Aquella mujer se dirigió directamente hacia Simon, quien iba saliendo de la habitación de Robert, entretenido con su móvil y sin prestar atención por el camino que iba, recorriendo aquel solitario pasillo. Chocó con su hombro y se arrojó al suelo, protagonizando una dramática escena.No le agradaba él, a pesar de que era la primera vez que lo veía en persona. Tenía cara de político y Bethany odiaba a los políticos, porque su padre era uno de ellos, tan mentirosos y sádicos todos.El móvil de Simon cayó y él corrió a ayudar a la mujer tirada en el suelo.—¡Lo siento!—se disculpó con sorpresa, no se había fijado que había alguien yendo en dirección a él, aún con el sordo sonido que hacían los tacones de la diminuta mujer, dejándola a una altura razonable.—Lo siento, no la vi, ¿se ha hecho daño?—ella se aferró a sus hombros, fingiendo dolor en una rodilla, Simon la llevó a sentarse e inspeccionó su pierna, viendo que la rodilla sí estaba algo roja.—Menos mal que estamos en un hospital. ¿
Como dijo Bethany Walton, se fugaron del hospital, en medio de la noche, con un Robert disfrazado y una Beth que tiraba de él, jamás soltando su mano.¿Cómo llegó a eso? No tenía otro modo para salir del hospital, no tenía a nadie más, ella era la única que había ido en su rescate. Y su prioridad era salir de allí, para poder seguir buscando a su hijo.Le daba miedo incluir a Beth en su vida, eso jamás había salido bien y él no se podía permitir olvidarlo.—Te llevaré a mi casa.—esas simples palabras pusieron de lo nervios a Robert, recién salía de un encierro en el hospital, en donde le estaban administrando medicamentos sin su consentimiento, sin que nadie lo escuchara y no estaba del todo seguro si Beth era la mejor opción, pero iba siendo la única opción que tenía.Dentro del coche, aún con el motor apagado, aquel peluquín y esos lentes tan ridículos, él sostuvo su mano pegada al volante. Tenía que dejar las cosas muy claras desde ya, nada de ir con ella de un lado a otro o ser pe
El señor Taylor ya se sabía de memoria el historial de Charisse Sinclair, se lo estudió muy a fondo, su condición, el tiempo que llevaba así y, para fines de sus objetivos, la oferta que haría a Jared Sinclair.Imposible resistirse, una oferta justa, con alguien a cambio.Simon Leclerc le había revelado su inquietud con la que parecía ser la nueva aliada de Robert Graham, Bethany Walton, poniendo en evidencia que no se daría por vencido; y se avecinaban vientos fuertes, para su alivio ya Alice había adoptado a Harvey Taylor y estaba quedándose en Estados Unicos.Frente a él, todavía siendo el “novio” de su hija y actual presidente de Graham Group, estaba Jared.Detrás de las puertas de su despacho solo estaban ellos dos, a solas.—Señor Taylor…—Espero, no te adelantes sin saber lo que te voy a decir, Jared.—le advirtió, le veía una expresión muy seria y no era para menos.—No puedo ir con Alice a Estados Unidos.—le dijo, quería ser franco desde el inicio. Había hablado con Alice en v
«—Quiero que estés con Jared.—era la primera llamada que su padre le hacía a Alice desde que Harvey estaba en sus manos y Alice estaba lejos de todos ellos.—Va camino a Canadá, es sobre su hermana. No estaría mal tu compañía. Es cerca de donde estás. Yo iré en unos días, tengo unos asuntos pendientes que arreglar aquí. ¿Sabes algo de Robert Graham?—¿Cómo qué? Su vida no es de mi interés.—No se detendrá, Alice. Podríamos meternos en un problema, ¿no eres consciente de eso?—¿Por qué? Ethan Graham Taylor murió y todo lo que queda es una tumba, ¿vacía?—a Henry le alteró la manera en que la pequeña Alice le hablaba, se sentía segura lejos de allí, con Harvey lejos. Sino eran Ethan, su padre no podría utilizarlo, a menos que él mismo se quisiera hacer el daño, por lo que tampoco podía dejar que Robert lo hallada, que diera con ellos. Alice se sentía resguardada por la misma mentira que su padre creó, protegida de Robert y alejada de Henry. Era su hijo, lo adoptó, nada podía salir mal. Y
—No, no lo creas solo porque Bethany te lo dijo.—No quería llamar a Henry y decirle que aquello había pasado, cuando la información no se podía confirmar.—¡Estoy en Canadá! ¡Harvey está a horas de mí! ¡¿Cómo quieres que no le crea?! Me dijo su nombre. ¡Esa maldita demente dice que él está con Harvey! ¡Mi hijo!—¿Quieres que llame a Robert? ¿Por qué Bethany estaría aquí de Robert estar allí? No tiene mucho sentido, Alice. Tienes que tranquilizarte, estás muy exaltada por el encuentro con Bethany.—Suelta mis mano, Jared.—le pidió con voz temblorosa, cada parte de su cuerpo ardía y ella no podía dudar, no si se trataba de su hijo.¡¿Dónde había dejado su bolso?!¡Ah! Quedó tirado en el baño cuando la pelea había dado inicio.Las manos de Jared la soltaron y ella se aproximó como pudo al baño, viendo sus cosas esparcidas por todo el lugar y Beth sentada en su bolso.—¡Oh…! Parece que sí eran tuyas, el bolso no era mío, pero dentro solo había porquerías, un diseño horrible. Parecías azaf
Él y Bethany Walton se habían dividido, aunque en un inicio Beth no le dijo los motivos, ahora lo entendía.No le gustaban los planes por sorpresa de Beth, porque no podías adivinar con qué podía salir y eso era un peligro, pero gracias a ella Robert estaba logrando todas esas cosas en un tiempo récord. Él iba a seguir con la búsqueda de su hijo hasta el fin del mundo, pero ¿cómo hacerlo si lo tenían en aquella clínica? De no ser por Beth…quizás aún estuviera allí, internado, sin que nadie fuera en su rescate, drogado sobre aquella cama.Alice Taylor no estaba en casa, pero él…vería a su hijo.¿Cómo fue capaz de robarlo? ¿Qué pasó con todo su dolor? ¿Toda esa depresión era fingida para luego desaparecer con Ethan? ¿Cómo podía hacer algo así? Estaba tan enojado con ella, como con el mismísimo Simon Leclerc o Henry Taylor.Sentía ira hacia su exesposa, la madre de su hijo.Tocó la puerta lentamente y…solo unos segundos después alguien abrió.La mujer llevaba a un niño en sus brazos, aqu
Su teléfono había quedado destrozado desde que Bethany Walton lo arrojó al suelo, solo faltaban quince minutos para llegar a casa y Alice solo rogaba una cosa, que su hijo estuviera allí.—Por favor, necesito llegar cuanto antes.—apremió al chofer.Sabía que su padre seguro le estaba haciendo muchas llamadas, quizás Sofía, alguna otras de sus hermanas, al final Jared había dado aviso al señor Taylor de que…Robert Graham encontró a su hijo y Alice desconocía cuál era la situación allí, no le importaba demasiado, más que llegar a casa con su hijo. Lo demás se quedaba para después, no era prioridad.Cuando abrió la puerta, todo estaba a oscuras, pero conocía la casa y aquellas rápidas pisadas se condujeron hacia la habitación de su hijo, topándose con aquella enorme figura frente a la puerta, Robert.Dio un paso hacia adelante, pero él no la dejó entrar, cerniéndose sobre ella, imponente, pero Alice no se dejaba achacar, tenía que ver que su hijo sí estaba allí, que eso era cierto.—Etha
Aquello había pasado muy deprisa, quiso detenerlos, pero el bebé en sus manos, las cosas de Alice, aquellas personas fotografiando a la mujer que estaba siendo apresada y luego…luego ella y todos ya no estaban.Sostuvo a Ethan y respiró profundo, tenía que buscar la manera de arreglar aquello.Beth se acercó sonriente, mientras Robert buscaba un taxi, con su hijo en brazos y las cosas que había dejado Alice allí.—¡Rori! ¡Rori!—se detuvo, mirando aquella criatura entre los brazos de Robert.—¡Uy, pero si es una copia de esa mujer! ¡Que penoso!—la mirada severa de Robert la hizo rodar los ojos, solo era ver a Ethan Graham y de inmediato te dabas cuenta que era un Taylor, mismos rasgos y la exagerada similitud con su joven madre. Un bebé demasiado hermoso y llamativo.—Ya te estoy dando lo que querías, ¿tomamos un café? Tengo que informarte de algunas cosas,—tocó su cabeza con un poco de dolor.—creo que traigo resaca. Hay que hacerle la prueba de paternidad a tu hijo y de ese modo el proc