Dos horas después

Después de un duro trabajo, donde todos hacían el esfuerzo por encontrar las pruebas suficientes que demostraran la inocencia de Lionel.

Ya las pruebas estaban listas, los abogados se dirigían a donde tenían a Leonel detenido, llenos de confianza y seguros que en poco tiempo ya su cliente estaría nuevamente en casa disfrutando de su familia.

Julián y Anyel los acompañaban para asegurarse que esa mujer no los hubiese comprado con unos cuantos centavos solo para mantenerlo detenido.

—Buenos días —interrumpió Julián la merienda del jefe de policía.

—¿Qué se les ofrece? —interrogó el hombre bien serio, molesto por haber interrumpido su merienda.

—Disculpe usted la interrupción, llevamos rato tratando de hablar con usted y su secretaria nos dice que está ocupado —Hablo un abogado ahogado mostrando su evidente molestia.

—Hemos traído las pruebas que demuestran la inocencia de mi cliente —Hablo otro colocando la carpeta en la mesa sin darle tiempo a rechazar.

—Unos videos