcía por su cara, recibiendo docenas de besos en su cara, en sus labios, en sus hombros desnudos, de manera rápida apartó los brazos de Robert y comenzó a levantarse.—Pero ¿qué haces en mi cama, Robert?—ni siquiera podría decir a qué hora él se pasó a su cama o qué tiempo llevaba allí.—Tenía frío.—Puso como excusa.—Y yo tengo calor. ¿Qué horas es?—Hora de seguir en la cama y más si yo estoy en ella. Ven aquí.—llevó aquel cuerpo de regreso a la cama, dejándola encima de él. Alice arrugó su ceño, entrecerrando sus ojos para mirarle.—Hoy hablaré con Beth.—dijo, pero rápidamente corrigió.—Hoy hablaré con Bethany. Luego del almuerzo.—¿Por qué no en la maña
—¿No te sientes solo aquí?—Sofía acudió a visitar a su padre, Simon y Alice le habían convencido de hablar con Henry Taylor para que este accediera a darle la parte de la herencia que le correspondía a la joven Alice.—No. He vivido en esta casa desde que ustedes nacieron, ¿por qué debería sentirme solo? ¿Porque tu madre no está?—Supongo que por eso. Es muy extraño no sentirla en la casa, demasiado silencio, hace falta ella.—¿Y crees que no lo sé? Fue su decisión divorciarse a esta altura de juego. No sé cómo se le pasó por la cabeza, pero está bien. En algún punto las cosas acaban y ese fue el final de nuestro matrimonio. Años de compañía, reducidos a nada. Siempre estuvimos de acuerdo en cada cosa, éramos muy unidos. Y tu madre no tenía que comprenderlo todo pero lo aceptaba. Siempre confió en mí. Y eso es lo más bello de un matrimonio, la confianza, aún si hay diferencias. La confianza es la esencia de todo. Si ya no confiaba en mí…era lógico que quisiera el divorcio. Siempre hic
—Alice—volvió a meterse a su cama, ahora era él quien iba hasta ella en busca de que le levantaran el castigo, había solucionado las cosas con Bethany, pero Alice no mencionaba nada de que ya él estuviera perdonado, todo lo contrario, se paseaba por la casa con sus piernas al aire y aquellos pechos mostrándose a través de la blusa, se bañaba con la puerta abierta y solía meterse a su baño para ducharse allí, otra forma de castigarlo mientras él babeaba con cada cosa de Alice. Ella era muy consciente de eso, por esa misma razón lo hacía.—Alice.—se introdujo debajo de las sábanas y en su muslo se vio el tatuaje de apenas dos días desde que se lo hizo.Había sido una semana extremadamente larga para Robert y parecía no acabar.Las manos de Alice lo empujaron para que se alejara, pero se dio la vuelta, girando en dirección a él.—¿Pero qué haces aquí?—Tengo frío.—volvió a dar la misma excusa que todas las noches anteriores, buscando el calor de Alice, pero no porque tuviera frío.—He veni
—Ha hecho mucho calor hoy.—sumando a eso todo el rato que ambos estuvieron intentando caminar, logrando Robert que Ethan diera unos dos pasos, muy aprisa mientras intentaba llegar a su padre y no caer al suelo. El problema es que a Ethan le gustaba más el suelo y no pasaba de dar pasos muy cortos, sin miedo, pero sí con pereza.Para caminar era muy vago, enseguida se tiraba a suelo, tomaba uno de los juguetes y se entretenía, dentro de nada ya tendría un año, estaba a la vuelta de la esquina y él balbuceaba muchísimo, casi diciendo palabras claras, pero sin llegar a estas.Lo probable era que hablara primero, pues con eso llevaba más prisa.O prisa llevaban sus jóvenes padres por ver su pequeño hijo hacer una de las dos cosas.Se acostó en la cama de Alice con Ethan jugando sobre él, poco a poco se fue cansando hasta que de lado quedó recostado en el pecho de su padre.La sensación siempre era agradable, tanta que no se acostumbraba a ella, porque siempre lo sorprendía eso tan agradab
Las maletas estaban hechas.Robert había llamado a su hermano para decirle que no aceptaba el trabajo, agradeciendo por su oferta, pero que le daría una oportunidad a su proyecto, con el apoyo de Alice, quien sería la que pondría el dinero para realizarlo, comenzar con ese sueño que ahora era de los dos.—¿Estás lista?—Aún no.—dijo, ya un poco cansada de responder lo mismo, porque Robert y el bebé estaban listos hace un rato, pero Alice se estaba demorando más. Tenía más cosas que hacerse que ellos dos.Se perdió en la puerta antes de recibidor una de sus miradas.—A mamá nunca hay que apurarla.—le dijo a su hijo.—Hay que darle todo el tiempo del mundo, aún si perdemos el vuelo, ¿no es así?—tomó la mano de Ethan y lo puso de pie, él se aferró a los dedos de su padre mientras caminaban.Poco a poco Robert fue aflojando el agarre que tenía su hijo, hasta que solo tocaba su mano y sin que Ethan se diera cuenta llegó a caminar unos diez pasos al menos sin la ayuda de su padre, hasta que
Cedric se había ofrecido él mismo a buscar a Robert al aeropuerto. Era la primera vez que vería al hijo de su hermano o a su mujer luego de que solo por unos minutos la vio en aquella boda.Estaba emocionado, feliz.Connor había preparado, junto a sus hermanos, un gracioso cartel con el que él tenía que esperar a su hermano, miró las trabajadas letras de Connor y los dibujos graciosos que hicieron sus hijos.Estaban todos muy emocionados con la nueva llegada de Robert, aunque no fuera para quedarse.Excepto una persona.Noelia no estaba muy feliz, se llevaba una pequeña victoria porque sabía que Robert no trabajaría con su esposo, pero no se esperaba que fueran a visitarlos, más con lo que había pasado y la última llamada que le hizo Robert en la que Alice habló también.Levantó su cartel cuando anunciaron que los pasajeros de ese vuelo ya iban saliendo, pero no veía a Robert, pensó en la maleta, podrían estar demorando por eso.Caminó de un lado a otro, esquivando a los que esperaban
«Somos personas civilizas.» Pensó Robert cuando vio a la madre de Cedric llegar.La recordaba tal cual era, pese a todos los años que tenían sin verse, los años que evitaban verse porque Robert representaba algo que ella odiaba, un motivo para que el señor Graham se divorciara de ella y se casara con la madre de Robert.Alice sintió a Robert tensarse y recién se dio cuenta porqué la amplia sonrisa de Noelia.Ella iba ganando aquella pelea silenciosa.Robert le había dicho que la madre de Cedric le envenenó la mente con cosas en su contra cuando ambos eran niños, lo que hizo que ellos se alejaran cada vez más, sobre todo porque Cedric hería a Robert, pero ahora aquel hermano mayor parecía quererse llevar bien con Robert.Los planes eran de Noelia, por fastidiar, no de Cedric.—Lo siento, Robert. No tenía ni idea.—Cedric se disculpó y Robert solo movió los hombros, restándole importancia a la presencia de su madre. Eran adultos, aquello ya no podía hacerle efecto y esa señora tendría qu